De cómo se pierde la cabeza sin notarlo
Publicado 2007/09/09 23:00:00
- Juan Carlos Ansin
"El 24 de mayo de 1996, Carlos Rosa (Damasceno Monteiro), ciudadano portugu'e9s, fue asesinado y su cuerpo se halló en un parque público, decapitado y con señales de malos tratos". De: La cabeza perdida de Damasceno Monteiro. Antonio Tabucchi.
"El 24 de mayo de 1996, Carlos Rosa (Damasceno Monteiro), ciudadano portugués, fue asesinado y su cuerpo se halló en un parque público, decapitado y con señales de malos tratos". De: La cabeza perdida de Damasceno Monteiro. Antonio Tabucchi.
NO SEÑOR. Nadie puede perder la cabeza sin que lo note, a menos que sea un demente o se halle bajo la influencia de drogas que alteran la conciencia, la realidad o ambas cosas, o que uno sea tan distraído y buena gente que use otras cabezas que piensen por la de él y como se dice por ahí, como la costumbre es la madre del olvido, se la termine por perder por atrofia de desuso. Otra forma de perderla, es que la corten.
Todas estas cosas ocurren en la vida real y no en la literatura fantástica que Carpentier bautizara como lo real imaginario. Sucedieron en todos lados y en todos los pueblos, desde los más inteligentes y metafísicos como el alemán, que vio reflejada su realidad a través de El tambor de hojalata de Günter Grass -quien en su adolescencia la vivió con la suástica en el brazo- o hasta los más primitivos, como el de Idi Amín o el de Duvalier. También sucede entre los países prósperos; pero como dice el barrendero de Wall Street: en cabeza de rico pensamiento de pobre.
Hay también quien simula tenerla perdida para realizar sus fechorías sin que luego le impongan pena alguna, con la complaciente benevolencia de otras cabezas bastante más satisfechas que deciden sin apelación. También los hay que la pierden en conjunto, como si una epidemia de pensamientos desaforados le penetrara por las pupilas al mismo tiempo que leen la orden del "think tank" que los nutre. Los mismos que cuando van de cacería en lugar de tirarle al pato le tiran al cazador. Bien por los patos, que suelen ser más benévolos y pacíficos que estos otros bípedos con la cabeza rellena de pólvora, que le declaran la guerra a un país y tiran las bombas en otro. Y vaya uno a oponerse a las órdenes de estos descabezados o a firmar algún tratado comercial, pues donde dice compro lo interpretan vendo.. ¡y así será! Sí señor, siempre que haya cabezas a punto de perderse.
Esto acontece por ciclos y con cierta continuidad, en períodos con un ritmo preestablecido, como si la historia fuera el mar océano que baña nuestras costas al ritmo acompasado de las olas y de vez en cuando, esos mares que nos han determinado como nación, en lugar de cocos depositan cabezas ajenas, unas conocidas y otras.. reducidas. Así, la historia que se repite en espiral, nos arrojó una cabeza perdida similar a la de Damasceno Monteiro.
Después de la invasión creí que habíamos terminado con ese capítulo amargo y triste y que por muchos años los rostros que sonreían embelesados y complacientes ante las bravatas, desprecios y desplantes de quienes entonces ejercían el mando por la razón de la fuerza y de los que por identidad o empatía, con debida obediencia, las ejecutaron, no volverían jamás, como las golondrinas de Bécquer. Otras cabezas aturdidas impidieron entonces un cambio constitucional oportuno y necesario para que se borrara ese pasado ignominioso de una vez y para siempre. No sucedió así, en menos de lo que canta un gallo el partido militar renace de los escombros tal cual lo hace Gregorio Samsa, con la cucaracha de Kafka en La Metamorfosis.
Los amantes del turf recordarán que por una cabeza también se pierden carreras y esperanzas. Fue aquel un momento clave, donde la fuerza de los acontecimientos y la nube negra de la invasión aún no había terminado de disiparse. El vandalismo se juntó con el oportunismo de los comerciantes pidiendo indemnizaciones sin haberse extinguido el fuego de los incendios, ni el ardor de los corazones abrasados. Los muertos que todavía se lloran, fueron otras tantas cabezas echadas a rodar tras una causa perdida de antemano.
Le siguió una época de esplendor ficticio. El llamado sector empresarial del partido militar ganó las elecciones limpiamente. El neoliberalismo impulsado por las IFIs y la política del endeudamiento externo con los petrodólares sobrantes que habían invadido el mercado y los de una industria blanca con conciencia negra, más los dólares de las generosas privatizaciones de las empresas estatales rentables pero mal administradas. De ex profeso.. o no, (como diría un conocido periodista) milagro que al año ya daba a sus inversionistas jugosas ganancias. Ese boom lo terminó pagando la desaparecida clase media, evaporada del sistema con la misma rapidez que las lloviznas de verano. De las causas que hacen perder cabezas, la ambición y el engaño son de las primeras. Un referendo hizo rodar algunas.
