Romulo Emiliani: la voluntad de Dios se manifiesta a través de mis superiores
Publicado 2002/04/07 00:00:00
- Carlos Acebedo
Se despedirá de su pueblo, Darién, durante la Cita Eucarística a finales de abril. Al salir de Panamá sintió angustia por dejar sus obras a medio hacer.
Carisma es el vocablo que mejor se acopla a un hombre casi venerado por la población panameña, católica o no.
Su partida, hace más de un año, dejó un profundo vacío en el corazón de sus feligreses, pero como buen padre, sus enseñanzas no cayeron en saco roto, y sus discípulos supieron continuar sus apostolados, aun sin su presencia física.
Ahora está en Panamá, pero sólo de paso, pues se apresta a servir a la población hondureña como Obispo Auxiliar en San Pedro Sula, luego de su periplo por Sri Lanka, Washington, India y Roma.
Pese a ese carisma que lo caracteriza, monseñor Rómulo Emiliani está convencido de que cada obispo tiene sus propios carismas, que se complementan dentro de la Iglesia para ejercer las funciones en sus diócesis.
¿Provoca celos su facilidad para ganarse el corazón del pueblo? Emiliani no puede hablar de celos porque no conoce el corazón de otros. Más bien cree en el respeto mutuo entre los obispos.
He aquí la entrevista exclusiva realizada por El Panamá América en su oficina de “Un mensaje al corazón”, ubicada en Ancón, en la ciudad capital.
El Panamá América (EPA): Su recibimiento con tanta gente llena de alegría, denota que dentro de la Iglesia Católica, usted es una persona con mucho carisma. ¿Eso es parte de la iglesia viva que usted desea proyectar?
Rómulo Emiliani (RE): De hecho, cada uno de nosotros, como miembros de la Iglesia Católica, debemos realizar los carismas que Dios nos ha regalado en beneficio de la comunidad. Cuando lo hacemos, siempre hay repercusiones positivas en el pueblo. Lógicamente también hay reacciones negativas de algunos que siempre están en contra de lo que llamamos ahora la cultura de la vida, la que promueve siempre el bien del ser humano. Cuando uno cumple la misión encomendada, ve que hay como una reacción de agradecimiento de la gente y eso es algo que viene como consecuencia del trabajo.
EPA: Cuando dice: siempre hay quienes reaccionan de manera negativa, ¿a qué se refiere?
RM: Me refiero a que cada vez que un misionero o un católico en su trabajo, en su misión concreta, promueve los valores, refuerza lo que es la vida, y al mismo tiempo, por supuesto, habla la verdad en nombre de Dios. Algunas personas que tienen intereses contrarios a la cultura de la vida... pues, van a reaccionar negativamente. Eso ha pasado siempre en la historia de la iglesia, eso no es nada nuevo, y todos los que somos misioneros, predicadores, evangelizadores, todos los que tenemos que ver con la tarea de hacer crecer el reino de Dios en la historia, tenemos que experimentar algunas veces persecución y obstáculos. Eso es así, y lo dice además la palabra de Dios: “Bienaventurados los perseguidos por causa del reino”.
EPA: La percepción de los panameños es que usted ha pasado una dura prueba fuera de su país; es como si hubiera estado exiliado, y ahora, lo mandan para Honduras. ¿Qué sintió y cómo vivió usted en ese momento?
