Un tupamaro "orgulloso" de su pasado dirigirá el Ministerio uruguayo de Defensa
- Yalena OrtÃz
El ex guerrillero tupamaro Luis Rosadilla, que el 1 de marzo próximo se convertirá en el nuevo ministro de Defensa de Uruguay, afirmó hoy en una entrevista con Efe que asumirá el cargo "orgulloso" de su pasado, pero confiado en colaborar con los militares para modernizar las Fuerzas Armadas.
Rosadilla, panadero en su juventud y que estuvo preso nueve años durante la dictadura militar (1973-1985) por pertenecer a esa guerrilla, tendrá la responsabilidad de hacer del ministerio un lugar donde penetre la política "en el mejor y más amplio sentido de la palabra", explicó.
El Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla urbana surgida en los años sesenta del siglo pasado, protagonizó asaltos, secuestros, atentados y asesinatos antes y durante el Gobierno de facto, y fue también víctima de la represión policial y castrense de aquellos años.
Al caer la dictadura, Rosadilla fundó el Movimiento de Participación Popular (MPP) junto con el presidente electo, José Mujica, que también estuvo preso trece años por su condición de guerrillero.
Con ese partido Rosadilla llegó en 2004 como diputado al Parlamento, donde preside la Comisión de Defensa.
Desde su austero despacho en el Parlamento, dijo hoy a Efe comprender las "miradas mecánicas" que se ciernen sobre su pasado guerrillero y su futuro papel como máximo responsable político del estamento militar uruguayo, si bien esa es una historia de la cual se siente "orgulloso" y de la que no hace "ninguna renuncia".
"Esa historia se reúne con el presente sin solución de continuidad, pero el pueblo uruguayo eligió al (bloque oficialista de izquierdas) Frente Amplio por su buen gobierno, por su historia y no la de los tupamaros", afirmó el político.
Instó asimismo a los críticos de su pasado que le demuestren "que no es idóneo" para el puesto de ministro y afirmó que él "no está enamorado del cargo y que no será obstáculo para que Uruguay tenga una política de defensa coherente".
Recordó también que su relación con los militares, sus antiguos enemigos, es buena y data de hace varios años gracias a su labor parlamentaria.
"Estoy convencido de que vamos a poder trabajar en común, lo que no significa que no vayamos a tener eventuales diferencias", puntualizó.
Rosadilla sustituirá en el cargo a Gonzalo Fernández, uno de los hombres de confianza del presidente Tabaré Vázquez, que hace cinco años se convirtió en el primer presidente de izquierdas de la historia del país. Esa tendencia tendrá continuidad en el poder gracias al triunfo electoral de Mujica el pasado 29 de noviembre.
Junto con Rosadilla, el futuro Gobierno contará con otro ministro ex tupamaro, Eduardo Bonomi, mano derecha del presidente electo y que dirigirá la cartera de Interior.
En la entrevista con Efe el próximo titular de Defensa destacó también la "enorme responsabilidad" que supone dirigir un ministerio, lo que le obligará a dar "todo lo que física e intelectualmente pueda" con el objetivo de crear un equipo "que sea garantía para que los compromisos se cumplan".
"Mi primera obligación es que mi presencia no sea imprescindible y que las cosas funcionen bien, y para eso hay que hacer una enorme apuesta por la transversalidad, la responsabilidad individual y el control colectivo, para que se logre un ministerio con mucha política dentro y con equipos poderosos, fuertes e integrados", afirmó.
Entre otros problemas, tendrá que enfrentar la modernización de las Fuerzas Armadas uruguayas en sus aspectos, un proceso que él pretende que abarque aspectos "políticos, económicos y sociales, además de institucionales, de gestión, de despliegue, de equipamiento".
En las últimas cuatro décadas, salvo en el aspecto ideológico, "donde todo el país es distinto", las Fuerzas Armadas uruguayas "no han cambiado en lo esencial" y los nuevos tiempos hacen "que se impongan cambios", concluyó.
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