Del editor al lector
El golpe que alteró la historia
Hace 44 años, un grupo de policías, encabezados por Boris Martínez, tumbó al presidente constitucional Arnulfo Arias Madrid. Tras confictos internos entre los uniformados, el coronel
Hace 44 años, un grupo de policías, encabezados por Boris Martínez, tumbó al presidente constitucional Arnulfo Arias Madrid.
Tras confictos internos entre los uniformados, el coronel Omar Torrijos ordena detener a Martínez y lo envía al exilio en Miami.
Torrijos se convierte en amo y señor del país, cuyo gobierno crea nuevas entidades, nacionaliza algunas empresas y trae una bonanza económica.
Usa la diplomacia para demostrarle al mundo que el problema canalero no es solo de Panamá y Estados Unidos.
Consigue firmar los tratados Torrijos-Carter, que ponen fin a la presencia estadounidense en Panamá, en 1999.
Pero lo que ocultó el “torrijismo” fue los 116 muertos y desaparecidos de su régimen, el exilio de sus opositores, la supresión de los partidos políticos y la aplicación de una “dictadura” y una prensa censurada.
Figuras como el fallecido vicepresidente Guillermo Ford, fueron enviados a Ecuador en un avión, vistiendo solo calzoncillos.
Inclusive, personas que luego apoyaron el régimen como el hoy fallecido Manuel Solís Palma, fue exiliado en Venezuela.
La herencia del “torrijismo” se traduce en saqueo generalizado de las arcas del Estado, la institucionalidad de la corrupción y el nepotismo.
Torrijos llenó las cárceles de opositores o los forzó a salir de la nación.
El sacerdote Héctor Gallegos, Floyd Britton, Rita Wald y Heliodoro Portugal fueron algunas de las víctimas del “proceso” octubrino.
Para colmo, el sucesor de Torrijos, Manuel A. Noriega, también cometió los mismos abusos, pero no fue absuelto por la historia como Torrijos.
Y lo que empieza mal, termina igual, el 20 de diciembre de 1989, unos 25 mil soldados norteamericanos invadieron Panamá, para poner fin a la dictadura que duró 21 largos años.
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