Tradiciones están desapareciendo
- REDACCION
El alto costo de la vida, ya no le permite a algunas personas en el interior del país realizar los novenarios de algún familiar.
Algunas tradiciones de los pueblos del interior del país han cambiado con el paso de los años y otras están a punto de desaparecer. Una de ellas es la realización de los velorios.
Las personas que viven después del Puente de Las Américas también sufren el alza de los precios y en consecuencia tienen menos poder adquisitivo, para invitar a los lugareños a orar por sus familiares fallecidos.
En la provincia de Coclé en los últimos años se ha notado un descenso de los velorios.
"Antes uno escuchaba que murió fulano y de inmediato se sabía que teníamos que ir a la casa del fallecido para el velorio", dijo con voz entrecortada doña Juana que tiene más de 50 años de vivir en el distrito de Aguadulce.
"Ahora uno tiene que preguntar si hay velorio en casa o tenemos que ir a misa", enfatizó.
Organizar un velorio no es fácil, en medio del dolor hay que atender a las visitas, preparar el café, comprar el pan y todo esto cuesta, es por ello que muchas familias optan por pagar una misa.
La región de Azuero no escapa a esta realidad, ya varias comunidades se han organizado y construyeron Casas Velatorios. Ahí cada miembro aporta una suma determinada de dinero y cuando se le tiene que dar el último adiós a la persona, se usa todo lo recaudado.
Esa misma noche comienzan los rezos del santo rosario que se ofrecen por el alma del difunto.
Este debe ser adornado con flores. También se coloca un rosario, un vaso con agua y un crucifijo.
Las velas que se encienden tienen como significado la luz de Jesús.
Al finalizar el novenario se hace el levantamiento del altar, para despedir el alma del difunto, que ya debe descansar en paz.
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