El dogmatismo ideológico y sus aliados en Panamá
Publicado 2005/02/13 00:00:00
- Chaka Campbell
Los aliados ideológicos y prácticos de la última administración, son los que siguen enarbolando la bandera de "no a todo", a sabiendas de que el colapso está cerca.
EL RECHAZO a todas las propuestas presentadas para solucionar la crisis económica de la Caja de Seguro Social (CSS), es una actitud que sólo contribuye a acortar el tiempo de vida de la primera entidad de seguridad social del país. Esta actitud egoísta no constituye un frente de defensa por la entidad, al contrario, dilata más su difícil situación y la sentencia a un colapso financiero que bien podría evitarse, como sucedió últimamente en Argentina, por eso el compañero Lula ha sido responsable en esta materia tan delicada. O es que se oponen a todos los escenarios y alarman a la población ante cada posible propuesta; esta es la postura que asumen los grupos que se autodenominan defensores de la seguridad social. Sin embargo, cuando sus representantes tuvieron la oportunidad de actuar a favor de la institución, éstos se limitaron a comprar y construir infraestructuras que no llenaron a cabalidad las necesidades de los asegurados, incrementando los costos de operaciones.
Aunado a ello, creó una abultada planilla que no reflejó beneficios para la entidad, mermando así su productividad y eficiencia. Estos 7,500 nuevos empleados que ingresaron durante el último período administrativo, ha afectado igualmente el gasto de atención médica, ya que los movimientos de estos funcionarios, a quienes se les asignan funciones correspondientes a cargos de mayor grado, están haciendo reclamos de ajustes de salarios con pago retroactivo, horas extras, turnos y XIII mes, entre otros, produciendo un aumento del gasto no planificado.
Entonces, ¿cómo pueden hablar de lo que debe o no hacerse, aquellos que en su momento no hicieron nada constructivo, más bien aceleró la crisis? Es que es más fácil alarmar, amenazar y crear incertidumbre. Esta actitud no requiere de mucho esfuerzo; sin embargo, las consecuencias de tal ineptitud la vivimos todos aquellos que verdaderamente queremos preservar la seguridad social de nuestro país.
El déficit de 60 millones de dólares, registrados en la Caja de Seguro Social hasta diciembre de 2004, es una cifra que sumerge, en el más grande oscurantismo, el futuro de la anhelada jubilación de miles de panameños, quienes por años han cotizado en la institución.
Sobre ese tema, y de acuerdo con el más reciente informe del estado de salud del programa Invalidez, Vejez y Muerte, éste tiene un déficit de 25.2 millones de dólares, con una reserva de mil 156 millones de dólares. Los especialistas preven su colapso y hundimiento en menos de seis años.
Esta es una realidad que se ha evadido gracias al letargo administrativo irresponsable, especialmente de los últimos cinco años.
Los aliados ideológicos y prácticos de la última administración, son los que izaron y continúan enarbolando la bandera de "no a todo", a sabiendas de que el colapso está cerca. Y es que el resentimiento social no les permite ver más allá de lo que el dogmatismo trasnochado les permite palpar. La agenda está clara, es un decir de que "muere Sansón y todos los filisteos".
Para la realización de esta tarea no les importará sacrificar militantes de sus gremios, jóvenes estudiantes, y hasta personas inocentes, si con ello logran sus objetivos. No obstante, estamos seguros que la ciudadanía, en primera instancia, podrá ubicar sus malsanas intenciones y estará de lado del equilibrio, la sensatez, y la verdadera justicia social.
Aunado a ello, creó una abultada planilla que no reflejó beneficios para la entidad, mermando así su productividad y eficiencia. Estos 7,500 nuevos empleados que ingresaron durante el último período administrativo, ha afectado igualmente el gasto de atención médica, ya que los movimientos de estos funcionarios, a quienes se les asignan funciones correspondientes a cargos de mayor grado, están haciendo reclamos de ajustes de salarios con pago retroactivo, horas extras, turnos y XIII mes, entre otros, produciendo un aumento del gasto no planificado.
Entonces, ¿cómo pueden hablar de lo que debe o no hacerse, aquellos que en su momento no hicieron nada constructivo, más bien aceleró la crisis? Es que es más fácil alarmar, amenazar y crear incertidumbre. Esta actitud no requiere de mucho esfuerzo; sin embargo, las consecuencias de tal ineptitud la vivimos todos aquellos que verdaderamente queremos preservar la seguridad social de nuestro país.
El déficit de 60 millones de dólares, registrados en la Caja de Seguro Social hasta diciembre de 2004, es una cifra que sumerge, en el más grande oscurantismo, el futuro de la anhelada jubilación de miles de panameños, quienes por años han cotizado en la institución.
Sobre ese tema, y de acuerdo con el más reciente informe del estado de salud del programa Invalidez, Vejez y Muerte, éste tiene un déficit de 25.2 millones de dólares, con una reserva de mil 156 millones de dólares. Los especialistas preven su colapso y hundimiento en menos de seis años.
Esta es una realidad que se ha evadido gracias al letargo administrativo irresponsable, especialmente de los últimos cinco años.
Los aliados ideológicos y prácticos de la última administración, son los que izaron y continúan enarbolando la bandera de "no a todo", a sabiendas de que el colapso está cerca. Y es que el resentimiento social no les permite ver más allá de lo que el dogmatismo trasnochado les permite palpar. La agenda está clara, es un decir de que "muere Sansón y todos los filisteos".
Para la realización de esta tarea no les importará sacrificar militantes de sus gremios, jóvenes estudiantes, y hasta personas inocentes, si con ello logran sus objetivos. No obstante, estamos seguros que la ciudadanía, en primera instancia, podrá ubicar sus malsanas intenciones y estará de lado del equilibrio, la sensatez, y la verdadera justicia social.
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