Panamá para Cristo y El Hogar
Una tradición panameña que ha cruzado fronteras
Unos 40,000 dólares es la inversión anual que hacen las bandas independientes.
El espectáculo que brindan las bandas independientes es el más esperado por los panameños durante los desfiles patrios; tan esperado como el arroz con pollo de la abuela en las fiestas familiares.
Detrás de esas pegajosas tonadas que van de la mano con la celebración del nacimiento de nuestra patria, hay una preparación de siete meses, en los que en su mayoría participan personas adultas, padres y madres de familias; en algunos de los casos hasta abuelos.
A pesar de sus compromisos, estas personas dedican tiempo, talento y hasta invierten dinero de su pecunio para asumir los costos que representa participar en estas agrupaciones, pues al final no recibe ninguna remuneración económica por su esfuerzo.
Son 54 bandas independientes que hay en Panamá y que en cada desfile patrio se esmeran para realizar las mejores presentaciones y lucir los atuendos más lujosos. “Lo hacemos por amor al arte, para cumplir con una tradición popular que ya tiene 60 años”, reveló Ameth Bolívar Sánchez, quien es el director de la banda independiente El Hogar.
Este grupo conformado por unas 618 personas es la organización emblemática de las bandas independientes . La banda El Hogar es la primera que se creó en Panamá y desde allí esta tradición se ha ramificado en todo el país.
Sánchez, un hombre de 50 años de edad, habla con orgullo de las agrupaciones musicales independientes como una tradición de la nacionalidad panameña, que ha cruzado fronteras.
“Estamos exportando nuestro talento musical y cultural en países hermanos como Costa Rica, Nicaragua, Guatemala e incluso en los Estados Unidos”, destacó.
Según Sánchez, la meta de esta banda es viajar el próximo año para Europa con el propósito de exportar ese talento.
Pese a las exitosas presentaciones en los desfiles patrios de estas bandas, su participación cada año es condicionada; es más, hay organizaciones cívicas que organizan desfiles que prohíben su participación en estas actividades cívicas, debido a que hace algunos años se registraron incidentes violentos con los miembros de estos grupos.
Seguridad
Para el sociólogo Roberto Pinott, principalmente las personas que entran a estas bandas musicales provienen de los estratos sociales más bajos en los barrios de la ciudad, en donde existe el riesgo de que dentro de sus filas haya personas de comportamientos conflictivos, de allí el recelo de las autoridades.
Sánchez aseguró que en los últimos 6 años, esta percepción ha dado un nuevo giro que consiste en llevar a esta banda independiente a los barrios para reclutar a jóvenes que están en riesgo social, con el propósito de alejarlos de las pandillas, la violencia y la drogadicción; llevando una cultura de paz.
El dirigente musical agregó que se trata de una obra que se hace de manera silenciosa, debido al impacto social que tiene el hecho de prevenir la violencia por medio del arte.
Legados
El liderazgo en las bandas de música independientes se hereda, un ejemplo es la estructura de El Hogar; que nació de un colegio vocacional que llevaba ese nombre.
El propietario del plantel era Armando Sánchez; tras fallecer en el año de 1989, fue sucedido por su hijo mayor Omar Sánchez, tras su muerte Ameth tomó el mando. Ameth dice tener 12 hijos, dos de ellos de sangre y el resto son pupilos que ha formado desde pequeños en esta organización y que podrían tener la misma posibilidad de dirigir la banda de música El Hogar.
“Con la aptitud de líder se nace, quien lleva las riendas de la organización observa ese don de mando entre los hijos”, explicó Ameth.
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