Camino histórico
Del Estado y la conciencia nacional
- Ricardo Cochran Martínez/opinion@epasa.com/
Y nuestra nación, está sufriendo ultimadamente toda una serie de acciones que la ponen en peligro; unos cierran calles y de paso golpean a las personas, solo exigimos derechos, no hablamos de deberes; no nos educamos ni creemos en la educación y para colmo de males otros se dicen que no son panameños. Nuestra mentalidad se puede definir, somos “transitistas” en nuestra propia patria.

Nuestros males políticos y sociales, tienen un “leit motiv”, un tema central, que es puntual y que decididamente no ha habido gobierno capaz de superarlos con éxito.
Me refiero a la casi, total ausencia del sentimiento de la nacionalidad y de la acción de servir a su patria con valentía, con honestidad, ética y Justicia.
Decía el Dr. Eusebio Morales en 1916, tal como a su vez lo expresara el connotado jurista el Dr. José Dolores Moscote, a través de un discurso en 1932, que las causas de ello, eran históricas, ya que la nacionalidad es un sentimiento que se “construye” que se “desarrolla y crece “a través de las luchas y el sufrimiento que padece un pueblo y las metas y alegrías que logra alcanzar y compartir. Eso es totalmente cierto.
En el camino histórico que nos tocó “andar”, tuvimos muchas situaciones en nuestra contra; pero principalmente el mal de Panamá empezó cuando nos convertimos en un eje de expoliación de riquezas, para “otros”, y así se convirtió a este istmo en una región “transitista”… hasta la actualidad.
Casi todo político panameño, es un transitista que busca solo sacar el oro de Panamá y desaparecer igual que los españoles, los piratas y corsarios de esa época, pero debo decir que no estoy muy seguro, si superamos esa etapa; a veces como dijo Tucidides, “la historia se repite en espiral”.
Por otra parte la frase lapidaria del Dr. Rufino José Cuervo, un reconocido erudito colombiano, del siglo XIX, que decía:” El que quiera conocer a Panamá, que venga porque se acaba” tiene total validez hoy en día; porque varios sectores están acabando el país, y otros advenedizos, merodean en la oscuridad, para introducir en nuestra democracia una ideología extraña. Estamos en manos de especuladores, de mercaderes del dolor y de la corrupción. Y eso no es ahora, tiene décadas de estar así, ahora se ven los resultados de esa política del juega vivo, heredada desde la colonia, los contrabandistas, los políticos, los militares y la “vuelta a la democracia”.
Recordemos que cuando se inicia la República, el pueblo de Panamá se mantuvo unido en “la lucha por su soberanía”, eso le dio cohesión, le dio su propia ética y dinámica; y conllevó a que en 1964, los estudiantes formados en las luchas nacionalistas y el fervor patriótico en conjunto con el pueblo llano de las ciudades de Panamá y Colón, se enfrentaran a la nación más poderosa del planeta y triunfaran aun dando sus vidas por su patria.
Fue el acto viril que en la independencia y en la Separación, no se dio.
También es importante resaltar los que planteó John F Kennedy: “no es lo que tu patria pueda hacer por ti, sino, ¡lo que tú, puedas hacer por tu patria! Ese discurso, en Panamá, no se entiende.
Y nuestra nación, está sufriendo ultimadamente toda una serie de acciones que la ponen en peligro; unos cierran calles y de paso golpean a las personas, solo exigimos derechos, no hablamos de deberes; no nos educamos ni creemos en la educación y para colmo de males otros se dicen que no son panameños.
Nuestra mentalidad se puede definir, somos “transitistas” en nuestra propia patria.
Y en un país tan pequeño como este, de solo setenta y cinco mil kilómetros cuadrados, no es fácil sobrevivir, con esa actitud, derrotista y auto-destructiva. Porque haciéndome eco del Dr. Eusebio Morales:” no tenemos fe en la soberanía del Estado nacional panameño y no tenemos confianza en nuestra propia capacidad”.
En estos días vi a un señor otorgando una entrevista, y pensé, no es de Panamá, pero para algunos compatriotas este señor los ayudó más que ningún gobierno o algún político; les ofreció un empleo digno. Y pude inferir que hasta los pocos amigos que teníamos, que creen en esta nación, nos los han quitado.
Estoy más que seguro que si los doctores Eusebio Morales y José Dolores Moscote estuviesen vivos, posiblemente estarían en prisión, en una sala del seguro social pidiendo medicamentos que no hay, o en el Matías Hernández (hoy Instituto de sSlud Mental). Porque el menú en las últimas décadas, indigesta hasta al más verraco.
Ya por último, imaginemos, por hacer un ejercicio mental teniendo de fondo una pesadilla, si se puede, y supongamos que se ofrece dinero de la clase media, para pagar a un artista, a un orador e invitados que ni conocen este pueblo, bueno hay abundancia, eso es bueno. Solo que muchos de mis colegas ni yo, tenemos la más remota idea de cuándo el erario público se acordará de nosotros, tras trabajar sin sueldo. Al que le toca le toca, y en este país “transitista”, eso es verdad ¡Esta es mi patria!... Salud… y que Dios nos agarre confesados…
Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas
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