Detenidos 28 familiares y socios de los jefes del cartel de Cali acusados de blanqueo
- Manila
La Justicia colombiana detuvo hoy a 28 familiares y socios de los ex jefes del disuelto cartel de Cali, los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez, y confiscó 140 bienes de estos capos extraditados a Estados Unidos, a los que acusó de incumplir acuerdos y ocultar valiosas propiedades.
La Fiscalía y la Dirección de Instrucción Criminal de la Policía (Dijin), arrestaron en Bogotá, Cali, Bucaramanga y la isla de San Andrés a 28 personas, entre ellos a cuatro hijos de Gilberto Rodríguez, dentro de un total de 38 órdenes de captura por delitos de narcotráfico, blanqueo y relativos a testaferros.
"Esas personas diseñaron una estrategia para ocultar, encubrir o solapar los bienes adquiridos por su padre o su tío, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela", declaró el fiscal general colombiano, Mario Iguarán, en una rueda de prensa.
El funcionario subrayó que "se incumplió el acuerdo suscrito en EE.UU." por los capos extraditados.
Explicó que la Fiscalía y la Policía, con el apoyo del Departamento Estadounidense Antidrogas (DEA), "llegaron a la conclusión de que se trataba de testaferros para lavar los activos y blanquear los capitales".
Entre los detenidos en la redada, denominada "Segunda generación", figuran los hijos de Gilberto Rodríguez Orejuela, identificados como Alexandra, Jaime, Humberto, y Claudia Pilar Rodríguez.
También fueron aprehendidos su hermana Amparo Rodríguez, su sobrina Zoraida Muñoz y su cuñado Alfonso Gil Osorio. La mayoría de los detenidos fueron trasladados a Bogotá.
Gilberto Rodríguez Orejuela, extraditado en 2004, y su hermano Miguel, enviado a EE.UU. en 2005, fueron condenados por la Justicia estadounidense a 30 años de prisión en septiembre de 2006.
Los dos fundadores del emporio de la cocaína estaban detenidos en Colombia desde 1995, cuando las autoridades locales los detuvieron y procesaron junto a otros cinco cabecillas de la entonces poderosa organización que se entregaron o fueron aprehendidos.
El fiscal precisó que los hermanos Rodríguez Orejuela pactaron en Estados Unidos la entrega de bienes valorados en 2.000 millones de dólares.
Pero agregó que la Oficina de Control de Bienes y Finanzas del Departamento del Tesoro de EE.UU. (OFAC), denunció que "hubo engaño" al quedarse supuestamente con una serie de propiedades.
Por ello, la Fiscalía y la Policía reactivaron el proceso en Colombia.
Los bienes rurales y urbanos confiscados están situados en Cali, Palmira, Cartago, Roldanillo, Popayán, Barranquilla, Cartagena y Bogotá.
También se decomisaron 15 sociedades y 653 acciones del club de fútbol América de Cali, que Miguel Rodríguez controló en alguna época.
El acuerdo de los Rodríguez Orejuela con las autoridades de Estados Unidos buscaba que sus hijos y demás familiares fueran dejados en paz.
El fiscal Iguarán denunció que Claudia Rodríguez fue arrestada en un apartamento de Cali, capital del departamento del Valle del Cauca (suroeste), que ya había sido confiscado. "No entendemos por qué estaba allí".
El cartel de Cali fue considerado en las décadas de 1980 y comienzos de 1990 como la mayor organización de tráfico de cocaína del mundo y se le atribuyó en su mejor momento el tráfico del 80 por ciento de esa droga que llegaba a EE.UU.
Los Rodríguez Orejuela empezaron trabajando en oficios modestos, crearon una cadena de farmacias y formaron un conglomerado con bancos y equipos deportivos, al tiempo que adquirían poder en numerosos sectores del país y sobornaban a políticos.
Las autoridades colombianas capturaron o forzaron a entregarse en 1995 a los siete principales jefes de ese cartel, entre ellos los dos hermanos.
Aunque los Rodríguez cumplían condenas en Colombia, fueron extraditados a EE.UU., donde tribunales de Florida y Nueva York los acusaron del envío de más de 50 toneladas de cocaína hacia ese país y en 2006 los sentenciaron a 30 años de prisión.
No obstante, Fernando Rodríguez Mondragón, el hijo mayor de Gilberto Rodríguez, afirmó que "el Gobierno colombiano incumplió el pacto que hicimos con la Justicia de EE.UU.".
