Profesiones y oficios más peligrosos en Panamá
Publicado 2002/05/04 23:00:00
- Ileana Gólcher
El accidente ocurrió el 6 de octubre de 1977 a las 3:45 de la tarde en el sector de Los Pinos de Parque Lefevre. Una llamada telefónica inesperada al trabajador Ricardo Urriola Edward del Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación IRHE le cambió la vida para siempre. Según narra Urriola se reportaron daños en la línea de electricidad del sector. Sin vacilación, Urriola subió a uno de los postes de la luz eléctrica que estaban colocados sobre las líneas de las tuberías. Por negligencia, uno de los trabajadores de la cuadrilla violó las normas de seguridad y no esperó las instrucciones de Urriola quien revisaba las líneas de transmisión eléctrica. La lluvia le jugó una mala pasada y una fuerte descarga de 13, 720 voltios sacudió el cuerpo del trabajador y la corriente eléctrica le quemó la casi totalidad de su cuerpo. Un descuido de uno de los trabajadores alimentó uno de los circuitos en que laboraba Urriola y éste se accidentó. Como resultado del accidente, Urriola perdió totalmente uno de sus brazos, una de sus piernas y gran parte de su antebrazo izquierdo. En la actualidad Urriola trabaja como supervisor de seguridad e higiene industrial en la empresa de transmisión eléctrica ETESA. Su caso es una lección de heroísmo y de amor a la vida, pero a la vez el ejemplo de las consecuencias que pueden sufrirse como resultado de la falta de atención a las medidas de seguridad en el trabajo.
En Panamá, existe un gran número de profesiones y oficios que por la naturaleza de sus funciones y por las condiciones de violencia imperantes, implican un enfrentamiento diario con la muerte. En este reportaje efectuamos un recuento de aquellos oficios y profesiones más peligrosos en Panamá. Las estadísticas son elocuentes e indican las altas erogaciones por parte del Estado en materia de subsidio y por accidentes sufridos en el trabajo. Muchos de estos trabajadores no reciben los beneficios de la seguridad social debido a que sus patrones evaden los pagos de los impuestos a pesar de que descuentan las cuotas de rigor.
Cifras provenientes de la Caja de Seguro Social indican que los subsidios anuales concedidos y el monto pagado por riesgos profesionales ascendió en el año 2000 a 3,392,300 de un total de 6,771 casos reportados. Los subsidios por accidentes de trabajo ocurridos en el año 1999, fue de 14,819 casos.
Las actividades económicas en las que se concentran mayores accidentes son: Agricultura, silvicultura, caza y pesca: 3,607; industrias manufactureras 3,568; y comercio con 2,479 casos. La cifra total de accidentes de trabajo para el primer semestre de 2000 fue de 5,889 casos.
Según indican los directivos de las organizaciones sindicales del transporte, manejar en Panamá es uno de los mayores riesgos. De acuerdo con Florencio Córdoba, Secretario de Asuntos Internacionales de la Unión Nacional de Bases Taxistas UNBAT, durante el año 2001 más de 20 conductores han perdido la vida a merced de los delincuentes; las cifras indican que dichos actos son cometidos - en gran medida- por menores de edad. Según Córdoba, ante la falta de respaldo de la Fuerza Pública los taxistas son asesinados; la situación ha llegado a extremos tales que el legislador Marco González presentó en la Asamblea Legislativa un ante proyecto de ley que modifica la Ley 40 de 1999, del Régimen Especial de Responsabilidad Penal para la Adolescencia y que pretende aumentar las penas de cárcel cometidas por los menores infractores. "Esperamos que se frene así la violencia que hay en las calles", explica el dirigente. Se trata de muertes ocurridas a manos de delincuentes quienes a tiros reclaman la cuota que cada transportista ha podido recolectar en su día de trabajo. Muchas veces la cantidad no llega ni tan siquiera a B/ 20.00 pero la muerte ocurre igual.
Otra de las profesiones de alta peligrosidad son los policías encargados de velar por el orden público. Bandas de delincuentes parecen haberse adueñado de ciertas zonas de la ciudad; asaltos de centros comerciales, a las residencias; las más estremecedoras historias de luto y dolor se conocen por los medios de comunicación. Según estadísticas de la dirección de la Policía Nacional durante los años 2000 a 2002 han fallecido 15 policías al enfrentarse a la violencia que sacude al país.
