La linda libertad de Clara Rojas, un año después del fin de su cautiverio
- Madrid
La libertad ha sido más linda de lo esperado, afirma Clara Rojas un año después de su liberación tras permanecer seis años cautiva en la selva colombiana a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Cuando se cumple hoy un año de su puesta en libertad, la abogada colombiana secuestrada por la guerrilla junto a la candidata presidencial Ingrid Bentancourt expresa en una entrevista con la revista española "Yo dona" su agradecimiento especial a la gente que le para por la calle, le abraza o le pregunta por su hijo.
"Eso me ayuda a estar bien", afirma Clara Rojas, quien añade que ahora su hijo, concebido y nacido en la selva, es el centro de su universo.
"Emmanuel es la prioridad en mi vida, es una luz en el camino como lo fue durante mi cautiverio, por él sobreviví", asegura Clara Rojas a quien separaron de su hijo a los ocho meses de nacer.
Desde su liberación el 10 de enero de 2008, en la denominada operación Enmamnuel, que tuvo como garante al presidente venezolano, Hugo Chávez, Clara Rojas ha pedido que respetaran su silencio porque necesitaba reencontrarse con su pequeño y recuperarse de las secuelas del cautiverio.
La abogada colombiana, quien tiene un recuerdo emotivo de todos los rehenes, escribe ahora un libro en el que relata su experiencia y trata de comentar cómo fueron los obstáculos más duros que enfrentó.
Convencida de que sobrevivir en cautividad es un trabajo que hay que afrontar "con mucho esfuerzo desde el primer día", Clara Rojas evita anclarse en el papel de víctima y prefiere presentar su secuestro como una oportunidad para retomar su vida con objetivos renovados.
Aunque reconoce que es cierto que en algunas ocasiones durante su cautiverio se desesperó, "porque no se sabe si se va a morir o si se seguirá con la misma gente", reconoce que ha cambiado su trato con las personas que la rodean haciéndose más cálida y tolerante.
Por ello quizá disculpa a Ingrid Betancourt, de quien se distanció durante el secuestro, aunque Clara resta importancia a este hecho del que dice desconocer las causas de ese enfriamiento en las relaciones con la que era su amiga y compañera de partido.
"Me secuestraron, pero no quiero que sea el drama de mi vida. Me dolió mucho, perdí seis años, sufrí un daño irreparable, pero depende de mi recuperar el tiempo y darle a mi hijo tranquilidad", concluye la abogada colombiana.
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