Apeles (s. 1V a. C)
- Guillermo Márquez B.
Este fue un pintor griego, contemporáneo de Alejandro Magno a quien le hizo un retrato que a ése no le gustó. No obstante, su caballo Bucéfalo, al verlo, se puso a relinchar en señal de reconocimiento y entonces Apeles le dijo:
-"Eres un gran rey, pero en pintura entiende más tu caballo que tú".
A él se le atribuye la expresión “Zapatero, a tus zapatos.” Conforme a la leyenda, un zapatero vio un cuadro de Apeles que contenía unos zapatos y se dio cuenta de que en ellos había un error; se lo dijo a Apeles y éste le dio las gracias y procedió a corregir. Alentado por tan buena acogida, el hombre intentó señalarle otros errores y entonces, interrumpiéndolo, Apeles le dijo: -“Zapatero, a tus zapatos”.
Apeles a más de pintor gozaba de una memoria extraordinaria. En una ocasión, hizo un viaje a Egipto cuyo faraón no gustaba de él. Un desconocido, malintencionado y con deseos de poner en aprietos al pintor, haciéndose pasar por emisario de aquél le dijo que el faraón lo invitaba a comer. Llegada la hora, Apeles se dirigió al palacio y el faraón, al verlo, le gritó:
-“¿Qué haces tú aquí?”.
-“Tú me has invitado”.
-“No”.
-“Un emisario tuyo me dijo eso”.
-“¿Quién ha sido el atrevido?”.
Apeles no sabía el nombre. Pidió un pedazo de papiro y dibujó en él el rostro del fingido emisario a quienes todos reconocieron enseguida y eso congració al faraón con el pintor. No se sabe si, en desagravio, el faraón impuso algún castigo al insidioso y falso emisario.
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