RE: Bueno, esa es una muy buena pregunta. En cuanto a lo que algunos llaman exilio, sí podríamos decir que por causa de mi lucha, de frente, sincera, honesta contra todo lo que representaba el mal, pues... y como consecuencia, por supuesto, de tantas amenazas, se determinó que por prudencia, saliera por un tiempo. Así lo hice, y claro que uno siente en el extranjero dolor por no haber completado la misión, uno siente angustia porque quedan muchas cosas a medio hacer. Uno siente cierta... es decir, es un dolor por ver que queda un pueblo, de cierta manera, indefenso. Pero por otro lado, yo siempre he creído que, obedeciendo, cumplo con la voluntad de Dios, y en este tiempo fuera, puedo decir que he crecido más espiritualmente, he madurado más como persona y creo firmemente en que la voluntad de Dios se manifiesta a través de mis superiores en Roma, y si ellos han decidido que vaya a Honduras, iré allá con gusto y pondré toda mi energía en mi trabajo. Creo además de eso, que la obra que no se ha completado está allí, todo está sembrado en el Darién, y quedan los apostolados, que están funcionado bien, están dando un servicio a la comunidad de manera muy efectiva. Ellos llegaron a su mayoría de edad, y yo me siento contento de haber sido instrumento de Dios como fundador, pero como un padre que ve que ya los hijos han crecido y pueden caminar por sí solos. Aunque nunca dejará de ser padre y siempre estará velando para saber cómo va todo, lo hará con cierta distancia prudencial, porque ya yo he renunciado a nivel legal a toda responsabilidad de los apostolados. Es como un hijo de 18 años que ya tiene la libertad de la mayoría de edad y su papá ya no tiene la autoridad legal, pero sí hay una autoridad moral que nunca se pierde, porque yo sigo siendo el fundador de esas obras. Y me siento satisfecho de haber invertido mi tiempo y mis energías por ellas, de haber llegado de Darién a medianoche, para que a las 7 de la mañana, cambiar de carro para irme a una gira con Nutre Hogar para Bocas del Toro. Eso fue muchas veces. Miles de kilómetros he recorrido para tratar de consolidar la fundación Nutre Hogar y las otras obras. Así mismo con el Vicariato, que fue mi tarea principal, y allí yo he andado en caballo, en piragua, en helicóptero, en jeep, a pie, con fango hasta las rodillas. He dormido en el piso de las escuelas...
EPA: ¿Podrá haber celos dentro de la Iglesia porque usted es prácticamente venerado y seguido por la gente, de manera muy espontánea? Eso no sucede con todos los obispos. Usted es una persona de arraigo entre la gente. ¿Hay celos por eso?
RE: Yo diría lo siguiente: cada obispo, cada cristiano, cada sacerdote, tiene sus carismas. Lo hermoso de la iglesia es que todos nos complementamos con diferentes carismas y servimos al cuerpo de Cristo, y cada obispo hace su función y su misión de la mejor manera posible en su diócesis. Eso lo creo. Yo creo, por otro lado, que existe un respeto mutuo entre todos. No podría decir si hay celos o no, porque no podría leer lo que pasa en el corazón de cada ser humano. Pero sí voy a decir que cada uno tiene carisma y cada uno sabe cómo los aprovecha y los desarrolla dentro de su comunidad.
EPA: ¿Cree usted que los apostolados fundados por usted, son los que le han valido ese amor espontáneo del pueblo?
RE: Bueno, siento que los apostolados, porque están dando una respuesta a una problemática muy concreta del pueblo panameño, han llevado a un reconocimiento, no sólo de mí, sino de tanta gente que trabaja en ellos, porque son muchos los voluntarios y también personal pagado que labora en éstos y lo hace con mucha mística. Los voluntarios también tienen mucha mística. Yo creo que estamos en el tiempo en que los laicos y laicas en la iglesia van a dar su mayor contribución a la evangelización de América.
EPA: Se vuelve a escribir un capítulo muy triste en la Iglesia Católica con la cantidad de denuncias contra sacerdotes pederastas y acusados de abuso sexual. ¿Qué piensa usted de esto?
RE: Que hay un problema en la conducta del ser humano, y que se da en todas las profesiones, y que aunque nunca justifica lo que ha pasado con algunos sacerdotes en Estados Unidos, nos hace comprender que no porque sean sacerdotes es porque ha pasado eso, sino porque existe un problema de desequilibrio en mucha gente, en una sociedad enferma, estresada, bombardeada tremendamente por los medios en cuanto a violencia, pornografía, etc. y un problema terrible de desintegración familiar, que también hace a mucha gente víctima de las circunstancias. Eso nunca justifica nada de lo que se ha hecho. Y, por supuesto, que no estoy en nada de acuerdo con que ningún ser humano sea capaz de hacerle daño a un niño o a una niña. Eso es algo aberrante.
Sí hay que ser más selectivos en los seminarios y hay que trabajar más en los test psicológicos y seleccionar mejor a los candidatos al sacerdocio. Lo que ha pasado en Estados Unidos no quita en nada el valor maravilloso, supremo, sagrado, del sacerdocio católico, igual que la profesión médica o cualquier otra profesión donde se den casos parecidos. Cualquier profesión es en sí noble, aunque haya alguna gente que no cumpla.
