Experiencias
Barceloneando Panamá
Situada en la costa del Mediterráneo, esta pujante metrópolis de 5 millones de habitantes es la sexta más poblada de la Unión Europea y la capital mediterránea
Situada en la costa del Mediterráneo, esta pujante metrópolis de 5 millones de habitantes es la sexta más poblada de la Unión Europea y la capital mediterránea de España. Más allá de su fútbol, Barcelona destaca por su particular arquitectura y su pujante gente. Sede del modernismo, destacan la Iglesia de la Sagrada Familia, la más solemne obra de Gaudí, entre otros impactantes lienzos de su imaginación como el parque Guell y múltiples edificios que resaltan ante los estupefactos ojos de los visitantes.
Posterior a la larga travesía desde el Istmo, con escala en Madrid, arribé embobado por el cansancio que causa el cambio de horarios, a mi hotel en la Plaza de Sants, a tres paradas de tren del aeropuerto de Barcelona. En un lujoso automóvil Audi me recogieron Dorlisse Díaz Seixas, queridísima hija de mi profesora Dilsa Vergara, en compañía de su esposo catalán Óscar Edmundo Alier (siendo Edmundo Alier sus dos apellidos) y su inquieto vástago Alan para un estupendo recorrido turístico.
El primer lugar que visitamos fue Montjuic. Desde la Plaza España, contemplamos los pabellones de la Exposición Internacional de 1929 y el castillo que alberga el MNAC (Museo Nacional de Arte de Catalunya). Subimos la montaña y pasamos junto al Poble Español, un lugar donde hay una réplica de la arquitectura de las principales ciudades españolas. Un Mi Pueblito, pero a gran escala. Montjuic fue también sede de los principales pabellones de las Olimpiadas, Barcelona 1992. Desde allí divisamos la zona portuaria (de carga y de cruceros).
ASÍ COMO ANAYANSI LE ARRANCÓ EL CORAZÓN A BALBOA, IBERIA SE ENAMORA DE LOS ENCANTOS NATURALES, LOS ÍNDICES ECONÓMICOS Y EL RESURGIMIENTO DE PANAMÁ EN LO QUE TODOS DEBEMOS PARTICIPAR, LA AVENTURA HACIA EL PRIMER MUNDO, SIN QUEJAS Y CON NUESTRA IRRESTRICTA ENTREGA A LA PATRIA.
Posteriormente pasamos frente a la estatua de Colón y continuamos hacia el barrio de La Barceloneta, donde hicimos un paseo por la costa, disfrutando de la vista del Mediterráneo, la torre vela del W Hotel y la imponente escultura de Pez de Frank Gehry. Cenamos en el restaurante Barceloneta, desde donde veíamos el Tibidabo.
En un último recorrido, subimos por la Vía Laietana, desde donde vimos restos de la muralla que cercaba Barcelona y vimos La Catedral. Seguidamente admiramos la imponente Sagrada Familia, obra sublime de Gaudí, y pasamos frente a la manzana de la discordia, testimonio de los grandes arquitectos modernistas catalanes: La Casa Batllò de Gaudí, Casa Amatller de Puig i Cadafaells y La Casa Lleó i Morera de Domènech i Montaner. Caí como papaya madura, permaneciendo once horas en los brazos de Morfeo, para proceder a iniciar la semana con bríos.
El lunes tuve el honor de dictar mi conferencia “Por qué Panamá” en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, gozando de una audiencia harto académica, con quienes me identifico y gozamos de mutuo aprecio y admiración, por nuestra vocación pedagógica y entrega a ideales éticos y filosóficos por encima de cualquier interés personal. Sobremanera sobrepasó mis expectativas la presentación y obsequio del mejor libro jamás escrito sobre Balboa, por parte del editor del Círculo Científico de Madrid, don Dionisio Redondo, tomo que haré llegar a un sitio donde todos los compatriotas lo puedan saborear.
El martes, en la sede de la Cámara de Comercio de Barcelona, gocé inmensamente la presencia del cónsul general de Panamá, colegas empresarios, curiosos inversionistas y algunos compatriotas que me honraron con su presencia en un significativo intercambio durante mi conferencia. Dos públicos distintos, un resultado común. Afuera, donde se puede apreciar con lupa comparativa, Panamá es lo que siempre fue para mí y que recién ahora empiezan a redescubrir los españoles. Así como Anayansi le arrancó el corazón a Balboa, Iberia se enamora de los encantos naturales, los índices económicos y el resurgimiento de Panamá en lo que todos debemos participar, la aventura hacia el primer mundo, sin quejas y con nuestra irrestricta entrega a la Patria y a sus ardientes fulgores de gloria. ¡Así lo sintieron en Barcelona esta semana!
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