Gesta patriótica
El 9 de Enero y el ejemplo estudiantil
El próximo día jueves (9/1/2014), todos juntos como pueblo y como nación conmemoramos el cincuentenario de la gesta patriótica del 9 de Enero de 1964. Es
El próximo día jueves (9/1/2014), todos juntos como pueblo y como nación conmemoramos el cincuentenario de la gesta patriótica del 9 de Enero de 1964. Es justo y necesario reiterar en esa fecha histórica nuestra sincera admiración y reconocimiento a la juventud panameña, que le ha dado al movimiento estudiantil el merecido título de guardianes de la soberanía de la patria.
En efecto, en la gesta altiva de martirio y sacrificio que ha rendido la comunidad panameña como respuesta a la agresión armada del ejército de los Estados Unidos de América resalta especialmente la intervención patriótica de los estudiantes. Los adolescentes, los jóvenes y adultos que estudiaban entonces en las escuelas secundarias y universitarias no solamente ocuparon el primer lugar en el estudio, discusión y análisis de los problemas del país, sino que además llegaron a ocupar siempre el primer lugar a la hora del sacrificio.
La sangre y el dolor que durante seis decenios han tributado el pueblo panameño en defensa de sus derechos, el martirio a que ha estado sometida la personalidad de la nación como consecuencia de un tratado injusto (Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903), los sacrificios que hemos hecho en la larga batalla por liberarnos de una situación provocada por las injusticias de un país que hemos tratado con lealtad y cordialidad han tenido en los grupos estudiantiles no solamente la palpitación emocional, sino también la gestión patriótica, el empuje decisivo, la acción más dinámica y pura, más noble y generosa.
Se ha dicho que la juventud estudiantil se deja dominar por la impetuosidad, quema sus energías en las llamas cegadoras de acciones demoledoras, sacrifica sus capacidades y energías en ardorosos impulsos irreflexivos. Sin embargo, los estudiantes panameños, mediante su participación activa en la gesta patriótica del 9, 10 y 11 de enero de 1964, demostraron una sólida conciencia cívica, un profundo sentido de responsabilidad patriótica, al agrupar todas sus fuerzas en torno al presidente de la República, don Roberto F. Chiari, para apoyar firme y decididamente su posición en defensa de la dignidad y los intereses de la República.
La conducta adoptada por los estudiantes en aquellos momentos de prueba no pudo ser más serena y responsable. Sus decisiones se adoptaron por medio de discusiones amplias y meditadas, en las que todos los sectores tuvieron oportunidad de expresar sus ideas, de sostener conceptos, de cambiar opiniones. El resultado de esas deliberaciones, ordenadas y juiciosas, fue la organización de una sólida unidad nacional de acción, que depositó las responsabilidades directivas en la jefatura constitucional del Estado y mantuvo la actitud alerta, de vigilancia activa, en la orientación de la comunidad y en la defensa de los derechos del pueblo.
A esa actitud de los estudiantes correspondió todo el pueblo panameño, que se sintió orgulloso de la conducta de sus generaciones juveniles, con una conducta igualmente serena y digna. Porque así como los estudiantes supieron moderar sus impulsos, así como los estudiantes ocuparon con serenidad digna y activa una posición de responsabilidad y decisión, todos los sectores del país debieron contribuir a mantener el clima de seguridad y confianza que era necesario para que los dirigentes del Estado pudieran cumplir con virilidad y firmeza la misión que le correspondía.
Para el fortalecimiento de esa posición, y para el desarrollo de la lucha que era necesario adelantar tanto en el orden interno como en el plano internacional, a fin de obtener el reconocimiento efectivo de lo que en justicia nos pertenece plenamente, el Gobierno Nacional de entonces contó con el apoyo unánime de todos los sectores del país. Por supuesto, ese apoyo era indispensable para que se mantuviera el prestigio de la nación en el escenario mundial, con posibilidad de éxito.
Y en ese camino, materializaron su respaldo al Gobierno Nacional las idealistas fuerzas estudiantiles, que a través de los años han escrito páginas de honores ante el altar de la dignidad nacional. Las generaciones jóvenes y estudiosas demostraron, en aquella ocasión excepcionalmente grave, que son capaces de superar incluso las naturales impetuosidades de su edad, para cumplir con altura la misión que le corresponde.
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