Carter o el apologista de la dictadura
Publicado 2002/11/19 00:00:00
- William Salal
"Fue un hombre, simplemente, con una huella de sudor agrario; tuvo talento sólo de manisero empresario, pero para desgracia de su país y de otros, quiso jugar a Presidente. Y sin otra divisa que su sonrisa, no pudo emblanquecer la Casa Blanca con la nieve pueril de su sonrisa. Disfruto su flaqueza como un vicio, y fue pigmeo para el gran oficio en un salón oval de horas nocturnas. Infeliz mariscal, sin saber cómo, un vengador ejército de urnas de tu propio pueblo, te acribilló sin plomo". (Luis Mario - poeta cubano)
Con motivo de la "oportuna" adjudicación del premio Nóbel de la Paz, al Sr. Jimmy Carter, algunos personajes de la dictadura, se han desecho en loas a este señor. Tienen sobrados motivos para hacerlo, la firma de los Tratados del 77 les significó gran cantidad de préstamos y dádivas, así como unos años más de crímenes impunes para aterrorizar, (tal como lo sabía todo Panamá y hoy ha comprobado plenamente la Comisión de la Verdad, la cual aunque "no existe" ha desarrollado una labor ponderable y contrastante), y así continuaron saqueando los fondos estatales y aumentando la deuda eterna, lo que era del pleno conocimiento del gobierno de Carter, quien en esa época, por esas ironías de la historia, promovía una campaña de los "Derechos Humanos" a nivel internacional; dicho sea de paso, internacionalmente fue el plano en el que el Sr. Carter más dio muestras de su limitada medida (rusos en Afganistán, secuestro a embajada de Estados Unidos en Irán, etc., etc.), razón por la que el pueblo norteamericano le respondió en esa misma proporción y con una cuarta de votos menos.
Como toda regla tiene su excepción en esta campaña de derechos humanos Panamá fue la excepción, a donde vino el profeta de los derechos humanos, a apuntalar la imagen de un dictador. La misma noche de su llegada y en continuación de la política de aterrorizar a la población para evitar protestas, varios jóvenes panameños resultaron heridos y dos de ellos asesinados a balazos en el campus de la Universidad de Panamá. El Sr. Carter no se dio por enterado. Se celebró una "manifestación" en la Plaza 5 de Mayo. Lamentablemente no se pudieron manifestar los panameños exilados por la dictadura, ni la gran mayoría del pueblo panameño que tenía sus derechos conculcados y como hombres libres odiaban la dictadura.
El tratado del paraguas agujereado por donde se filtraban los conceptos sofismáticos de una soberanía limitada a perpetuidad, se firmó con los auspicios de la "Organización de Enanos Anodinos, (OEA)", la cual nunca dejó de demostrar su cariño y apoyo a la dictadura que padecíamos en Panamá.
El señor Carter, en un acto de humorismo involuntario, le "exigió" a la dictadura, el regreso de los exiliados, la apertura democrática, la creación de partidos políticos, reformar el acto de imposición del "72 que algunos insisten en llamar Constitución, etc., etc. Todo esto, por supuesto, cuando ya se hubieran aprobado y firmado los tratados, particularmente el de neutralidad, que le garantiza a Estados Unidos, a perpetuidad el derecho a intervenir (manes de 1903), que habían sido la motivación prioritaria para el golpe de Estado del "68, ya que era necesario que los firmara alguien "comprensivo", que no se le fuera a ocurrir cobrarle a USA por las bases militares desde la época que éstas se instalaron a principios del siglo pasado, ni que tampoco pretendiera cobrar por las bases del "77 al "99. Que tampoco se fuera a imaginar que USA debería, en gesto de compensación histórica, construir y financiar el tercer juego de esclusas, así como el nuevo puente sobre el Canal, (el que esta en uso fue una exigencia del Arnulfo Arias, en sus 12 puntos compensatorios presentados a Estados Unidos en 1940, como un verdadero patriota).
Hoy día, gracias a la desclasificación de documentos en USA, se ha podido comprobar que los norteamericanos tenían, desde 1964, toda la intención de entregar el Canal y el tren a Panamá, desligándose ellos de todo compromiso económico ulterior. Todo esto pone en evidencia la hipocresía y mascarada que se vivió en época del señor Carter, ya que Estados Unidos se reservaba el derecho, a perpetuidad, igual que en 1903, de intervenir en nuestro país, cuando a criterio de ellos la situación lo requiera, comestible y potable "fundamento legal de la invasión".
