¿Cacería de Osama bin Laden; vivo o muerto?
Publicado 2001/09/23 23:00:00
Según las investigaciones de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, no existe la menor duda que el principal sospechoso de haber organizado y perpetrado los ataques terroristas con aviones kamikazes el negro 11 de septiembre último, en las Torre Gemelas del World Trade Center de Nueva York y de las oficinas del Pentágono en Washington, lo es el millonario y místico saudí, Osama bin Laden, quien dicho sea de paso fue en la década del 80 un estrecho colaborador, aliado e informante de la CIA.
Por otra parte, también es cierto que el terrorismo en todas sus formas se constituye en el enemigo común de todos los Estados libres y democráticos. Por lo que es de imperiosa necesidad acabar cuanto antes y desmantelar las bases de organizaciones terroristas y exigir a todos los Estados democráticos que cumplan con sus compromisos de perseguir y cooperar con la persecución de estas conductas criminales que tanto luto, destrucción, lágrimas y dolor le ocasionan a la humanidad.
Asimismo, es conocido que dentro del territorio controlado por talibanes en Afganistán existen campos de entrenamiento de terroristas y extremistas. En efecto, el gobierno afgano del Talibán alberga al refugiado de origen saudita, el líder extremista de grupos radicales y fanáticos Osama bin Laden, fiel a sus costumbres y creyente del fanatismo y fundamentalismo islámico, el cual se constituye en un enemigo común del mundo entero y quien para los talibanes es una especie de "un santo viviente".
No obstante y desafortunadamente para Washington, la cosa no sería nada fácil, toda vez que el meollo del asunto es muchísimo más complejo de lo que a simple vista aparente, ya que están de por medio los conflictos en el Medio Oriente entre los palestinos-israelíes, en cuanto a la independencia y liberación de los territorios ocupados de Palestina desde 1967 por Israel -en la Franja de Gaza y Cisjordania- al tenor a lo pactado en Belén 2000 por la ONU; eso por un lado, además el país afgano es una Nación de geografía compleja, sin acceso al mar y enclavado en una de las zonas geopolíticamente más explosivas del planeta. Aunado a ello, Afganistán es un país muy pobre donde gran parte de la situación de la población es sumamente precaria; un país que vive en extrema pobreza; y que está en la miseria absoluta, donde la expectativa de vida ha caído según cifras estadísticas, en 42 años para los varones y 40 para las mujeres. Como vemos, sería muy difícil sino imposible para Washington, ya que cualquiera acción militar podría dar como resultado matar a miles y miles de civiles afganos inocentes y quizás a muy pocos o sino a ningunos terroristas. Tendríamos desafortunadamente, la repetición, pero en distinto escenario, de las mismas escenas tristes y dolorosas de las tragedias vividas por el pueblo estadounidense, en la última semana en Nueva York y en Washington, ¿o no?
Creemos que en esta ocasión se trata de una guerra nada convencional y el actuar sin cautela y sin conocer al enemigo sería muy peligroso y una eventual invasión al lejano Afganistán no sería nada fácil. Soy consciente que debe declararse la guerra contra los terroristas, pero habría que definirse claramente quiénes son los "enemigos del mal" para saber entonces la estrategia a seguir a efecto de conseguir el éxito deseado en cualquiera operación militar que se intente. Pero sí el asunto es capturar al terrorista bin Laden, es necesario agotar primero los medios diplomáticos permitidos para lograr la entrega del místico extremista saudí, a fin de evitar más derramamiento inútil de sangre de inocentes vidas humanas.
Por otra parte, también es cierto que el terrorismo en todas sus formas se constituye en el enemigo común de todos los Estados libres y democráticos. Por lo que es de imperiosa necesidad acabar cuanto antes y desmantelar las bases de organizaciones terroristas y exigir a todos los Estados democráticos que cumplan con sus compromisos de perseguir y cooperar con la persecución de estas conductas criminales que tanto luto, destrucción, lágrimas y dolor le ocasionan a la humanidad.
Asimismo, es conocido que dentro del territorio controlado por talibanes en Afganistán existen campos de entrenamiento de terroristas y extremistas. En efecto, el gobierno afgano del Talibán alberga al refugiado de origen saudita, el líder extremista de grupos radicales y fanáticos Osama bin Laden, fiel a sus costumbres y creyente del fanatismo y fundamentalismo islámico, el cual se constituye en un enemigo común del mundo entero y quien para los talibanes es una especie de "un santo viviente".
No obstante y desafortunadamente para Washington, la cosa no sería nada fácil, toda vez que el meollo del asunto es muchísimo más complejo de lo que a simple vista aparente, ya que están de por medio los conflictos en el Medio Oriente entre los palestinos-israelíes, en cuanto a la independencia y liberación de los territorios ocupados de Palestina desde 1967 por Israel -en la Franja de Gaza y Cisjordania- al tenor a lo pactado en Belén 2000 por la ONU; eso por un lado, además el país afgano es una Nación de geografía compleja, sin acceso al mar y enclavado en una de las zonas geopolíticamente más explosivas del planeta. Aunado a ello, Afganistán es un país muy pobre donde gran parte de la situación de la población es sumamente precaria; un país que vive en extrema pobreza; y que está en la miseria absoluta, donde la expectativa de vida ha caído según cifras estadísticas, en 42 años para los varones y 40 para las mujeres. Como vemos, sería muy difícil sino imposible para Washington, ya que cualquiera acción militar podría dar como resultado matar a miles y miles de civiles afganos inocentes y quizás a muy pocos o sino a ningunos terroristas. Tendríamos desafortunadamente, la repetición, pero en distinto escenario, de las mismas escenas tristes y dolorosas de las tragedias vividas por el pueblo estadounidense, en la última semana en Nueva York y en Washington, ¿o no?
Creemos que en esta ocasión se trata de una guerra nada convencional y el actuar sin cautela y sin conocer al enemigo sería muy peligroso y una eventual invasión al lejano Afganistán no sería nada fácil. Soy consciente que debe declararse la guerra contra los terroristas, pero habría que definirse claramente quiénes son los "enemigos del mal" para saber entonces la estrategia a seguir a efecto de conseguir el éxito deseado en cualquiera operación militar que se intente. Pero sí el asunto es capturar al terrorista bin Laden, es necesario agotar primero los medios diplomáticos permitidos para lograr la entrega del místico extremista saudí, a fin de evitar más derramamiento inútil de sangre de inocentes vidas humanas.
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