EPA: ¿Por qué la barba?
RE: El sacerdote sonríe y explica: Me la empecé a dejar en Sri Lanka. Me sentí como más libre allí como para expresarme mejor a mí mismo. Era una cosa que quería hacer hace rato, en parte por comodidad para no afeitarme ...para mí todas las mañanas eso de afeitarme es un... Pero luego vi que eso era muy natural allí. Y luego, cuando vuelvo a Roma, me voy dando cuenta, observando más a la gente, que mucha de esa gente usaba barba. Entonces, voy a la India... ¡con más razón!. Entonces me digo: ¡oye! no soy una persona tan rara... mucha gente lo hace. Me he sentido bien, a gusto, y me la he dejado, ¡y palabra que me la seguiré dejando porque es lo más cómodo que hay! Y, por otro lado, pues, también como que representa un símbolo de esta nueva etapa de mi vida. Pienso que tiene, quizás, alguna carga simbólica... ¡no sé!... más madurez...en fin...
EPA: Usted mantuvo siempre comunicación desde el extranjero. De hecho, seguía publicando sus artículos en El Panamá América. ¿Con quiénes se mantuvo más cerca, fuera de su familia, desde el exterior?
RE: Con los apostolados, que me mandaban informes periódicos. No muy continuos, pero sí me mandaban informes o documentos a Washington, a Roma. También con el Vicariato de Darién, por supuesto, aunque con el Vicariato, de la manera más respetuosa. Como yo legué en mi vicario, de acuerdo con Roma, las funciones de administración, fui lo más respetuoso con lo que decidía y no me metía en cosas internas del Vicariato, porque había que dejar que el vicario funcionara. Pero en la oración diaria estaban todos los apostolados siempre, el Vicariato siempre, Panamá siempre. En la misa diaria, en los artículos que yo escribía en los diferentes periódicos, estaba presente siempre mi país, y lo está todavía y lo seguirá estando en mi corazón. Hay una comunicación espiritual grande y profunda con Panamá, con los apostolados y con el Vicariato. Una comunión, una comunicación espiritual intensa. Eso sí, siempre.
EPA: ¿Pretende fundar los mismos apostolados en Honduras?
RE: En cuanto a Honduras, yo tengo que empezar primero escuchando, aprendiendo, viendo la realidad y, sobre eso, yo estoy seguro que el Señor me va a inspirar a darles una respuesta a los problemas. Pero ir siempre con actitud de total respeto a ese pueblo y después de un tiempo, ya el Señor y las circunstancias me irán diciendo lo que debo hacer... y también recordando que soy obispo auxiliar, yo tengo un superior, que es el obispo de la diócesis y debo seguir las líneas de ese obispo. Para mí, eso es sumamente importante.
EPA: ¿Va a ir a Darién?
RE: Sí, voy a ir a Darién para la Cita Eucarística. Voy a presidir la eucaristía ese día (el 28 de abril). Ahí me despido del pueblo de Darién.
EPA: ¿El Papa puede retirarse por enfermedad?
RE: Normalmente, el Papa muere en su puesto. Sí podría renunciar. No es nada común en la iglesia. Se ha dado un par de casos de renuncia, pero el Papa podría hacerlo. Pero dudo muchísimo que Juan Pablo II, con esa vitalidad espiritual, con esa energía profunda que tiene en su alma, acompañada de ese deterioro físico tan evidente, renuncie. Yo creo que no. El va a morir en su puesto, él va a morir sirviendo y es un ejemplo para mí y creo que para muchos, de lo que significa servir a pesar de cualquier obstáculo -en este caso físico- un ejemplo de fidelidad y de consagración al pueblo de Dios, haciendo un sacrificio tremendo porque le cuesta mucho caminar, le cuesta mucho moverse. Y ahí está el hombre. Ahora está “peleando” un viaje a México, para la canonización del indio Juan Diego; un viaje a Guatemala para la canonización del Hermano Pedro, un viaje a Toronto, para el encuentro juvenil mundial. Eso es admirable... el cuerpo no le responde, pero su alma sigue igualmente vigorosa. Pienso que es un ejemplo para todos, de lo que es una lucha a favor de la vida.
EPA: Además de Dios, ¿quién ha sido su inspiración?
