“Dame pan y dime tonto”…
- Ariel Banqué Estrada
Por ser la inocencia el desapego del ser humano y de toda tendencia hacia el mal, lo absuelvo Sr. Presidente, pues fue sincero y de loco se tildó, y por este servidor y el 60% de votantes es que entre alardes y soberbia, usted osa repetir “no jueguen conmigo”, “ponte a trabajar” o “¿en qué idioma lo tengo que decir?”, cual si fuera con su crío con quien ha de conversar…
Y hablando de inocente, también lo soy, pues al elegirlo no vi su defecto mental y tiranía, sino las propuestas de quien más, que vicepresidente, hoy destila incompetencia y carácter de mozo de su campiña, de un Súper 99 o de Importadora Ricamar.
Inocente el timado ciudadano, quien no escarmienta con su pasado y sostiene ¡éste, es muy buenecito para estar en política! o bien, ¡fulano me dio pa’l gas, me dio cinco dola’ y pa’ cocina’!… pecando de ignorante y ratificando que en nuestros días, al vivir en la insipiencia, no es necesaria la fuerza, para que te puedan mediatizar.
Por ello insisto en mi inocencia, pues no voté por Bosco y por no ser cédula ocho no pude elegir a Bernal… soy inocente, y no me siento burlado, pues en la Asamblea de Diputados, cuna de mudos e interesados, verdugos voraces del pueblo, con exabruptos legislativos, no se encuentra rellenado Banqué, mi diputado…
¡Ah! Pero inocentes también los Diputados, que por temor a ser distanciados de su cúpula, prefieren solapar actos en contravención al pueblo, deponiendo sus principios y dignidad, por partidas y prebendas. Y sí que son inocentes, pues Pablo Pueblo, no valora al sabio e intelectual; a quien le ayuda de verdad, sino al baladí politiquero que le dé para el momento y en particular y no a la postre y la comunidad.
Inocente también el periodista, que hoy no sabe acometer ni refutar al Presidente, y a los demás lenguaraces de la Democracia, quizás por temor a la censura o por no caer pesados, pero que supieron entrometerse en los asuntos de Rctv y Chávez, al grado de suspender hace un par de años, su programación a hechura de protesta.
Ciudadano, por ti y por mí, absuelvo a esos arquitectos de la maldad, que nos saben acallar con dádivas y becas, con nombramientos en puestos públicos, y con los cien pa’ los 70. ¿Será correcto seguir auto amordazado sólo por esto? Pues, por otro lado, los detractores de la Democracia, nos amedrentan con fatídicas leyes, y con reprimenda social… Esto, es sólo mi opinión, también concibo tu inocencia, pues en momentos difíciles como estos, fácil es decir, “Dame pan y dime tonto”…
banes_18@hotmail.com
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.