Un tribunal condena a 25 años de cárcel al último dictador argentino
- REDACCION
Un tribunal condenó hoy a 25 años de prisión a Reynaldo Bignone, el último presidente de la dictadura militar argentina (1976-1983), por delitos de lesa humanidad cometidos en el mayor centro clandestino de detención del régimen de facto.
El Tribunal Oral Federal 1 de la localidad de San Martín, a las afueras de la capital argentina, dictó idénticas penas para los ex generales Santiago Omar Riveros y Fernando Verplaetsen, y sentenció a 20 años al ex militar Carlos Tepedino.
También condenó a los antiguos militares Jorge García y Eugenio Guañabens Perelló a 18 y 17 años de prisión, respectivamente, y absolvió al ex policía Germán Montenegro.
En una resolución aplaudida por familiares de las víctimas de la dictadura que presenciaron la lectura del veredicto, el tribunal ordenó además que se revoque la prisión domiciliaria que hasta hoy cumplían Bignone (1982-1983), Tepedino y Guañabens Perelló, quienes deberán ser conducidos a una cárcel común junto al resto de los condenados.
"Estamos felices por las condenas y la decisión de internarlos en una cárcel común, por los 30.000 desaparecidos, por las madres, las abuelas, los hijos, por el pueblo argentino", afirmó Estela de Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo.
En la misma línea se pronunció el secretario de Derechos Humanos del país, Eduardo Luis Duhalde, para quien la sentencia es "justa, acorde con los hechos probados".
El juicio comenzó el pasado noviembre por allanamientos ilegales, privaciones de la libertad e imposición de tormentos en perjuicio de 56 personas que pasaron por la guarnición militar de Campo de Mayo, en las afueras de Buenos Aires, considerada la mayor cárcel clandestina de la dictadura porque albergaba cuatro centros de tortura y una maternidad.
Tanto la Fiscalía como la mayor parte de las querellas, entre ellas la Secretaría de Derechos Humanos de Argentina, habían solicitado 25 años de cárcel para Bignone, Riveros, García, Verplaetsen y Tepedino, y penas menores para los otros dos acusados.
En este proceso sólo se han juzgado delitos contra 56 víctimas de Campo de Mayo, una mínima porción de las más de 5.000 que, según los organismos de derechos humanos, pasaron por ese campo de concentración, en el que hubo muy pocos sobrevivientes.
Bignone, de 82 años, afirmó hoy en su testimonio final ante los jueces que en Argentina se desarrolló una "guerra irregular" en la que las Fuerzas Armadas "tuvieron que intervenir para derrocar al terrorismo".
El dictador, para quien las víctimas de la represión "ni eran tan jóvenes ni tan idealistas", recurrió hoy a una cita del tres veces presidente Juan Domingo Perón para justificar la represión y cuestionó las cifras de víctimas del régimen de facto.
Bignone dijo que, frente a los 30.000 desaparecidos y 500 bebés apropiados denunciados por organismos humanitarios, no está demostrado que hubiera más de 8.000 desaparecidos y unos 30 niños robados durante la dictadura.
Ya retirado de las Fuerzas Armadas, Reynaldo Bignone fue designado presidente el 1 de julio de 1982 en sustitución de Leopoldo Galtieri, después de la derrota argentina en la guerra con el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas.
En su corta gestión, el dictador negoció la transición hacia la democracia, ordenó destruir todas las pruebas de la represión ilegal y dictó una ley de Pacificación Nacional para beneficiar a los miembros de las Fuerzas Armadas, norma posteriormente anulada por el Gobierno constitucional al considerarla una "autoamnistía".
En democracia, y tras varias entradas y salidas de la cárcel por delitos de lesa humanidad, Bignone fue detenido en 2007 por orden del tribunal que le condenó hoy, aunque gozó del beneficio del arresto domiciliario que prevén las leyes argentinas para los mayores de 70 años.
Bignone, el dictador que quiso borrar la huella de los crímenes del régimen
Reynaldo Bignone, condenado hoy a 25 años por delitos de lesa humanidad, fue el último presidente de la dictadura argentina (1976-1983) y quien trató de borrar las huellas de los crímenes cometidos por el régimen de facto y amnistiar a los responsables.
Durante su breve gestión, el hoy octogenario ex general negoció la transición hacia la democracia, ordenó destruir la documentación sobre detenciones, torturas y asesinatos de desaparecidos y firmó una ley de Amnistía o Pacificación Nacional para encubrir a los miembros de las Fuerzas Armadas.
Nacido el 21 de enero de 1928 en la localidad bonaerense de Morón, ingresó en el Ejército a los 19 años y, en 1976, participó activamente en el derrocamiento del Gobierno de María Estela Martínez de Perón, la tercera esposa del tres veces presidente Juan Domingo Perón.
Poco después de la instauración del régimen de facto ocupó las instalaciones del Hospital Posadas para convertirlo en un campo de concentración.
En 1980 accedió a la subdirección de los Institutos Militares y al año siguiente, cuando Roberto Viola sustituyó a Jorge Videla, el primero de los cuatro presidentes de la dictadura, Bignone pidió su retiro.
Distanciado políticamente de la cúpula castrense, se convirtió entonces en el candidato ideal para suceder al general Leopoldo Galtieri, sumido en la desgracia tras la derrota bélica en las Malvinas ante el Reino Unido.
El 1 de julio de 1982, tras la dimisión de quien había declarado la guerra a los británicos, Reynaldo Bignone asumió la Presidencia con la promesa de restaurar la democracia en un país deprimido económicamente y con crecientes presiones de los organismos de derechos humanos para conocer el paradero de los desaparecidos.
El 28 de abril de 1983, y después de fijar la fecha de las elecciones para octubre de ese año, Bignone dictó un decreto que ordenó borrar todas las evidencias de la denominada "guerra sucia", así como el Documento Final sobre la Lucha contra la Subversión y el Terrorismo que orientó represión.
El 23 de septiembre avanzó en este proyecto al firmar la ley de Pacificación Nacional en beneficio de los miembros de las Fuerzas Armadas que actuaron en los "años de plomo", norma que posteriormente el Gobierno constitucional declararía nula por considerarla una "autoamnistía".
La foto de Bignone colocando la banda presidencial al dirigente radical Raúl Alfonsín, ganador de las elecciones tras siete años de cruenta dictadura, recorrió el mundo el 10 de diciembre de 1983.
Un mes después de dejar el poder, Bignone fue detenido, acusado de la desaparición y asesinato de soldados, pero fue puesto en libertad en junio de 1984 por disposición del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.
Logró eludir el histórico Juicio a las Juntas Militares en 1985, pero en 1999 regresó a la cárcel por el robo de hijos de desaparecidos y el secuestro y asesinato de médicos del Hospital Posadas.
Fue liberado en 2005, aunque en 2007 el ex dictador volvió a ser encarcelado por orden del mismo tribunal que le condenó hoy por delitos de lesa humanidad en la guarnición militar de Campo de Mayo, a las afueras de Buenos Aires, considerada la mayor cárcel clandestina del régimen de facto.
Bignone también ha sido procesado por su responsabilidad en el Plan Cóndor, como se denomina a la represión coordinada de las dictaduras del Cono Sur americano para eliminar a opositores políticos en las décadas de 1970 y 1980.
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