About chicho
- Rodrigo Chiari Álvarez
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Soy uno de tantos que tuvieron el honor y la oportunidad de haber sido estudiantes de Narciso Arellano Moreno. De la misma manera que me alegre cuando me entere de su designación como Decano de la Facultad de Derecho de mi alma mater, hoy me regocijo por su atinado nombramiento como magistrado del Tribunal Electoral. Y es que el licenciado Arellano posee no solo el talento académico y los conocimientos en materia jurídica, pero también tiene el caudal moral para una misión como la que le ha sido encomendada.
Haciendo uso de su derecho constitucional, el excelentísimo presidente de la república ha escogido a este brillante letrado como el sucesor del magistrado Valdés Escoffery. Se ha criticado en el pasado, la vinculación político partidista de quienes han llegado a ocupar dicho cargo. José Raúl Mulino ha roto el molde.
Obviamente habrá aquellos que le encontraran un, pero. Sin embargo, poco o nada habría que decir en contra de ello. ¡De hecho, reto a cualquiera a hacerlo! Cualquier cuerpo colegiado como el Tribunal Electoral lleva sobre sus hombros la tremenda responsabilidad de velar por una institución tan importante como lo es la democracia. Mucha sangre y sudor se han derramado universalmente para que nuestras actuales generaciones, perfecta o no, puedan disfrutar de sus beneficios. A pesar de haber nacido en tiempos de la antigua Grecia, mucho ha tenido que suceder para que hoy podamos decir que "vivimos en democracia".
En un mundo que seguimos debatiéndonos en conflictos por diversas causas, aún existe la esperanza de un mejor mañana. La democracia juega un papel crucial en ello y no debemos dejar de defenderla.
Chicho Arellano es un primer paso sabio hacia el adecentamiento de nuestro sistema político. Conversando con el hoy primer mandatario, días antes de su elección, me quedo claro que es alguien que realmente desea ser recordado en los anales de nuestra historia republicana por su legado. El hombre no es perfecto, ya que absolutamente nadie lo es. Se alegra, se enfada o entristece como cualquier otro ser humano. Lo aceptamos con sus defectos y virtudes.
Si solo se siguiera este mismo patrón en la escogencia de los siguientes magistrados, al igual que el de los de la Corte Suprema, los siguientes meses restantes de este quinquenio estaríamos viviendo un periodo de oro de la democracia panameña. Respetando las aspiraciones políticas de todos, les pido que nos detengamos por un momento a pensar acerca del país que añoramos.
Tengo gratos recuerdos de mi juventud. Junto a mucho de mis compañeros y profesores luchamos por un mejor Panamá. Nuestros hijos y nietos, bien o mal, podrán cosechar los frutos de nuestros sacrificios. No solo el profesor Arellano, pero también el licenciado José Javier Rivera, al igual que muchos otros sembraron esa semilla que hoy nos hace quienes somos. Cuando se crece bajo una dictadura y luego tenemos la oportunidad de madurar en democracia, nadie se puede sentir más bendecido que eso.
Chicho, juega tu mejor papel por favor. Deja siempre en alto el recuerdo de tus alumnos de la USMA. Eres alguien respetado por nosotros y estoy seguro el resto de los panameños lo harán. Así es, honrar, honra. Quienes dimos nuestro voto de confianza a JR Mulino el pasado 5 de mayo, sabemos que la cosa no es fácil, pero tampoco es imposible. ¡Compatriotas, todos juntos por Panamá!
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