El voto castigo gana elecciones y el antiguo partido de las presidencias breves se alza con el triunfo en alas de un género que nuestra historia política masculina cedió a una dama por primera vez en la historia. Se ha demostrado que la cabeza es algo más que un lugar para peinarse o donde colgar un sombrero. Así nos fue. Y no por lo sombreros, que los hay usados de noche y bajo techo. El gobierno que debió ser breve, duró más de lo merecido confirmando de esta manera que el determinismo histórico sólo existe en la imaginación de ciertas cabezas con ideas perdidas.
Hoy han vuelto acicaladas las oscuras golondrinas. Dialécticas, sonrientes, amables y juiciosas, elegantes, medidas y asombrosas. Vienen se van y vuelven otra vez. Dicharacheras, afanosas, comedidas o gremiales, todas juntas y en bandadas van dispuestas de ministerio en ministerio y otra vez de los balcones sus nidos vuelven a colgar. En alegre vuelo, con sus alas desplegadas al límpido cristal de la Asamblea llegarán. Pero aquellas que nuestro vuelo refrenaban y con insólita bravura nuestra honra se disponen rebajar, esas... también volverán.
([email protected])
También se piensa cambiar la circulación en el área de Calidonia, La Exposición, Marbella, Bella Vista, Paitilla, para que existan alternativas.
Lucas López, director de la Región Metropolitana de Salud, destacó que para construir la Cinta Costera deben tomarse las medidas para reducir el tranque, como el aspecto de la movilización de los equipos para los rellenos de la obra.
Un funcionario un tanto optimista, prefirió no hablar de los problemas de salud.
El proyecto del presidente Martín Torrijos se hará en un relleno, cuya última etapa se terminó en los años 60.
La construcción de la avenida Balboa inició en 1924.
Por el paso constante de camiones pesados, sólo el pasado 5 de febrero, se estuvo tan cerca de una tragedia en esa avenida y otras calles por el socavamiento de las losas.
El MOP denunció la afluencia de vehículos excesivamente pesados, sobre todo, aquellos que abastecen de concreto a las construcciones del área.
El ingeniero Rafael Díaz Moreno opinó que control de pesos y dimensiones en el país, es prácticamente inexistente e infectivo, no solamente en la avenida Balboa.
La Ley No.10 de 24 de enero de 1989, que rige medidas de pesos, parece no cumplirse.
Sostuvo que hay daños palpables en el pavimento que se observan en el área próxima a la construcción de edificios y sucederán al realizarse la Cinta Costera, aunque gran parte del material de relleno, se lleve por medio de barcazas.
Para el Presidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), Martín Isaac Donderis, todos estos proyectos son parte de los cambios de la ciudad.
En la Sala de Situaciones trabaja el MOP, el Ministerio de Vivienda (MIVI), el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), el Municipio de Panamá, la Policía de Tránsito, el Ministerio de Salud, y la ATTT.
La construcción de la Cinta Costera se estima que podría terminar en abril del año 2009.
NO SEÑOR. Nadie puede perder la cabeza sin que lo note, a menos que sea un demente o se halle bajo la influencia de drogas que alteran la conciencia, la realidad o ambas cosas, o que uno sea tan distraído y buena gente que use otras cabezas que piensen por la de él y como se dice por ahí, como la costumbre es la madre del olvido, se la termine por perder por atrofia de desuso. Otra forma de perderla, es que la corten.
Todas estas cosas ocurren en la vida real y no en la literatura fantástica que Carpentier bautizara como lo real imaginario. Sucedieron en todos lados y en todos los pueblos, desde los más inteligentes y metafísicos como el alemán, que vio reflejada su realidad a través de El tambor de hojalata de Günter Grass -quien en su adolescencia la vivió con la suástica en el brazo- o hasta los más primitivos, como el de Idi Amín o el de Duvalier. También sucede entre los países prósperos; pero como dice el barrendero de Wall Street: en cabeza de rico pensamiento de pobre.
Hay también quien simula tenerla perdida para realizar sus fechorías sin que luego le impongan pena alguna, con la complaciente benevolencia de otras cabezas bastante más satisfechas que deciden sin apelación. También los hay que la pierden en conjunto, como si una epidemia de pensamientos desaforados le penetrara por las pupilas al mismo tiempo que leen la orden del "think tank" que los nutre. Los mismos que cuando van de cacería en lugar de tirarle al pato le tiran al cazador. Bien por los patos, que suelen ser más benévolos y pacíficos que estos otros bípedos con la cabeza rellena de pólvora, que le declaran la guerra a un país y tiran las bombas en otro. Y vaya uno a oponerse a las órdenes de estos descabezados o a firmar algún tratado comercial, pues donde dice compro lo interpretan vendo.. ¡y así será! Sí señor, siempre que haya cabezas a punto de perderse.
Esto acontece por ciclos y con cierta continuidad, en períodos con un ritmo preestablecido, como si la historia fuera el mar océano que baña nuestras costas al ritmo acompasado de las olas y de vez en cuando, esos mares que nos han determinado como nación, en lugar de cocos depositan cabezas ajenas, unas conocidas y otras.. reducidas. Así, la historia que se repite en espiral, nos arrojó una cabeza perdida similar a la de Damasceno Monteiro.
