Una esperanza de vida
- José Eduardo Sánchez S.
Se han tenido que comprar en cantidad limitada para evitar grandes retrasos en los procesos de licitación.
Pese a los esfuerzos que hace la CSS, que trata de darle prioridad a la adquisición de éstos al igual que medicamentos especiales, la burocracia administrativa no permite dar respuestas rápidas.
Para la directora administrativa de este centro, Onelia Cisneros, ayer se implantaron 3, y 2 más están programados para hoy. Adicionalmente se tramitan tres órdenes de compras adicionales para cubrir 9 pacientes más, por lo que se coordinará directamente con el servicio de coronaria, para que aquellos que lo necesitan y no están hospitalizados, se les pueda llamar a tiempo.
Dijo que "la institución no va a paralizar las compras de estos aparatos, que son esenciales para poder dar repuestas a los pacientes del área de coronaria" y agregó que la administración está preparada para que una vez se haya terminado con estas requisiciones, comenzar los trámites respectivos.
Mensualmente en este centro hospitalario, 22 marcapasos son puestos a los pacientes que con mayor urgencia así lo requieran. Esta semana instalaron 8 a hospitalizados en el área de cuidados intensivos de la unidad coronaria, que representa una inversión superior a B/. 30 mil.
El jefe del servicio de cardiología, Alvaro Cornó, aclaró que los pacientes enviados a casa son los que tienen el marcapasos puesto con su respectivo generador, el cual cuando cumple con su cometido se le agota la batería y la misma se le da el servicio de reposición en la Clínica del Marcapaso, encargada de llevar el control.
Según Cornó, los marcapasos se han convertido en una esperanza de vida para muchos panameños, que hoy viven con ellos, y para quienes esperan ansiosos uno para seguir viviendo, luego que su corazón sufrió daños en su sistema eléctrico.
Aunque parezca mentira, el corazón humano es, explicándolo de forma sencilla, una bomba como cualquier otra, formada por tejido muscular, que necesita una fuente de energía para poder funcionar. La energía de bombeo, en este caso, proviene de un sistema intrínseco de conducción eléctrica.
Hay varias clases: unicamerales (que van en una sola cámara) dirigidos a colocarse en el ventrículo derecho y su precio varía entre mil 700 y 3 mil 400 dólares; los bicamerales tienen un cable que va al ventrículo y otro a la aurícula y su valor es de 3 mil 900 a 4 mil 500 dólares dependiendo, de las funciones y las especificaciones de cada uno.
Un marcapasos puede usualmente percibir si el latido cardiaco está por encima de cierto nivel, en cuyo caso se apaga automáticamente y, de la misma manera, puede detectar cuando el latido se vuelve muy lento, y en esa circunstancia se enciende automáticamente y comienza a funcionar de nuevo.
Tenga cuidado cuando pase por detectores de seguridad de aeropuertos y bancos.
Apague los motores grandes, como los de automóviles o barcos, si está trabajando en ellos (éstos pueden "confundir" temporalmente el ritmo de su marcapasos).
Si un dentista o un cirujano tiene que someterlo a un procedimiento quirúrgico, dígale que lleva un marcapasos, de esta forma no se utilizará la electrocoagulación para controlar las hemorragias (este puede cambiar la programación del marcapasos).
Lleve siempre consigo la tarjeta de identificación en la que consta que tiene un marcapasos.
Evite golpes en la zona donde está el marcapasos, puede alterar su funcionamiento.
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