Educación para el desarrollo sostenible
Hace unos días, desde mi cuarto de estudio escuchaba una algarabía que, por el tono de las voces, asumí que eran niños. Fui a la ...
Hace unos días, desde mi cuarto de estudio escuchaba una algarabía que, por el tono de las voces, asumí que eran niños. Fui a la ...
- Dagoberto Franco ([email protected])
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- - Publicado: 19/11/2015 - 12:00 am
Hace unos días, desde mi cuarto de estudio escuchaba una algarabía que, por el tono de las voces, asumí que eran niños. Fui a la parte exterior de la casa y en la entrada del garaje había cinco niños que gritaban y saltaban. Me acerqué y pude comprobar que el motivo de su bullicio se debía a que estaban apedreando un sapo, al que no pude salvar porque ya lo habían reventado.
Con toda mi calma les pregunté por qué mataban los sapos, a lo que no pudieron responderme. Y entendí que para ellos, matar los sapos, los pájaros y cualquier animal indefenso es un juego más de los que inventan los niños para entretenerse. Entonces les dije que los sapos y las ranas no se deben matar porque son muy útiles para nosotros, ya que se alimentan de los insectos. Y que de no ser por los sapos y las ranas, los mosquitos y otros insectos nos harían la vida imposible.
Les dije a los niños que les iba a prestar un libro de cuentos sobre la importancia de los sapos. En efecto, busqué un librito titulado los "Los sapitos dicen túngara", producido por la Anam en el año 2006, y se lo entregué a uno de los niños para que lo leyera en voz alta, de manera que todos se informaran del contenido, y así lo hicieron. Después de que leyeron el librito, el niño a quien se lo entregué me manifestó muy emocionado que se le aguaron los ojos con la lectura del cuento.
Traigo a colación este incidente porque es una demostración de que las instituciones educativas en Panamá no están cumpliendo con el objetivo de fomentar en los niños el desarrollo de valores y brindarle la oportunidad de adquirir una mayor conciencia y sensibilidad sobre los problemas ambientales que afectan la comunidad en la que viven. Y aclaro que, con independencia de que no se ha implementado la educación ambiental formal, dentro de los planes de estudio está la materia de Ciencias Naturales en la que se aborda el tema de cómo se relacionan los seres vivos con el medioambiente.
El problema a mi juicio, está en la metodología, en razón de que los maestros y profesores se preocupan más por los contenidos y cumplir con el programa establecido por el Meduca. En consecuencia, los estudiantes estudian para pasar la materia. Sin embargo, como sostienen los expertos, la educación no puede, bajo ningún punto de vista, centrarse solamente en la dimensión intelectual. "Si queremos que los niños y jóvenes 'realmente se eduquen', es necesario mirar este proceso de una forma holística, incorporando en él todas las esferas de la vida de las personas: mental, física, emocional y afectiva, creativa y espiritual".
Hay que avanzar hacia una Educación para el Desarrollo Sostenible, lo que conlleva la idea inherente de implantar programas que sean localmente relevantes y culturalmente apropiados. Es necesario fomentar el respeto a la diversidad, que consiste en la aceptación y el respeto hacia todos los seres, lo que está relacionado directamente con la sobrevivencia de las especies, incluyendo la nuestra.
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