Otra profesión de alto riesgo son los trabajadores de la construcción, quienes según estadísticas de la Dirección de Prestaciones Económicas de la Caja de Seguro Social, indican que para el año 1999, 1,381 trabajadores de la construcción recibieron subsidios por accidentes de trabajo(incapacidad temporal). Las causas de los accidentes se deben a materiales, sustancias y radiaciones 706; ambiente de trabajo 176, uso inadecuado de máquinas 40; los dirigentes de los trabajadores indicaron la falta de condiciones de seguridad para el trabajo y la ausencia de supervisión por parte de los inspectores del Ministerio de Trabajo.
Se trata de uno de los oficios de mayor riesgo laboral. La provincia de Chiriquí y Bocas del Toro representan las mayores zonas de contaminación ambiental debido al uso intensivo de agroquímicos. Todos los trabajadores reciben los estragos de fuertes sustancias tóxicas que van minando progresivamente su capacidad de resistencia. Se han reportado situaciones de infertilidad, tumores, enfermedades del aparato respiratorio y de la piel, para citar los casos más relevantes.
Ante la ola de asaltos e inseguridad ciudadana, surgieron las agencias de seguridad; cifras provenientes del Ministerio de Gobierno y Justicia indican que en Panamá existe un total de 11,245 agentes de seguridad. De acuerdo a Juan Ramón González, secretario de Finanzas del Sindicato de Agentes de Seguridad, la situación es compleja debido a la explotación laboral, al incumplimiento de las cuotas obrero patronales y el caso más escandaloso ha sido el de la empresa NASA, que le pagaba las vacaciones a sus empleados con licor. Afortunadamente la intervención del Ministerio de Trabajo logró suspender la práctica atentatoria contra los derechos de los trabajadores. El salario es irrisorio; por ejemplo por 12 horas de trabajo diario les pagan B/ 120.00.
Según indica Isabel Ayarza, Secretaria General del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Confección de Ropa y Anexos de Panamá, la actividad es ejercida preferentemente por mujeres. Se trata de uno de los oficios que demanda mayor grado de concentración; cualquier descuido de segundos puede costar la pérdida de un dedo, una mano..... El accidente más frecuente es que a las operarias se les prenda un dedo en la aguja de la máquina... entonces hay que cortar la aguja y trasladar a la persona con la aguja incrustada en su dedo o en la misma mano al hospital. Máquinas eléctricas de alta complejidad, la polea de una máquina atrapa la mano de una trabajadora y en consecuencia se pierde la mano entera. Otro caso común es que al abrir cada paño de tela se absorbe gran cantidad de químicos; una especie de fina pelusa penetra lentamente en la piel y el enrojecimiento de la vista es un padecimiento común entre las empleadas. El olor de las telas y sus tintes dejan huellas en sus cuerpos; se producen así enfermedades bronquiales ante la falta de sistemas adecuados de ventilación. Indica la dirigente que la industria ha sufrido bajas considerables y de 5,000 trabajadores para el año 1988, en la actualidad cuentan sólo con 400 empleados.
Efectivamente, los trabajadores que laboran como linieros - electricistas-, en las empresas de comercialización y distribución eléctrica, son sujetos de grandes presiones por la naturaleza de su servicio. Un descuido a las normas de seguridad puede originar muertes y severos accidentes laborales. De acuerdo a Rodrigo Batista, Secretario General del Sindicato de la Industria Eléctrica y Similares de la República de Panamá, antiguo Sindicato del IRHE, no se poseen estadísticas precisas de empleados que fallecieron en cumplimiento del deber. Las causas obedecen a que las empresas con las concesiones administrativas, sub contratan los servicios eléctricos y por lo tanto son compañías pequeñas las que realizan el trabajo y no cumplen lo establecido por la ley.
Batista indicó que al lado del local del sindicato de los trabajadores en Carrasquilla, se observa que los trabajadores de Unión Fenosa, andan en chancletas, sin botas, sin guantes... ¡Eso era lo que buscaban con la privatización!, advierte el dirigente con muestras de claro desaliento.
