Cultura
A celebrar el día del escritor panameño
Hoy 25 de abril se celebra el Día del Escritor Panameño, con el antecedente de que apenas el 23 de abril se celebró el Día Mundial del
Ricardo A. González Chan (opinion@epasa.com) / Escritor y consultor independiente
Hoy 25 de abril se celebra el Día del Escritor Panameño, con el antecedente de que apenas el 23 de abril se celebró el Día Mundial del Libro y el Día del Idioma, y a la vez conmemoramos en esa fecha el fallecimiento, en 1616, de dos grandes escritores de talla mundial: William Shakespeare, inglés, y el español Miguel de Cervantes Saavedra, autor de la obra cumbre de nuestro idioma: “El Quijote”. Cuando la Unesco estableció el día de san Jordi para hacerle honor al libro, lo hizo con la intención de mirar el libro como un ente democratizador del pensamiento, válido para la reflexión crítica y hábil sostenedor de la democracia por excelencia.
Uno de los oficios más hermosos del mundo, y tal vez uno de los más difíciles, es el de escribir. Es a la vez la profesión y actividad más solitaria del mundo, declara Paulo Coelho. Somos de la opinión de que no toda persona puede hacerse llamar “escritor” o “escritora”. A pesar de que no hay ningún título académico para ello, sí son varias las características que se requieren para llegar a ser un verdadero escritor, pero basta con tener una que es muy indispensable: ser un creador. Por eso Vicente Huidobro grabó en su célebre “Arte Poética”: “El escritor es un pequeño dios”. Para escribir un libro basta con saber redactar, manejar los elementos básicos de la sintaxis y tener recursos para publicar. Pero eso no quiere decir que el producto final sea una obra literaria. Una obra debe descubrir algo de la realidad, aunque las palabras que utilice sean las mismas que se han usado siempre.
Cuando Flaubert se defendió del crítico Sainte-Beuve con la frase: “Siempre me he esforzado por llegar al alma de las cosas”, estaba aportando uno de los conceptos más importantes al difícil oficio de escribir: descubrir para conocer. La persona que escribe un libro y no está aportando nada, si no descubre nada, no está creando. Por eso Milán Kundera declara: “La obra literaria que no descubre una parte hasta entonces desconocida de la existencia es inmoral. El conocimiento es la única moral de la obra literaria”. Me uno a esta opinión.
Hay muchos escribidores y pocos escritores en todo el planeta. De Panamá se podría decir lo mismo, pero lo dejaremos a la historia, a ese enemigo invisible que es el tiempo.
La fecha del 25 de abril se escogió por ser el natalicio del gran maestro de nuestra literatura, don Rogelio Sinán, seudónimo de Bernardo Domínguez Alba, en la isla de Taboga. Como un homenaje a su memoria y con el fin de propiciar un mayor acercamiento a su compromiso con la literatura y con Panamá, así como para estimular la creación literaria al más alto nivel de excelencia en toda el área centroamericana, la Universidad Tecnológica de Panamá creó en 1996 un certamen anual y permanente cuyo nombre es Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán. Su primera versión se verificó en 1997 y cada año se premia un género literario (cuento, poesía, novela). A su vez, el Gobierno Nacional otorga la Condecoración Rogelio Sinán cada dos años a un escritor que por su trayectoria ha dejado grandes aportes a la literatura panameña.
Rogelio Sinán ejerció en Panamá como profesor de Español en el Nido de Águilas y de Arte Dramático en la UP. Fue también diplomático en varios países y miembro de la Academia Panameña de la Lengua. Falleció en 1994, a los 92 años de edad. Entre las obras más reconocidas de su vasta literatura están: “La Boina Roja” (cuentos), “Plenilunio” (novela) y “Chiquilinga” y la “Cucarachita Mandinga”, en el género de teatro infantil.
En otras latitudes, en el día del libro es tradición regalar un libro y rosas; en Panamá debemos adoptar esas costumbres. En este día en que se hacen honores a los escritores, regalemos, pues, libros y flores para que sean conductores de buenas costumbres y de educación, que tanta falta nos hacen. Como declara Gabriel García Márquez: “El escritor escribe para explicarse a sí mismo lo que no puede explicar”. A su vez añade: “Hay que empezar con la voluntad de que aquello que escribimos va ser lo mejor que se ha escrito nunca, porque luego siempre queda algo de esa voluntad”. Mis felicitaciones a todos mis colegas escritores y escritoras panameñas, sigamos adelante en nuestro quehacer literario.
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