Llama la atención que el señor Carter, en su última visita a Panamá, para alegría de algunos bellacos y placidez de otros tontos que evidentemente no se han leído el mencionado tratado, le dio al Tratado de Neutralidad una interpretación que contradice lo que él mismo firmó y totalmente a la inversa de lo que dice el texto, particularmente con relación al derecho de intervenir en Panamá. Adicionalmente, dicho señor nos ha hecho otra burla macabra a los panameños, adivina a quién tiene en su Fundación Carter como Presidente elegido en Panamá, sin fraude y por ende democráticamente. Sin que venga a cuento, está de moda una canción titulada: "Mentiroso".
Con motivo de la "oportuna" adjudicación del premio Nóbel de la Paz, al Sr. Jimmy Carter, algunos personajes de la dictadura, se han desecho en loas a este señor. Tienen sobrados motivos para hacerlo, la firma de los Tratados del 77 les significó gran cantidad de préstamos y dádivas, así como unos años más de crímenes impunes para aterrorizar, (tal como lo sabía todo Panamá y hoy ha comprobado plenamente la Comisión de la Verdad, la cual aunque "no existe" ha desarrollado una labor ponderable y contrastante), y así continuaron saqueando los fondos estatales y aumentando la deuda eterna, lo que era del pleno conocimiento del gobierno de Carter, quien en esa época, por esas ironías de la historia, promovía una campaña de los "Derechos Humanos" a nivel internacional; dicho sea de paso, internacionalmente fue el plano en el que el Sr. Carter más dio muestras de su limitada medida (rusos en Afganistán, secuestro a embajada de Estados Unidos en Irán, etc., etc.), razón por la que el pueblo norteamericano le respondió en esa misma proporción y con una cuarta de votos menos.
Como toda regla tiene su excepción en esta campaña de derechos humanos Panamá fue la excepción, a donde vino el profeta de los derechos humanos, a apuntalar la imagen de un dictador. La misma noche de su llegada y en continuación de la política de aterrorizar a la población para evitar protestas, varios jóvenes panameños resultaron heridos y dos de ellos asesinados a balazos en el campus de la Universidad de Panamá. El Sr. Carter no se dio por enterado. Se celebró una "manifestación" en la Plaza 5 de Mayo. Lamentablemente no se pudieron manifestar los panameños exilados por la dictadura, ni la gran mayoría del pueblo panameño que tenía sus derechos conculcados y como hombres libres odiaban la dictadura.
El tratado del paraguas agujereado por donde se filtraban los conceptos sofismáticos de una soberanía limitada a perpetuidad, se firmó con los auspicios de la "Organización de Enanos Anodinos, (OEA)", la cual nunca dejó de demostrar su cariño y apoyo a la dictadura que padecíamos en Panamá.
El señor Carter, en un acto de humorismo involuntario, le "exigió" a la dictadura, el regreso de los exiliados, la apertura democrática, la creación de partidos políticos, reformar el acto de imposición del "72 que algunos insisten en llamar Constitución, etc., etc. Todo esto, por supuesto, cuando ya se hubieran aprobado y firmado los tratados, particularmente el de neutralidad, que le garantiza a Estados Unidos, a perpetuidad el derecho a intervenir (manes de 1903), que habían sido la motivación prioritaria para el golpe de Estado del "68, ya que era necesario que los firmara alguien "comprensivo", que no se le fuera a ocurrir cobrarle a USA por las bases militares desde la época que éstas se instalaron a principios del siglo pasado, ni que tampoco pretendiera cobrar por las bases del "77 al "99. Que tampoco se fuera a imaginar que USA debería, en gesto de compensación histórica, construir y financiar el tercer juego de esclusas, así como el nuevo puente sobre el Canal, (el que esta en uso fue una exigencia del Arnulfo Arias, en sus 12 puntos compensatorios presentados a Estados Unidos en 1940, como un verdadero patriota).
Hoy día, gracias a la desclasificación de documentos en USA, se ha podido comprobar que los norteamericanos tenían, desde 1964, toda la intención de entregar el Canal y el tren a Panamá, desligándose ellos de todo compromiso económico ulterior. Todo esto pone en evidencia la hipocresía y mascarada que se vivió en época del señor Carter, ya que Estados Unidos se reservaba el derecho, a perpetuidad, igual que en 1903, de intervenir en nuestro país, cuando a criterio de ellos la situación lo requiera, comestible y potable "fundamento legal de la invasión".
Llama la atención que el señor Carter, en su última visita a Panamá, para alegría de algunos bellacos y placidez de otros tontos que evidentemente no se han leído el mencionado tratado, le dio al Tratado de Neutralidad una interpretación que contradice lo que él mismo firmó y totalmente a la inversa de lo que dice el texto, particularmente con relación al derecho de intervenir en Panamá. Adicionalmente, dicho señor nos ha hecho otra burla macabra a los panameños, adivina a quién tiene en su Fundación Carter como Presidente elegido en Panamá, sin fraude y por ende democráticamente. Sin que venga a cuento, está de moda una canción titulada: "Mentiroso".
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