Sin duda uno de los oficios de mayor riesgo para la salud son los recolectores de la basura. Según declara Pedro Rodríguez luego de 14 años de trabajar en la Dirección Metropolitana de Aseo, (actual Dirección Metropolitana de Aseo Urbana y Domiciliaria) su salario asciende a B/ 325.00. Sin guantes, con una gorra similar a una de base ball, (en vez de un casco de seguridad) los trabajadores no reciben- al final de la jornada - el baño de limpieza correspondiente, de forma tal que no contaminen a sus familiares y a quienes viajan en los buses al lado de estos empleados. Los recolectores manipulan todos los desperdicios con alto poder de contaminación y afección directa a su sistema respiratorio y digestivo. "Esta ropa es demasiado caliente, declara Rodríguez y cuando se moja es muy pesada". Agrega que no tienen hora de salida, sólo de entrada. Tenemos que trabajar rápido, para trasladar todo a Cerro Patacón, advierte Rodríguez.
Según indica Gabriel Castillo, Secretario General de la Consejo Nacional de Unidad Sindical (CONUSI), paulatinamente desde que se viene aplicando el modelo del Neoliberalismo en Panamá se ha perdido la práctica de entregar a los trabajadores sus instrumentos de protección; la seguridad ha dejado de ser importante para el sector empresarial y han dejado de invertir en mejorar las condiciones laborales. Castillo relató que al negociar las Convenciones Colectivas, los dirigentes del SUNTRACS, revelaron que los empresarios tienen una nueva fórmula para evadir responsabilidades laborales. Se trata de los intermediarios que no asumen ninguna responsabilidad; por ejemplo para construir una casa se otorga un contrato a un intermediario quien a su vez contrata a un grupo de trabajadores sin cubrir los riesgos profesionales, no ofrecen los instrumentos mínimos de protección y en muchos casos no pagan las cuotas de seguridad social; se trata de un esquema ilegal que opera ante un Ministerio de Trabajo que no cuenta con los inspectores suficientes para controlar a las empresas que cumplan con lo establecido en el Código de Trabajo.
La lista de los empleos peligrosos pude extenderse; cada profesión tiene sus riesgos, algunos evitables, otros son consecuencia de la falta de medidas de seguridad por parte de los empleadores; como nota curiosa se observó que algunos sindicatos no cuentan con estadísticas precisas sobre defunciones, o accidentes por falta de medidas de seguridad: A la lista de profesiones peligrosas en Panamá bien podría agregarse a los trabajadores de las lavanderías quienes tienen jornadas extenuantes y laboran en condiciones de alta temperatura; pesadas planchas de acero y uso intensivo de productos químicos convierten a estos trabajadores en presa fácil de una quemada o una fractura o pérdida de alguno de sus órganos.
Se impone, a juicio de los entrevistados, una intensificación de los sistemas de supervisión empleados tanto por la Caja de Seguro Social, como por el Ministerio de Trabajo y las propias organizaciones sindicales.
En Panamá, existe un gran número de profesiones y oficios que por la naturaleza de sus funciones y por las condiciones de violencia imperantes, implican un enfrentamiento diario con la muerte. En este reportaje efectuamos un recuento de aquellos oficios y profesiones más peligrosos en Panamá. Las estadísticas son elocuentes e indican las altas erogaciones por parte del Estado en materia de subsidio y por accidentes sufridos en el trabajo. Muchos de estos trabajadores no reciben los beneficios de la seguridad social debido a que sus patrones evaden los pagos de los impuestos a pesar de que descuentan las cuotas de rigor.
Cifras provenientes de la Caja de Seguro Social indican que los subsidios anuales concedidos y el monto pagado por riesgos profesionales ascendió en el año 2000 a 3,392,300 de un total de 6,771 casos reportados. Los subsidios por accidentes de trabajo ocurridos en el año 1999, fue de 14,819 casos.
Las actividades económicas en las que se concentran mayores accidentes son: Agricultura, silvicultura, caza y pesca: 3,607; industrias manufactureras 3,568; y comercio con 2,479 casos. La cifra total de accidentes de trabajo para el primer semestre de 2000 fue de 5,889 casos.
