Anécdota
Anacleto y los coclesanos del lago Gatún
- Stanley Heckadon-Moreno (opinion@epasa.com)
En el verano de 1981, conocí en el caserío de Cerro Cama al viejo campesino Anacleto Valdez. Dijo que había nacido en Penonomé a poco después de
En el verano de 1981, conocí en el caserío de Cerro Cama al viejo campesino Anacleto Valdez. Dijo que había nacido en Penonomé a poco después de la Revolución, la Guerra de los Mil Días (1899-1902), el más violento conflicto colombiano. Al construirse el Canal, se represó el río Chagres y nació el mayor lago artificial del mundo, Gatún. Sumergidos dejó 55 poblados y 450 kilómetros cuadrados de selvas. Anacleto, como otros coclesanos, emigró al lago en la década de 1920. Testigo fue de la primera fiebre del guineo, en la década de 1920 y la de 1945-1953.
Hasta la década de 1960 dependieron estos campesinos del lago, de las pintorescas lanchas que viajaban hasta el muelle público en las esclusas de Gatún. Aquí aguardaban compradores de Colón, el mayor mercado para la producción campesina. En 1970, al construirse el camino Interamericana-Cerro Cama, La Chorrera desplazaría a Colón como epicentro de la vida comercial y administrativa de buena parte de los caseríos lacustres.
Así describe el Canal Record, de octubre 1954, un viernes de mercado en Gatún. Estaba el muelle atestado de gente y amarradas a él barcazas bananeras y cayucos. Súbito aparecen las lanchas El Sol y la Ciri Grande, abarrotadas de pasajeros y productos agrícolas. En sus capotas traían cajetas con gallinas vivas y racimos de pifá. Pasajeros y cargas desembarcan rápido. Pronto llegarían la Washington, Pueblo Nuevo y Margaret Jane. Naves con esloras de 29 a 40 pies de largo. Venían desde caseríos lacustres como Escobal, Lagarterita, Cirí Grande, Ciricito y Vino Tinto. En el muelle esperaba media docena de chivas y camioncitos, así como compradores. Para los 6,000 habitantes del lago, estas lanchas eran su medio de transporte. Mezcla de buses, camiones y ambulancias. En ellas venían para ir a misa, al hospital o visitar una oficina pública.
Lanchas y cayucos navegaban por los caminos de agua, como el famoso Banana Channel. Despejados en 1925-1926, reventando a punta de dinamita los troncos de la selva sumergida. Peligrosa tarea hecha por personal del Canal, a costo de $28,000 dólares. A la sazón era la población del lago de 3,394 almas. Tenían estas vías un total 46 millas de largo y 212 señales de navegación. Su mantenimiento, encargado a la lanchita Gaviota. Retomemos nuevamente la historia de Anacleto.
Vine aquí de edad de 13 años. Vine a trabajá ganando reales. Yo me trajo unos amigos de allá que conocían por acá. Unos mentaos Moranes. Me vine con Bernabé Morán. Me vine por La Chorrera, Las Ollas y Cerro Negro. A pie. Cuando vine no había la carretera [La Chorrera-Cerro Cama]. Los Moranes venían a trabajá, a ganase la vida, a salariar. Por acá se ganaba un poquito más. Aquí había gente, unos Fernández y un Ruiz, gente que siempre tenía trabajito. Esa gente eran de allá de Coclé y se vinieron. Estaban viviendo en río Trinidá. Mucha gente de aquí es de Coclé.
Cuando llegamos, to esto era montaña. Aquí no había nadie, ninguno. Este pueblo de Cerro Cama era un membrillal. Nosotros compramos un pradito a Modesto Delgao. Yo hice mi primera finquita aquí. Sembraba comida. Aquí los terrenos eran distintos de donde yo venía. Aquí los frutos daban gusto. Uno sembraba arroz, maij. Ombe, eso era una barbaridá! Uno cosechaba mucho antes, pero ya todo está lleno de hierba [potreros]. Aquí se trabajaba antes sabroso porque to pegaba, to era barato. Yo llevaba a vendé maij y arroj a Colón. También puerco. Yo sembré caña, también paré un trapichito. Yo molía en invierno y verano pa vendé rapadura a la gente y uso de uno.
Despuesito que yo allegué fue que ya comenzaron la gente a sembrá guineo. Aquí no había ni semilla. El guineo comenzó por Cirí Grande. Yo estuve trabajando mucho por allá, decepando, sembrando, cargando, jalando. Trabajaba pa mi existencia. Yo sembré guineo también, pa vendele a la lancha. Lo llevaba abajo, a río Pescao. Venía gente de Colón a comprarlo. Varias compañías venían a comprarlo. En Cirí Grande había como cinco personas que compraban guineo. Pero eso se acabó. El guineo comenzó cuando yo llegué aquí, a los 14 años. Me hice socio con Tomás, un chiricano, sembramos como 3,000 matas. Lo sacábamos a espalda al río y en un cayuco y de ahí por to el río a la laita en el lago.
Uno tumbaba la montaña, uno sembraba en crudo, sin quemá. Sembraba y le tiraba encima el monte al guineo que así duraba más. Uno socolaba y dejaba los palos grandes. Pero yo mejor tumbaba el monte y los lograba, sembraba arroz y maij y después que estaba quemao sembraba el guineo. En Cirí Grande la mayoría sembraba en crudo. En otra entrega seguiremos la narrativa de Anacleto, el coclesano de lago Gatún.
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