Clase política es sinónimo de integridad
- Omar López S.
La clase política panameña, históricamente, ha sido empañada por comportamientos y acciones que han definido lo que es el concepto de integridad en la figura de los mismos. En algunas ocasiones se han utilizado calificativos tales como "ladrones" o "sinvergüenzas"; o, simplemente, que "llegan al poder a enriquecerse o a hacerse millonarios con dineros del pueblo". Pero veamos qué significa integridad. Esta palabra se asocia con lo que está completo, puro, íntegro, libre de impurezas. El diccionario lo define en referencia al ser humano como alguien recto, probo e intachable. El individuo debe actuar, entonces, con integridad, libre de impurezas, de tal forma que cumpla con las funciones para las cuales fue elegido por el voto o no, pero que debe cumplir cabalmente con la labor que define el puesto que ocupa.
A través del sistema público y privado panameño, existe la llamada "coima", que de forma degradante ha estigmatizado a nuestros funcionarios que, en el cumplimiento de sus funciones, abusan de quienes acuden a ellos en busca de solución a sus necesidades y problemas. Lo más grave es que la llamada "coima", en algunos casos, se ha institucionalizado; y en otros, los afectos ya conocen el procedimiento para salir del problema. Realmente se ha desvirtualizado el sistema de valores positivos creando un nuevo significado y valor a los políticos. ¿Será que la formación en valores ha sido tan frágil en nuestros niños, jóvenes y ciudadanos que frecuentemente situamos de lado u obviamos todos lo aprendido en el núcleo familiar y en nuestras escuelas? ¿O es que las necesidades socioeconómicas son tan grandes y graves que rebasan el esquema aprendido e internalizados uno nuevo para poder delinquir y sobrevivir?
En el país, hace décadas, se formalizó la conducta del "juega vivo", dando lugar a la fragmentación de nuestros valores traducidos en conductas positivas y de gran aceptación social. Esto nos recuerda un poco a Maquiavelo cuando decía que "el fin justifica los medios". Para poder tratar de modificar y mejorar esa situación, hay que atacar la problemática integralmente. Un plan de gobierno exitoso debe estar concatenado y en continua retroalimentación, de modo que no se den dualidades y que todos manejen la información en tiempo y movimiento.
El sistema de manejo de la cosa gubernamental es parecido al movimiento molecular en que las moléculas se accionan entre ellas. Este accionar debe estar orientado al mejoramiento integral del país, sobre todo en el ordenamiento económico y social.
Para desarraigar el juega vivo hay que actuar sobre el núcleo familiar y educar a edad temprana a nuestros niños futuros hombres de nuestra sociedad. No es fácil y no está garantizado, pero tenemos que hacer el intento por adecentar nuestro sistema político y social para que haya un mejor mañana.
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