Según indican los directivos de las organizaciones sindicales del transporte, manejar en Panamá es uno de los mayores riesgos. De acuerdo con Florencio Córdoba, Secretario de Asuntos Internacionales de la Unión Nacional de Bases Taxistas UNBAT, durante el año 2001 más de 20 conductores han perdido la vida a merced de los delincuentes; las cifras indican que dichos actos son cometidos - en gran medida- por menores de edad. Según Córdoba, ante la falta de respaldo de la Fuerza Pública los taxistas son asesinados; la situación ha llegado a extremos tales que el legislador Marco González presentó en la Asamblea Legislativa un ante proyecto de ley que modifica la Ley 40 de 1999, del Régimen Especial de Responsabilidad Penal para la Adolescencia y que pretende aumentar las penas de cárcel cometidas por los menores infractores. "Esperamos que se frene así la violencia que hay en las calles", explica el dirigente. Se trata de muertes ocurridas a manos de delincuentes quienes a tiros reclaman la cuota que cada transportista ha podido recolectar en su día de trabajo. Muchas veces la cantidad no llega ni tan siquiera a B/ 20.00 pero la muerte ocurre igual.
Otra de las profesiones de alta peligrosidad son los policías encargados de velar por el orden público. Bandas de delincuentes parecen haberse adueñado de ciertas zonas de la ciudad; asaltos de centros comerciales, a las residencias; las más estremecedoras historias de luto y dolor se conocen por los medios de comunicación. Según estadísticas de la dirección de la Policía Nacional durante los años 2000 a 2002 han fallecido 15 policías al enfrentarse a la violencia que sacude al país.
Otra profesión de alto riesgo son los trabajadores de la construcción, quienes según estadísticas de la Dirección de Prestaciones Económicas de la Caja de Seguro Social, indican que para el año 1999, 1,381 trabajadores de la construcción recibieron subsidios por accidentes de trabajo(incapacidad temporal). Las causas de los accidentes se deben a materiales, sustancias y radiaciones 706; ambiente de trabajo 176, uso inadecuado de máquinas 40; los dirigentes de los trabajadores indicaron la falta de condiciones de seguridad para el trabajo y la ausencia de supervisión por parte de los inspectores del Ministerio de Trabajo.
Se trata de uno de los oficios de mayor riesgo laboral. La provincia de Chiriquí y Bocas del Toro representan las mayores zonas de contaminación ambiental debido al uso intensivo de agroquímicos. Todos los trabajadores reciben los estragos de fuertes sustancias tóxicas que van minando progresivamente su capacidad de resistencia. Se han reportado situaciones de infertilidad, tumores, enfermedades del aparato respiratorio y de la piel, para citar los casos más relevantes.
Ante la ola de asaltos e inseguridad ciudadana, surgieron las agencias de seguridad; cifras provenientes del Ministerio de Gobierno y Justicia indican que en Panamá existe un total de 11,245 agentes de seguridad. De acuerdo a Juan Ramón González, secretario de Finanzas del Sindicato de Agentes de Seguridad, la situación es compleja debido a la explotación laboral, al incumplimiento de las cuotas obrero patronales y el caso más escandaloso ha sido el de la empresa NASA, que le pagaba las vacaciones a sus empleados con licor. Afortunadamente la intervención del Ministerio de Trabajo logró suspender la práctica atentatoria contra los derechos de los trabajadores. El salario es irrisorio; por ejemplo por 12 horas de trabajo diario les pagan B/ 120.00.
Según indica Isabel Ayarza, Secretaria General del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Confección de Ropa y Anexos de Panamá, la actividad es ejercida preferentemente por mujeres. Se trata de uno de los oficios que demanda mayor grado de concentración; cualquier descuido de segundos puede costar la pérdida de un dedo, una mano..... El accidente más frecuente es que a las operarias se les prenda un dedo en la aguja de la máquina... entonces hay que cortar la aguja y trasladar a la persona con la aguja incrustada en su dedo o en la misma mano al hospital. Máquinas eléctricas de alta complejidad, la polea de una máquina atrapa la mano de una trabajadora y en consecuencia se pierde la mano entera. Otro caso común es que al abrir cada paño de tela se absorbe gran cantidad de químicos; una especie de fina pelusa penetra lentamente en la piel y el enrojecimiento de la vista es un padecimiento común entre las empleadas. El olor de las telas y sus tintes dejan huellas en sus cuerpos; se producen así enfermedades bronquiales ante la falta de sistemas adecuados de ventilación. Indica la dirigente que la industria ha sufrido bajas considerables y de 5,000 trabajadores para el año 1988, en la actualidad cuentan sólo con 400 empleados.
