Después de los monos, los campesinos

La noticia que originó el administrador de la ACP, Ing. Alberto Alemán Zubieta, en la cual, desconociendo la representación y presencia permanente del soberano, emitió un edicto severo dando un plazo de 30 días para que el Prof. Dennis Rasmussen abandone las islas Tigre-Brujas y deje a su propia suerte a cientos de primates, los que han estado por muchos años bajo su amparo, alimentación, mantenimiento, estudios y observación científica, después que los ancestros de esta especie se refugiaran en ese hábitat de emergencia hace cien años, cuando huían de las aguas que subían al crearse el Lago Gatún.
Esa decisión indolente y drástica, justificada por la ACP con argumentos pueriles e inconsistentes, nos reitera que sobre el territorio nacional existen dos jefes de Estado; primero, el constitucional; y el otro, el del Estado segregado e independiente, la ACP. Digo indolente y drástica, porque Alemán Zubieta debería conocer, o al menos haberse asesorado antes, que estos refugios por estar aislados de tierra firme y de extensión territorial insuficiente, obliga que los primates vivan sometidos en un entorno de escasez de alimentos propio del confinamiento, el que no les permite desarrollar su instinto salvaje de la actividad trashumante y trapecista por millas sobre las copas de los árboles, en procura de su subsistencia, ya que los simios en libertad no son sedentarios como los humanos. Las variedades de frutas, nueces, semillas y vegetales, imprescindibles para su alimentación y salud, son escasas.
Cuando el Administrador de la ACP expresa que "los monos no necesitan de ayuda para alimentarse",ello sugiere que su mensaje es la consecuencia de una ligereza caprichosa. O como podría ser también, que bien ha calculado el Sr. Zubieta, que al desaparecer el programa científico Refugio y Santuario de Primates de Panamá y su conductor, el Prof. Rasmussen, quien sí comprende el drama de estos monos y por ello introduce a estas dos islas el alimento deficitario, estas criaturas estarían condenadas a "morir de hambre y enfermedades" en sólo cinco meses, después de pasar por la inevitable crueldad del canibalismo mutuo.
Preocupa que este hecho cruel y desnaturalizado, se aplique luego a los 40 mil campesinos, hijos de la Cuenca. ¿Cuál es el motivo verdadero de liberar a las islas Tigre y Brujas de la presencia del Prof. Rasmussen y los monos? La respuesta de mayor aceptación fue: ¡Piensan desaparecer éstas y otras islas del lago con explosivos, para permitir mayor espacio en el cause y facilitar la navegación a los barcos post-Panamax! Pero, no está demás recordar a la ciudadanía, que para hacer desaparecer cualquier isla del lago y trasegar barcos post-Panamax, debemos esperar el resultado del Referéndum.
Sugiero a la Corte Suprema de Justicia y al Colegio Nacional de Abogados que observen el artículo 309 de la Constitución, en su segundo párrafo, señala que a la ACP corresponde la responsabilidad por la administración, mantenimiento, uso y conservación de los recursos hídricos de la Cuenca hidrográfica del Canal, constituidos por el agua y sus corrientes tributarias" (Hasta aquí la ACP recurre a la Constitución para maniobrar, como lo acaba de hacer contra el santuario de los monos). Pero, seguidamente, y es lo que pone de lado y desconoce calculadamente la ACP, hasta incurrir en arbitrariedades y, posiblemente, hasta en acto violatorio de la Carta Magna. Agrega y señala el segundo párrafo del 309 en su parte final: "Con arreglo a las normas constitucionales y legales vigentes, etc." Esto quiere decir que existen otras "instituciones" con jurisdicción y responsabilidad "indeclinable e indelegable" en aquellas áreas y territorio circundantes del Canal, de manera que no es válida constitucionalmente la jurisdicción absoluta de la ACP sobre las vidas, recursos naturales y medio ambiente en la Cuenca. Me estoy refiriendo a instituciones sólidas y vigentes, creadas por Ley y Constitución, entre otras, el MIDA, la ANAM, el IDAAN, el Ministerio de Salud, la ARI y el Ministerio de Asuntos del Canal, etc.
Preocupa el silencio del "Juez Humanitario", que ha debido de hacer un pronunciamiento por el trato cruel a los simios, al igual que la inacción crónica de la Corte Suprema, al no honrar la razón principal de su existencia dentro del sistema democrático: ¡Velar por la integridad de nuestra Constitución!
(ruben11@cwpanama.net)
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