RE: ¡Oh! Muy buena pregunta. Mis inspiraciones han sido, por supuesto Dios, el sufrimiento de mi pueblo, y personas como... bueno, por supuesto Jesucristo, que es modelo de todo. San Pablo, San Francisco de Asís (admirable esa vida), Santo Domingo de Guzmán, San Francisco Javier, ese gran misionero; San Ignacio de Loyola, ese gran fundador; Santa Teresa, esa gran mística, doctora de la iglesia; San Juan de la Cruz, místico, doctor de la iglesia; Santa Catalina de Siena, doctora de la iglesia; San Antonio María Claret, santo misionero; y otros tantos. Y a nivel no religioso, Simón Bolívar, que para mí fue uno de los grandes líderes del mundo; el Mío Cid, una figura impresionante; Winston Churchill, que me parece un hombre admirable también; Gandhi, lo admiro muchísimo por su lucha a favor de todo un pueblo, pero no con la violencia.
EPA: ¿Qué mensaje le envía a los panameños?
RE: Que debemos purificarnos de todo apego, sobre todo del apego al dinero, que tanto mal nos ha hecho; vivir más austeramente, ahorrar más, no gastar en lo superfluo, no vivir de las apariencias, creer en nosotros mismos; valemos por lo que somos y no por lo que tenemos. Creer en Panamá, evitar un vicio que le ha hecho un daño tremendo al país, que es el alcoholismo; ese vicio no respeta familia y no respeta nada.
EPA: Ahora mismo están siendo atacados lugares santos, que son símbolos del mundo entero. ¿Qué siente usted?
RE: Tristeza primero, porque todavía continuamos con guerras religiosas y culturales, como la de israelíes y palestinos, porque eso no es lo que quiere Dios y porque existe un odio tremendo todavía a nivel cultural y religioso, con una falta de tolerancia a la fe de otros y que, paradójicamente, cómo duele que los lugares santos de Israel sean el escenario de esta guerra absurda, de dos pueblos hermanos, y que se sigan matando de esa manera tan salvaje. Eso es una bofetada a nuestra religiosidad, y en el fondo, un perder la humanidad la gran oportunidad de superarse, porque en toda guerra, quien pierde es la humanidad, gane quien gane. Damos pasos atrás en la historia cada vez que nos enfrascamos en guerras fratricidas.
Su partida, hace más de un año, dejó un profundo vacío en el corazón de sus feligreses, pero como buen padre, sus enseñanzas no cayeron en saco roto, y sus discípulos supieron continuar sus apostolados, aun sin su presencia física.
Ahora está en Panamá, pero sólo de paso, pues se apresta a servir a la población hondureña como Obispo Auxiliar en San Pedro Sula, luego de su periplo por Sri Lanka, Washington, India y Roma.
Pese a ese carisma que lo caracteriza, monseñor Rómulo Emiliani está convencido de que cada obispo tiene sus propios carismas, que se complementan dentro de la Iglesia para ejercer las funciones en sus diócesis.
¿Provoca celos su facilidad para ganarse el corazón del pueblo? Emiliani no puede hablar de celos porque no conoce el corazón de otros. Más bien cree en el respeto mutuo entre los obispos.
He aquí la entrevista exclusiva realizada por El Panamá América en su oficina de “Un mensaje al corazón”, ubicada en Ancón, en la ciudad capital.
El Panamá América (EPA): Su recibimiento con tanta gente llena de alegría, denota que dentro de la Iglesia Católica, usted es una persona con mucho carisma. ¿Eso es parte de la iglesia viva que usted desea proyectar?
Rómulo Emiliani (RE): De hecho, cada uno de nosotros, como miembros de la Iglesia Católica, debemos realizar los carismas que Dios nos ha regalado en beneficio de la comunidad. Cuando lo hacemos, siempre hay repercusiones positivas en el pueblo. Lógicamente también hay reacciones negativas de algunos que siempre están en contra de lo que llamamos ahora la cultura de la vida, la que promueve siempre el bien del ser humano. Cuando uno cumple la misión encomendada, ve que hay como una reacción de agradecimiento de la gente y eso es algo que viene como consecuencia del trabajo.
EPA: Cuando dice: siempre hay quienes reaccionan de manera negativa, ¿a qué se refiere?
