CAM 2
Publicado 2003/11/30 00:00:00
- José Pineda
El II Congreso Americano Misionero (CAM) termina hoy en la ciudad de Guatemala. Ha sido un acontecimiento eclesial católico al que han asistido más de tres mil personas provenientes desde Alaska hasta la Tierra de Fuego.
De nuestra tierra istmeña participaron más de 130 personas entre obispos, sacerdotes, diáconos, y laicos oriundos de casi todas las provincias. Muchos verdaderos misioneros, otros con propensión hacia las misiones, otros listos para ser llamados a tan necesaria vocación por el Bautismo.
Fue como un Pentecostés renovado con tanta y tan diversa procedencia de participantes. "Cenáculo Misionero continental" lo llamó el Santo Padre y su enviado especial fue el Cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
El Santo Padre se expresa y da la bienvenida a todos estos "misioneros" haciéndoles notar que desde el inicio de la evangelización, el Espíritu del Señor ha suscitado en esas benditas tierras hermosos frutos de santidad en hombres y mujeres que, fieles al mandato misionero del Señor, han entregado su propia vida al anuncio del mensaje cristiano, incluso en circunstancias y condiciones heroicas".
"En la base de este maravilloso dinamismo misionero estaba, sin duda, su santidad personal y también la de sus comunidades" recalca. Por ello, "un renovado impulso de la misión ad gentes, en América y desde América, exige también hoy misioneros santos y comunidades eclesiales santas".
"Las iglesias particulares del continente están llamadas a extender su impulso evangelizador más allá de sus fronteras continentales. No pueden guardar "para sí" las inmensas riquezas de su patrimonio cristiano".
"Grande es la responsabilidad de vuestras iglesias particulares en la obra de evangelización del mundo contemporáneo. Grande es el fruto que ella podrá dar en esta nueva primavera misionera si todos los cristianos y, en particular, los misioneros y las jóvenes iglesias responden con generosidad y santidad a las solicitaciones y desafíos de nuestro tiempo".
Un Congreso Americano Misionero (CAM) es un encuentro del Pueblo de Dios, especialmente de todos aquellos que en la Iglesia en América del Norte, del Centro y del Sur y del Caribe desarrollan de algún modo una actividad de promoción y de animación misionera "ad Gentes" a nivel local, regional o nacional.
La finalidad primordial de un CAM es animar a las iglesias particulares del continente para que asuman su propia responsabilidad misionera en la específica tarea de la evangelización de todos los pueblos. Estos congresos, que de por sí no constituyen un encuentro de expertos en misionología, tienen un carácter eminentemente pastoral y son un instrumento valioso, casi indispensable, para dar profundidad, forma y vida a la conciencia misionera de dichas iglesias.
Los Congresos Americanos misioneros tuvieron su origen en México, en la ciudad de Torreón, en ocasión del VII Congreso Nacional Misionero, celebrado del 20 al 23 de noviembre de 1977. Por una serie de circunstancias, dicho congreso se convirtió en el primer Congreso misionero Latinoamericano (COMLA), reconocido como tal, gracias a la entusiasta presencia del enviado especial del Santo Padre, el recordado cardenal brasileño Angelo Rossi.
La participación de los presidentes nacionales de las Comisiones Especiales de Misiones y de los directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias de diferentes países de América Latina dio a dicho encuentro un carácter continental.
Los otros cuatro congresos misioneros latinoamericanos celebrados a lo largo de la geografía del continente, siguieron al primer COMLA; el segundo se celebró también en México, Tlaxcala 1983, y los siguientes tuvieron su sede en dos países del área bolivariana. Bogotá, Colombia, en 1987 y Lima, Perú, en 1991; el quinto se celebró en Belo Horizonte, Brasi,l en 1995.
Siguiendo los pasos del Sínodo de los Obispos para América y el deseo del Santo Padre de favorecer la unidad espiritual de los pueblos del continente, los organizadores del VI Congreso Misionero Latinoamericano, que se celebró en Paraná, Argentina, en 1999, consideraron que dicho encuentro misionero bien podía considerarse un fruto de dicho Sínodo si extendiera el ámbito de su celebración a todas las naciones del continente, desde Alaska a Tierra del Fuego. Es así como el VI COMLA se convirtió en el primer Congreso Americano misionero CAM 1.
Los tres viajes que ha hecho el Santo Padre a Guatemala indican porqué se celebra en Guatemala este Congreso. Y añado yo, el hecho de ser el país donde las sectas no católicas han dominado de manera pasmosa, más que ninguna nación de Centroamérica, Guatemala se ha preparado y ha ofrecido su hospitalidad a los más de 3000 asistentes.
El Cardenal Rodolfo Quezada Toruño, junto con Monseñor Julio Ovalle, Obispo de Jalapa, y el director nacional de las Obras Misioneras Pontificias el Padre Antonio Bernasconi se esforzaron porque el Congreso fuera lo que de él se esperaba. Por nuestra parte, el Reverendo Padre Vicente Gil, encargado de la Obra Pontificia Misionera en Panamá, misionero claretiano, logró entusiasmar a los panameños para que nos representaran dignamente en Guatemala como lo han hecho. Los frutos del Congreso pronto los sentiremos en nuestro medio.