"No creo que mi hermano sea tan bruto de hacer negocios ilegales", declaró Rodríguez Mondragón a la emisora La FM y aseguró que "en el Gobierno colombiano hay funcionarios que están torpedeando las negociaciones con EE.UU. y no nos quieren dar nuestras propiedades a cada integrante de la familia, ni el dinero para volver a empezar".
El desarticulado cartel de Cali vuelve a la palestra con 28 detenciones
El cartel de Cali, creado por los colombianos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela y considerada la mayor organización de tráfico de cocaína en el mundo en décadas pasadas, regresó a la actualidad con la detención de 28 familiares y allegados de los capos y la orden de captura de otras diez personas.Las autoridades de Colombia, que también se incautaron de propiedades valoradas en 130 millones de dólares, practicaron las detenciones bajo la acusación de que los arrestados actuaron como testaferros.
Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela fueron extraditados en 2004 y 2005, respectivamente, a Estados Unidos, donde negociaron con la Justicia de ese país y ahora purgan penas de 30 años, mientras que muchos de los cargos intermedios del cartel caleño están muertos o también encarcelados.
La carrera criminal de los dos hermanos se inició a comienzos de la década de 1970, tras abandonar su pueblo natal, Mariquita, en el departamento central colombiano del Tolima, donde trabajaron en su juventud en una pequeña farmacia familiar.
Ambos viajaron a Cali y se vincularon a una pandilla de ladrones de vehículos antes de pertenecer a otra banda más productiva: "los chemas", dedicada al secuestro y que comenzaba a comprar y vender marihuana y cocaína.
En ese negocio de la droga tropezaron en el camino con otra organización colombiana, el también desarticulado cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar, que a diferencia de el caleño hizo uso de la violencia extrema y del terrorismo para demostrar su poder.
Gilberto Rodríguez Orejuela (alias "El Ajedrecista") y su hermano Miguel (alias "El Señor") fueron más prudentes para acercarse a los círculos del poder y menos sanguinarios que los hombres de Pablo Escobar.
Al cartel de Cali le atribuyeron las autoridades de Estados Unidos el ingreso de al menos el 80 por ciento de la cocaína consumida en ese país durante los años dorados para ese grupo criminal, entre 1980 y comienzos de la década de 1990.
Fueron años en que desarrollaron una guerra con sus enemigos del cartel de Medellín, cuando algunos ex funcionarios y ex mandos policiales y militares reconocieron que los de Cali cooperaron para destruir a la organización de Pablo Escobar.
Los Rodríguez Orejuela prefirieron la infiltración sin prisa y el soborno para llegar a las altas esferas sociales, deportivas y políticas, inicialmente en el Valle del Cauca, departamento del que Cali es capital, y luego a otras regiones colombianas.
Por los años ochenta y comienzos de los noventa, "El Ajedrecista" y "El Señor" ocuparon asientos en mesas directivas de empresas industriales y comerciales, en clubes sociales y en equipos deportivos.
La jugada final para el cartel de Cali fue la aportación de unos seis millones de dólares para apoyar la campaña presidencial del liberal Ernesto Samper (1994-1998), quien negó haber negociado con los Rodríguez Orejuela y fue absuelto por el Congreso.
La denuncia de dinero proveniente del narcotráfico en la campaña de Samper generó un "suspenso" en las relaciones con Estados Unidos durante buena parte de su Gobierno.
Pero irónicamente fue durante el Gobierno de Samper cuando los dos hermanos fueron detenidos: Gilberto en junio, y Miguel en agosto de 1995, ambos en escondites de Cali.
Poco antes, otros jefes y socios de la organización, como José Santacruz Londoño, Helmer "Pacho" Herrera" y Henry Loayza "El Alacrán", murieron en enfrentamientos con la policía, fueron detenidos o se entregaron, e incluso uno de ellos fue asesinado en prisión.
En noviembre de 2002 Gilberto Rodríguez Orejuela recuperó su libertad gracias a un recurso de hábeas corpus, pero meses después, el 12 de marzo de 2003, fue detenido nuevamente tras ser solicitado en otro proceso por narcotráfico.
Su hermano Miguel, por su parte, nunca recuperó su libertad y también fue enviado a Estados Unidos.
En ese país los hermanos negociaron su condena, entregaron cerca de 300 bienes y dinero en efectivo por unos 2.100 millones de dólares y aceptaron la pena de 30 años de cárcel a cambio de que a los miembros de su familia no los molestaran y les entregaran una propiedad para vivir.
Sin embargo, en las detenciones y registros de este miércoles, las autoridades colombianas se incautaron de unos 140 bienes, valorados en 130 millones de dólares, adquiridos supuestamente con dinero de los extraditados jefes del cartel, y no declarados.
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