RM: Me refiero a que cada vez que un misionero o un católico en su trabajo, en su misión concreta, promueve los valores, refuerza lo que es la vida, y al mismo tiempo, por supuesto, habla la verdad en nombre de Dios. Algunas personas que tienen intereses contrarios a la cultura de la vida... pues, van a reaccionar negativamente. Eso ha pasado siempre en la historia de la iglesia, eso no es nada nuevo, y todos los que somos misioneros, predicadores, evangelizadores, todos los que tenemos que ver con la tarea de hacer crecer el reino de Dios en la historia, tenemos que experimentar algunas veces persecución y obstáculos. Eso es así, y lo dice además la palabra de Dios: “Bienaventurados los perseguidos por causa del reino”.
EPA: La percepción de los panameños es que usted ha pasado una dura prueba fuera de su país; es como si hubiera estado exiliado, y ahora, lo mandan para Honduras. ¿Qué sintió y cómo vivió usted en ese momento?
RE: Bueno, esa es una muy buena pregunta. En cuanto a lo que algunos llaman exilio, sí podríamos decir que por causa de mi lucha, de frente, sincera, honesta contra todo lo que representaba el mal, pues... y como consecuencia, por supuesto, de tantas amenazas, se determinó que por prudencia, saliera por un tiempo. Así lo hice, y claro que uno siente en el extranjero dolor por no haber completado la misión, uno siente angustia porque quedan muchas cosas a medio hacer. Uno siente cierta... es decir, es un dolor por ver que queda un pueblo, de cierta manera, indefenso. Pero por otro lado, yo siempre he creído que, obedeciendo, cumplo con la voluntad de Dios, y en este tiempo fuera, puedo decir que he crecido más espiritualmente, he madurado más como persona y creo firmemente en que la voluntad de Dios se manifiesta a través de mis superiores en Roma, y si ellos han decidido que vaya a Honduras, iré allá con gusto y pondré toda mi energía en mi trabajo. Creo además de eso, que la obra que no se ha completado está allí, todo está sembrado en el Darién, y quedan los apostolados, que están funcionado bien, están dando un servicio a la comunidad de manera muy efectiva. Ellos llegaron a su mayoría de edad, y yo me siento contento de haber sido instrumento de Dios como fundador, pero como un padre que ve que ya los hijos han crecido y pueden caminar por sí solos. Aunque nunca dejará de ser padre y siempre estará velando para saber cómo va todo, lo hará con cierta distancia prudencial, porque ya yo he renunciado a nivel legal a toda responsabilidad de los apostolados. Es como un hijo de 18 años que ya tiene la libertad de la mayoría de edad y su papá ya no tiene la autoridad legal, pero sí hay una autoridad moral que nunca se pierde, porque yo sigo siendo el fundador de esas obras. Y me siento satisfecho de haber invertido mi tiempo y mis energías por ellas, de haber llegado de Darién a medianoche, para que a las 7 de la mañana, cambiar de carro para irme a una gira con Nutre Hogar para Bocas del Toro. Eso fue muchas veces. Miles de kilómetros he recorrido para tratar de consolidar la fundación Nutre Hogar y las otras obras. Así mismo con el Vicariato, que fue mi tarea principal, y allí yo he andado en caballo, en piragua, en helicóptero, en jeep, a pie, con fango hasta las rodillas. He dormido en el piso de las escuelas...
EPA: ¿Podrá haber celos dentro de la Iglesia porque usted es prácticamente venerado y seguido por la gente, de manera muy espontánea? Eso no sucede con todos los obispos. Usted es una persona de arraigo entre la gente. ¿Hay celos por eso?
RE: Yo diría lo siguiente: cada obispo, cada cristiano, cada sacerdote, tiene sus carismas. Lo hermoso de la iglesia es que todos nos complementamos con diferentes carismas y servimos al cuerpo de Cristo, y cada obispo hace su función y su misión de la mejor manera posible en su diócesis. Eso lo creo. Yo creo, por otro lado, que existe un respeto mutuo entre todos. No podría decir si hay celos o no, porque no podría leer lo que pasa en el corazón de cada ser humano. Pero sí voy a decir que cada uno tiene carisma y cada uno sabe cómo los aprovecha y los desarrolla dentro de su comunidad.