Efectivamente, los trabajadores que laboran como linieros - electricistas-, en las empresas de comercialización y distribución eléctrica, son sujetos de grandes presiones por la naturaleza de su servicio. Un descuido a las normas de seguridad puede originar muertes y severos accidentes laborales. De acuerdo a Rodrigo Batista, Secretario General del Sindicato de la Industria Eléctrica y Similares de la República de Panamá, antiguo Sindicato del IRHE, no se poseen estadísticas precisas de empleados que fallecieron en cumplimiento del deber. Las causas obedecen a que las empresas con las concesiones administrativas, sub contratan los servicios eléctricos y por lo tanto son compañías pequeñas las que realizan el trabajo y no cumplen lo establecido por la ley.
Batista indicó que al lado del local del sindicato de los trabajadores en Carrasquilla, se observa que los trabajadores de Unión Fenosa, andan en chancletas, sin botas, sin guantes... ¡Eso era lo que buscaban con la privatización!, advierte el dirigente con muestras de claro desaliento.
Sin duda uno de los oficios de mayor riesgo para la salud son los recolectores de la basura. Según declara Pedro Rodríguez luego de 14 años de trabajar en la Dirección Metropolitana de Aseo, (actual Dirección Metropolitana de Aseo Urbana y Domiciliaria) su salario asciende a B/ 325.00. Sin guantes, con una gorra similar a una de base ball, (en vez de un casco de seguridad) los trabajadores no reciben- al final de la jornada - el baño de limpieza correspondiente, de forma tal que no contaminen a sus familiares y a quienes viajan en los buses al lado de estos empleados. Los recolectores manipulan todos los desperdicios con alto poder de contaminación y afección directa a su sistema respiratorio y digestivo. "Esta ropa es demasiado caliente, declara Rodríguez y cuando se moja es muy pesada". Agrega que no tienen hora de salida, sólo de entrada. Tenemos que trabajar rápido, para trasladar todo a Cerro Patacón, advierte Rodríguez.
Según indica Gabriel Castillo, Secretario General de la Consejo Nacional de Unidad Sindical (CONUSI), paulatinamente desde que se viene aplicando el modelo del Neoliberalismo en Panamá se ha perdido la práctica de entregar a los trabajadores sus instrumentos de protección; la seguridad ha dejado de ser importante para el sector empresarial y han dejado de invertir en mejorar las condiciones laborales. Castillo relató que al negociar las Convenciones Colectivas, los dirigentes del SUNTRACS, revelaron que los empresarios tienen una nueva fórmula para evadir responsabilidades laborales. Se trata de los intermediarios que no asumen ninguna responsabilidad; por ejemplo para construir una casa se otorga un contrato a un intermediario quien a su vez contrata a un grupo de trabajadores sin cubrir los riesgos profesionales, no ofrecen los instrumentos mínimos de protección y en muchos casos no pagan las cuotas de seguridad social; se trata de un esquema ilegal que opera ante un Ministerio de Trabajo que no cuenta con los inspectores suficientes para controlar a las empresas que cumplan con lo establecido en el Código de Trabajo.
La lista de los empleos peligrosos pude extenderse; cada profesión tiene sus riesgos, algunos evitables, otros son consecuencia de la falta de medidas de seguridad por parte de los empleadores; como nota curiosa se observó que algunos sindicatos no cuentan con estadísticas precisas sobre defunciones, o accidentes por falta de medidas de seguridad: A la lista de profesiones peligrosas en Panamá bien podría agregarse a los trabajadores de las lavanderías quienes tienen jornadas extenuantes y laboran en condiciones de alta temperatura; pesadas planchas de acero y uso intensivo de productos químicos convierten a estos trabajadores en presa fácil de una quemada o una fractura o pérdida de alguno de sus órganos.
Se impone, a juicio de los entrevistados, una intensificación de los sistemas de supervisión empleados tanto por la Caja de Seguro Social, como por el Ministerio de Trabajo y las propias organizaciones sindicales.
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