De nuestra tierra istmeña participaron más de 130 personas entre obispos, sacerdotes, diáconos, y laicos oriundos de casi todas las provincias. Muchos verdaderos misioneros, otros con propensión hacia las misiones, otros listos para ser llamados a tan necesaria vocación por el Bautismo.
Fue como un Pentecostés renovado con tanta y tan diversa procedencia de participantes. "Cenáculo Misionero continental" lo llamó el Santo Padre y su enviado especial fue el Cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
El Santo Padre se expresa y da la bienvenida a todos estos "misioneros" haciéndoles notar que desde el inicio de la evangelización, el Espíritu del Señor ha suscitado en esas benditas tierras hermosos frutos de santidad en hombres y mujeres que, fieles al mandato misionero del Señor, han entregado su propia vida al anuncio del mensaje cristiano, incluso en circunstancias y condiciones heroicas".
"En la base de este maravilloso dinamismo misionero estaba, sin duda, su santidad personal y también la de sus comunidades" recalca. Por ello, "un renovado impulso de la misión ad gentes, en América y desde América, exige también hoy misioneros santos y comunidades eclesiales santas".
"Las iglesias particulares del continente están llamadas a extender su impulso evangelizador más allá de sus fronteras continentales. No pueden guardar "para sí" las inmensas riquezas de su patrimonio cristiano".
"Grande es la responsabilidad de vuestras iglesias particulares en la obra de evangelización del mundo contemporáneo. Grande es el fruto que ella podrá dar en esta nueva primavera misionera si todos los cristianos y, en particular, los misioneros y las jóvenes iglesias responden con generosidad y santidad a las solicitaciones y desafíos de nuestro tiempo".
Un Congreso Americano Misionero (CAM) es un encuentro del Pueblo de Dios, especialmente de todos aquellos que en la Iglesia en América del Norte, del Centro y del Sur y del Caribe desarrollan de algún modo una actividad de promoción y de animación misionera "ad Gentes" a nivel local, regional o nacional.
La finalidad primordial de un CAM es animar a las iglesias particulares del continente para que asuman su propia responsabilidad misionera en la específica tarea de la evangelización de todos los pueblos. Estos congresos, que de por sí no constituyen un encuentro de expertos en misionología, tienen un carácter eminentemente pastoral y son un instrumento valioso, casi indispensable, para dar profundidad, forma y vida a la conciencia misionera de dichas iglesias.
Los Congresos Americanos misioneros tuvieron su origen en México, en la ciudad de Torreón, en ocasión del VII Congreso Nacional Misionero, celebrado del 20 al 23 de noviembre de 1977. Por una serie de circunstancias, dicho congreso se convirtió en el primer Congreso misionero Latinoamericano (COMLA), reconocido como tal, gracias a la entusiasta presencia del enviado especial del Santo Padre, el recordado cardenal brasileño Angelo Rossi.
La participación de los presidentes nacionales de las Comisiones Especiales de Misiones y de los directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias de diferentes países de América Latina dio a dicho encuentro un carácter continental.
Los otros cuatro congresos misioneros latinoamericanos celebrados a lo largo de la geografía del continente, siguieron al primer COMLA; el segundo se celebró también en México, Tlaxcala 1983, y los siguientes tuvieron su sede en dos países del área bolivariana. Bogotá, Colombia, en 1987 y Lima, Perú, en 1991; el quinto se celebró en Belo Horizonte, Brasi,l en 1995.
Siguiendo los pasos del Sínodo de los Obispos para América y el deseo del Santo Padre de favorecer la unidad espiritual de los pueblos del continente, los organizadores del VI Congreso Misionero Latinoamericano, que se celebró en Paraná, Argentina, en 1999, consideraron que dicho encuentro misionero bien podía considerarse un fruto de dicho Sínodo si extendiera el ámbito de su celebración a todas las naciones del continente, desde Alaska a Tierra del Fuego. Es así como el VI COMLA se convirtió en el primer Congreso Americano misionero CAM 1.
Los tres viajes que ha hecho el Santo Padre a Guatemala indican porqué se celebra en Guatemala este Congreso. Y añado yo, el hecho de ser el país donde las sectas no católicas han dominado de manera pasmosa, más que ninguna nación de Centroamérica, Guatemala se ha preparado y ha ofrecido su hospitalidad a los más de 3000 asistentes.
El Cardenal Rodolfo Quezada Toruño, junto con Monseñor Julio Ovalle, Obispo de Jalapa, y el director nacional de las Obras Misioneras Pontificias el Padre Antonio Bernasconi se esforzaron porque el Congreso fuera lo que de él se esperaba. Por nuestra parte, el Reverendo Padre Vicente Gil, encargado de la Obra Pontificia Misionera en Panamá, misionero claretiano, logró entusiasmar a los panameños para que nos representaran dignamente en Guatemala como lo han hecho. Los frutos del Congreso pronto los sentiremos en nuestro medio.

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.