EPA: ¿Cree usted que los apostolados fundados por usted, son los que le han valido ese amor espontáneo del pueblo?
RE: Bueno, siento que los apostolados, porque están dando una respuesta a una problemática muy concreta del pueblo panameño, han llevado a un reconocimiento, no sólo de mí, sino de tanta gente que trabaja en ellos, porque son muchos los voluntarios y también personal pagado que labora en éstos y lo hace con mucha mística. Los voluntarios también tienen mucha mística. Yo creo que estamos en el tiempo en que los laicos y laicas en la iglesia van a dar su mayor contribución a la evangelización de América.
EPA: Se vuelve a escribir un capítulo muy triste en la Iglesia Católica con la cantidad de denuncias contra sacerdotes pederastas y acusados de abuso sexual. ¿Qué piensa usted de esto?
RE: Que hay un problema en la conducta del ser humano, y que se da en todas las profesiones, y que aunque nunca justifica lo que ha pasado con algunos sacerdotes en Estados Unidos, nos hace comprender que no porque sean sacerdotes es porque ha pasado eso, sino porque existe un problema de desequilibrio en mucha gente, en una sociedad enferma, estresada, bombardeada tremendamente por los medios en cuanto a violencia, pornografía, etc. y un problema terrible de desintegración familiar, que también hace a mucha gente víctima de las circunstancias. Eso nunca justifica nada de lo que se ha hecho. Y, por supuesto, que no estoy en nada de acuerdo con que ningún ser humano sea capaz de hacerle daño a un niño o a una niña. Eso es algo aberrante.
Sí hay que ser más selectivos en los seminarios y hay que trabajar más en los test psicológicos y seleccionar mejor a los candidatos al sacerdocio. Lo que ha pasado en Estados Unidos no quita en nada el valor maravilloso, supremo, sagrado, del sacerdocio católico, igual que la profesión médica o cualquier otra profesión donde se den casos parecidos. Cualquier profesión es en sí noble, aunque haya alguna gente que no cumpla.
EPA: ¿Por qué la barba?
RE: El sacerdote sonríe y explica: Me la empecé a dejar en Sri Lanka. Me sentí como más libre allí como para expresarme mejor a mí mismo. Era una cosa que quería hacer hace rato, en parte por comodidad para no afeitarme ...para mí todas las mañanas eso de afeitarme es un... Pero luego vi que eso era muy natural allí. Y luego, cuando vuelvo a Roma, me voy dando cuenta, observando más a la gente, que mucha de esa gente usaba barba. Entonces, voy a la India... ¡con más razón!. Entonces me digo: ¡oye! no soy una persona tan rara... mucha gente lo hace. Me he sentido bien, a gusto, y me la he dejado, ¡y palabra que me la seguiré dejando porque es lo más cómodo que hay! Y, por otro lado, pues, también como que representa un símbolo de esta nueva etapa de mi vida. Pienso que tiene, quizás, alguna carga simbólica... ¡no sé!... más madurez...en fin...
EPA: Usted mantuvo siempre comunicación desde el extranjero. De hecho, seguía publicando sus artículos en El Panamá América. ¿Con quiénes se mantuvo más cerca, fuera de su familia, desde el exterior?
RE: Con los apostolados, que me mandaban informes periódicos. No muy continuos, pero sí me mandaban informes o documentos a Washington, a Roma. También con el Vicariato de Darién, por supuesto, aunque con el Vicariato, de la manera más respetuosa. Como yo legué en mi vicario, de acuerdo con Roma, las funciones de administración, fui lo más respetuoso con lo que decidía y no me metía en cosas internas del Vicariato, porque había que dejar que el vicario funcionara. Pero en la oración diaria estaban todos los apostolados siempre, el Vicariato siempre, Panamá siempre. En la misa diaria, en los artículos que yo escribía en los diferentes periódicos, estaba presente siempre mi país, y lo está todavía y lo seguirá estando en mi corazón. Hay una comunicación espiritual grande y profunda con Panamá, con los apostolados y con el Vicariato. Una comunión, una comunicación espiritual intensa. Eso sí, siempre.
EPA: ¿Pretende fundar los mismos apostolados en Honduras?
