Sobre el "domingo siete"
Publicado 2005/08/06 23:00:00
- Annette Hinestroza V.
Desde México hasta Argentina son innumerables los elementos que tienen en común los habitantes de América Latina, uno de ellos es una frase: "salir con un domingo siete".
En países como Panamá y Chile alude claramente a la llegada de un vástago no planificado. Sin embargo, en el resto del continente, "salir con un domingo siete" denota la presencia de un hecho intempestivo o un comentario inoportuno a la ocasión.
La frase se originó en Costa Rica, en 1920. "Salir con un domingo siete", es un relato fabulesco aparecido en el libro "Los cuentos de mi tía Panchita".
La historia narra lo ocurrido a dos "compadres güechos (con bocio), amigos pese a ser uno rico ambicioso y el otro pobre y honesto.
¡Lunes y martes y miércoles tres! era la repetida tonada cantada en una fiesta de brujas que encontró el último. Aburrido completó la frase con un ¡jueves y viernes y sábado seis! y fue premiado por éstas con múltiples riquezas.
El compadre ambicioso, pese a sus riquezas, pretendió repetir la hazaña y al escuchar a las hechiceras cantar: ¡Lunes y martes y miércoles tres!.. ¡jueves y viernes y sábado seis!, cantó ¡domingo siete!.
Enojadas por salirse con el "¡domingo siete!", le castigaron, en vez de premiarlo.
La costarricense Carmen Lyra es la autora del célebre relato.
Reescrito por otros autores y popularizado como frase, "Salir con un domingo siete" es uno de los tantos legados dejados por Lyra, nacida en Costa Rica en 1888 con el nombre de María Isabel Carvajal Quesada.
Los jóvenes son alegres, dinámicos, nada complicados y con alma de artistas, pero al tiempo son vulnerables, rebeldes y sobre todo, muy incomprendidos.
Al menos, así los retrata Edith Castillo, directora nacional de Juventud, del Ministerio de Desarrollo Social.
En su experiencia, percibe que el problema principal de los jóvenes radica en su comunicación con los adultos, no obstante, igual dificultad causa el hecho de que tengan acceso a tanta información.
"Como se mueven entre tanta información, les cuesta mucho tomar decisiones adecuadas y correctas para su futuro. Por eso, un día quieren estudiar una cosa y después ya no quieren eso, sino otra cosa", explicó.
Otro problema que confrontan actualmente es el protagonismo, debido a que el mundo adulto no les da su espacio, los ve con sospecha, discriminación y desconfianza. Por ello, sugiere que la educación sea más horizontal y que se haga uso de la negociación.
"No son ellos los que están buscando las drogas; éstas los están buscando a ellos", advirtió, recomendando a los padres que sepan qué les gusta a sus hijos y quiénes son sus amigos.
También consideró importante cultivarles la autoestima, el autocuidado, el control, la toma de decisiones y el liderazgo, para que no sean presas fáciles de la delincuencia.
En países como Panamá y Chile alude claramente a la llegada de un vástago no planificado. Sin embargo, en el resto del continente, "salir con un domingo siete" denota la presencia de un hecho intempestivo o un comentario inoportuno a la ocasión.
La frase se originó en Costa Rica, en 1920. "Salir con un domingo siete", es un relato fabulesco aparecido en el libro "Los cuentos de mi tía Panchita".
La historia narra lo ocurrido a dos "compadres güechos (con bocio), amigos pese a ser uno rico ambicioso y el otro pobre y honesto.
¡Lunes y martes y miércoles tres! era la repetida tonada cantada en una fiesta de brujas que encontró el último. Aburrido completó la frase con un ¡jueves y viernes y sábado seis! y fue premiado por éstas con múltiples riquezas.
El compadre ambicioso, pese a sus riquezas, pretendió repetir la hazaña y al escuchar a las hechiceras cantar: ¡Lunes y martes y miércoles tres!.. ¡jueves y viernes y sábado seis!, cantó ¡domingo siete!.
Enojadas por salirse con el "¡domingo siete!", le castigaron, en vez de premiarlo.
La costarricense Carmen Lyra es la autora del célebre relato.
Reescrito por otros autores y popularizado como frase, "Salir con un domingo siete" es uno de los tantos legados dejados por Lyra, nacida en Costa Rica en 1888 con el nombre de María Isabel Carvajal Quesada.
Los jóvenes son alegres, dinámicos, nada complicados y con alma de artistas, pero al tiempo son vulnerables, rebeldes y sobre todo, muy incomprendidos.
Al menos, así los retrata Edith Castillo, directora nacional de Juventud, del Ministerio de Desarrollo Social.
En su experiencia, percibe que el problema principal de los jóvenes radica en su comunicación con los adultos, no obstante, igual dificultad causa el hecho de que tengan acceso a tanta información.
"Como se mueven entre tanta información, les cuesta mucho tomar decisiones adecuadas y correctas para su futuro. Por eso, un día quieren estudiar una cosa y después ya no quieren eso, sino otra cosa", explicó.
Otro problema que confrontan actualmente es el protagonismo, debido a que el mundo adulto no les da su espacio, los ve con sospecha, discriminación y desconfianza. Por ello, sugiere que la educación sea más horizontal y que se haga uso de la negociación.
"No son ellos los que están buscando las drogas; éstas los están buscando a ellos", advirtió, recomendando a los padres que sepan qué les gusta a sus hijos y quiénes son sus amigos.
También consideró importante cultivarles la autoestima, el autocuidado, el control, la toma de decisiones y el liderazgo, para que no sean presas fáciles de la delincuencia.
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