Después de la invasión creí que habíamos terminado con ese capítulo amargo y triste y que por muchos años los rostros que sonreían embelesados y complacientes ante las bravatas, desprecios y desplantes de quienes entonces ejercían el mando por la razón de la fuerza y de los que por identidad o empatía, con debida obediencia, las ejecutaron, no volverían jamás, como las golondrinas de Bécquer. Otras cabezas aturdidas impidieron entonces un cambio constitucional oportuno y necesario para que se borrara ese pasado ignominioso de una vez y para siempre. No sucedió así, en menos de lo que canta un gallo el partido militar renace de los escombros tal cual lo hace Gregorio Samsa, con la cucaracha de Kafka en La Metamorfosis.
Los amantes del turf recordarán que por una cabeza también se pierden carreras y esperanzas. Fue aquel un momento clave, donde la fuerza de los acontecimientos y la nube negra de la invasión aún no había terminado de disiparse. El vandalismo se juntó con el oportunismo de los comerciantes pidiendo indemnizaciones sin haberse extinguido el fuego de los incendios, ni el ardor de los corazones abrasados. Los muertos que todavía se lloran, fueron otras tantas cabezas echadas a rodar tras una causa perdida de antemano.
Le siguió una época de esplendor ficticio. El llamado sector empresarial del partido militar ganó las elecciones limpiamente. El neoliberalismo impulsado por las IFIs y la política del endeudamiento externo con los petrodólares sobrantes que habían invadido el mercado y los de una industria blanca con conciencia negra, más los dólares de las generosas privatizaciones de las empresas estatales rentables pero mal administradas. De ex profeso.. o no, (como diría un conocido periodista) milagro que al año ya daba a sus inversionistas jugosas ganancias. Ese boom lo terminó pagando la desaparecida clase media, evaporada del sistema con la misma rapidez que las lloviznas de verano. De las causas que hacen perder cabezas, la ambición y el engaño son de las primeras. Un referendo hizo rodar algunas.
El voto castigo gana elecciones y el antiguo partido de las presidencias breves se alza con el triunfo en alas de un género que nuestra historia política masculina cedió a una dama por primera vez en la historia. Se ha demostrado que la cabeza es algo más que un lugar para peinarse o donde colgar un sombrero. Así nos fue. Y no por lo sombreros, que los hay usados de noche y bajo techo. El gobierno que debió ser breve, duró más de lo merecido confirmando de esta manera que el determinismo histórico sólo existe en la imaginación de ciertas cabezas con ideas perdidas.
Hoy han vuelto acicaladas las oscuras golondrinas. Dialécticas, sonrientes, amables y juiciosas, elegantes, medidas y asombrosas. Vienen se van y vuelven otra vez. Dicharacheras, afanosas, comedidas o gremiales, todas juntas y en bandadas van dispuestas de ministerio en ministerio y otra vez de los balcones sus nidos vuelven a colgar. En alegre vuelo, con sus alas desplegadas al límpido cristal de la Asamblea llegarán. Pero aquellas que nuestro vuelo refrenaban y con insólita bravura nuestra honra se disponen rebajar, esas... también volverán.
([email protected])
También se piensa cambiar la circulación en el área de Calidonia, La Exposición, Marbella, Bella Vista, Paitilla, para que existan alternativas.
Lucas López, director de la Región Metropolitana de Salud, destacó que para construir la Cinta Costera deben tomarse las medidas para reducir el tranque, como el aspecto de la movilización de los equipos para los rellenos de la obra.
Un funcionario un tanto optimista, prefirió no hablar de los problemas de salud.
El proyecto del presidente Martín Torrijos se hará en un relleno, cuya última etapa se terminó en los años 60.
La construcción de la avenida Balboa inició en 1924.
Por el paso constante de camiones pesados, sólo el pasado 5 de febrero, se estuvo tan cerca de una tragedia en esa avenida y otras calles por el socavamiento de las losas.
El MOP denunció la afluencia de vehículos excesivamente pesados, sobre todo, aquellos que abastecen de concreto a las construcciones del área.
El ingeniero Rafael Díaz Moreno opinó que control de pesos y dimensiones en el país, es prácticamente inexistente e infectivo, no solamente en la avenida Balboa.
La Ley No.10 de 24 de enero de 1989, que rige medidas de pesos, parece no cumplirse.
Sostuvo que hay daños palpables en el pavimento que se observan en el área próxima a la construcción de edificios y sucederán al realizarse la Cinta Costera, aunque gran parte del material de relleno, se lleve por medio de barcazas.
Para el Presidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), Martín Isaac Donderis, todos estos proyectos son parte de los cambios de la ciudad.
En la Sala de Situaciones trabaja el MOP, el Ministerio de Vivienda (MIVI), el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), el Municipio de Panamá, la Policía de Tránsito, el Ministerio de Salud, y la ATTT.
La construcción de la Cinta Costera se estima que podría terminar en abril del año 2009.
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