RE: En cuanto a Honduras, yo tengo que empezar primero escuchando, aprendiendo, viendo la realidad y, sobre eso, yo estoy seguro que el Señor me va a inspirar a darles una respuesta a los problemas. Pero ir siempre con actitud de total respeto a ese pueblo y después de un tiempo, ya el Señor y las circunstancias me irán diciendo lo que debo hacer... y también recordando que soy obispo auxiliar, yo tengo un superior, que es el obispo de la diócesis y debo seguir las líneas de ese obispo. Para mí, eso es sumamente importante.
EPA: ¿Va a ir a Darién?
RE: Sí, voy a ir a Darién para la Cita Eucarística. Voy a presidir la eucaristía ese día (el 28 de abril). Ahí me despido del pueblo de Darién.
EPA: ¿El Papa puede retirarse por enfermedad?
RE: Normalmente, el Papa muere en su puesto. Sí podría renunciar. No es nada común en la iglesia. Se ha dado un par de casos de renuncia, pero el Papa podría hacerlo. Pero dudo muchísimo que Juan Pablo II, con esa vitalidad espiritual, con esa energía profunda que tiene en su alma, acompañada de ese deterioro físico tan evidente, renuncie. Yo creo que no. El va a morir en su puesto, él va a morir sirviendo y es un ejemplo para mí y creo que para muchos, de lo que significa servir a pesar de cualquier obstáculo -en este caso físico- un ejemplo de fidelidad y de consagración al pueblo de Dios, haciendo un sacrificio tremendo porque le cuesta mucho caminar, le cuesta mucho moverse. Y ahí está el hombre. Ahora está “peleando” un viaje a México, para la canonización del indio Juan Diego; un viaje a Guatemala para la canonización del Hermano Pedro, un viaje a Toronto, para el encuentro juvenil mundial. Eso es admirable... el cuerpo no le responde, pero su alma sigue igualmente vigorosa. Pienso que es un ejemplo para todos, de lo que es una lucha a favor de la vida.
EPA: Además de Dios, ¿quién ha sido su inspiración?
RE: ¡Oh! Muy buena pregunta. Mis inspiraciones han sido, por supuesto Dios, el sufrimiento de mi pueblo, y personas como... bueno, por supuesto Jesucristo, que es modelo de todo. San Pablo, San Francisco de Asís (admirable esa vida), Santo Domingo de Guzmán, San Francisco Javier, ese gran misionero; San Ignacio de Loyola, ese gran fundador; Santa Teresa, esa gran mística, doctora de la iglesia; San Juan de la Cruz, místico, doctor de la iglesia; Santa Catalina de Siena, doctora de la iglesia; San Antonio María Claret, santo misionero; y otros tantos. Y a nivel no religioso, Simón Bolívar, que para mí fue uno de los grandes líderes del mundo; el Mío Cid, una figura impresionante; Winston Churchill, que me parece un hombre admirable también; Gandhi, lo admiro muchísimo por su lucha a favor de todo un pueblo, pero no con la violencia.
EPA: ¿Qué mensaje le envía a los panameños?
RE: Que debemos purificarnos de todo apego, sobre todo del apego al dinero, que tanto mal nos ha hecho; vivir más austeramente, ahorrar más, no gastar en lo superfluo, no vivir de las apariencias, creer en nosotros mismos; valemos por lo que somos y no por lo que tenemos. Creer en Panamá, evitar un vicio que le ha hecho un daño tremendo al país, que es el alcoholismo; ese vicio no respeta familia y no respeta nada.
EPA: Ahora mismo están siendo atacados lugares santos, que son símbolos del mundo entero. ¿Qué siente usted?
RE: Tristeza primero, porque todavía continuamos con guerras religiosas y culturales, como la de israelíes y palestinos, porque eso no es lo que quiere Dios y porque existe un odio tremendo todavía a nivel cultural y religioso, con una falta de tolerancia a la fe de otros y que, paradójicamente, cómo duele que los lugares santos de Israel sean el escenario de esta guerra absurda, de dos pueblos hermanos, y que se sigan matando de esa manera tan salvaje. Eso es una bofetada a nuestra religiosidad, y en el fondo, un perder la humanidad la gran oportunidad de superarse, porque en toda guerra, quien pierde es la humanidad, gane quien gane. Damos pasos atrás en la historia cada vez que nos enfrascamos en guerras fratricidas.
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