José Tomás "está reaccionando bien" tras la operación, dice su apoderado
- Aguascalientes (México)
El torero José Tomás "dentro de la gravedad, está estable y está reaccionando bien" tras la operación a que fue sometido la pasada madrugada, declaró hoy a la prensa su apoderado, Salvador Boix.
El diestro madrileño fue sometido a una operación de tres horas y media que realizó el cirujano vascular Alfredo Ruiz, a quien apoyaron los médicos de plaza Carlos Hernández y Enrique González Cariaga.
Ruiz dijo que José Tomás continuaba "muy grave" aunque estable tras con la cornada "de unos quince centímetros" en el tercio medio del muslo izquierdo con una trayectoria hacia arriba y hacia atrás que le lesionó las venas femorales superficiales y profunda y la ilíaca.
El torero sigue ingresado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital Hidalgo de Aguascalientes, donde hoy está previsto que a las 11.00 hora local (16.00 GMT) los médicos que le atienden ofrezcan una rueda de prensa.
La cogida de José Tomás ocurrió durante la lidia del quinto toro, de la ganadería mexicana de Pepe Garfias. El torero perdió mucha sangre por lo que se solicitó por megafonía en la plaza que quienes tuviesen su mismo grupo sanguíneo donasen sangre.
El diestro está muy vinculado a la localidad de Aguascalientes, donde hace unos años se compró un rancho y en donde ya ha toreado en varias ocasiones.
José Tomás, que tomó su alternativa en México, ya sufrió otra gravísima cogida en 1996 en la plaza de Autlán de la Grana, en el estado de Jalisco, en la que también perdió mucha sangre y necesitó varias transfusiones.
José Tomás, entre el arte y el riesgo, héroe del toreo
La gravísima cornada de José Tomás en Aguascalientes (México), que ha conmocionado al mundo entero, pendiente de su estado, vuelve a instalar al torero en la categoría de héroe de una actividad de arte y de riesgo, exponentes principales de su carrera, siempre al límite de la tragedia.
Lo explicó muy bien el gran Antonio Ordóñez cuando dijo que "José Tomás pone el cuerpo donde los demás la muleta", para hacerse una idea de su rotundidad en la forma de citar a los toros.
Tal es el misterio de su estilo y personalidad en el ruedo, si es que se puede aceptar que lo que él hace encierra algún enigma. Porque Tomás es la naturalidad frente al toro por encima de otras virtudes, con un fondo de mucho valor y arrojo, sí, pero también y sobre todo con la elegancia y la solemnidad de unas formas extraordinariamente agraciadas con el no sé qué que distingue a los figurones del toreo.
Sinceridad en la entrega, clasicismo e integridad en las formas, y el toque final del sentimiento. Ahí están las claves de la tauromaquia de este torero.
Dicen los profesionales que se ponen delante del toro, que en definitiva saben más que nadie de lo que en el ruedo se traen entre manos, que hay un sitio indefectible donde el toro o embiste o atropella.
Ni más ni menos que el sitio que pisa José Tomás, donde las cornadas que ha recibido son innumerables, y donde, como no podía ser de otra manera, se sustentan también los grandes triunfos que jalonan su carrera. Es lo que hay, y que cada uno haga su particular interpretación.
De ahí las sensaciones encontradas que producen sus faenas de mayor gloria, por lo que se disfruta viéndole más allá de la pureza de cualquier planteamiento torero y, en el otro lado, por la angustia aparejada a tanto y tan evidente riesgo.
Por eso la consideración que tiene de torero de época. De la suya propia, puesto que la historia se escribe ya con un antes y un después de él.
Y también por eso, para ensalzar su figura, se hace inevitable la comparación con los diestros de mayor leyenda, como José Gómez "Joselito", por la capacidad; Juan Belmonte, por el valor; Manuel Jiménez "Chicuelo", por la gracia, y Manuel Rodríguez "Manolete", por su desbordante personalidad dentro y fuera de las plazas.
Precisamente "Manolete" es un espejo reconocido por Tomás, que demuestra una inquietud permanente por seguir sus pasos, alabando sus méritos hasta el extremo de restar importancia en alguna ocasión a sus propios percances al compararlos con los del "monstruo", como le motejó el cronista de la época Ricardo García K-Hito para sobredimensionar su extraordinaria condición de persona y torero.
Ahora Tomás se ha obligado a procesar y sintetizar tanto bueno que hubo en los estilos de cada uno de aquellos mitos, para explicar a las nuevas generaciones no sólo lo grandeza del pasado, sino la que todavía está por llegar. En definitiva, sus triunfos y cornadas como la de Aguascalientes son su mejor y más generosa aportación a la historia de la tauromaquia.
Juan Miguel Núñez
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