Dominio
El origen estratégico del Canal de Panamá
- Ricardo Cochran Martínez /opinion@epasa.com
Licenciado en Filosofía e Historia. Una de las ideas dominantes en el estudio de nuestro proceso histórico es considerar que la construcción del Canal Interoceánico por
Licenciado en Filosofía e Historia.
Una de las ideas dominantes en el estudio de nuestro proceso histórico es considerar que la construcción del Canal Interoceánico por Panamá es producto de un “destino manifiesto”, o una exposición teleológica, rastreable desde las referencias a Carlos I de España, más conocido popularmente como Carlos V del imperio porque era dueño del imperio europeo (Holanda, Bélgica) y América, cuando solicitó un estudio de un Canal por tierras istmeñas y acción posteriormente reforzada por la entronización de las “Ferias de Portobelo” lo cual, según los historiadores hispanizantes, colocaba a esta región como epicentro del comercio. Nada más alejado de la cruda verdad, las riquezas que pasaron por el Istmo fueron eso pasajeras y nuestro entorno no mejoró ni durante la colonia ni durante los maltrechos años viviendo con Colombia.
Así nuestro país alcanza su “cenit transitista” con la construcción del Canal interpretando sus causas como un inevitable destino; por lo general, los historiadores no consideraron ver esta situación con gafas más amplias, no se consideraron los acontecimientos mundiales a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los cuales propiciaron una lucha por el poder y el dominio de las rutas “marítimas”, tal hecho cambió la geoestrategia internacional, y significó manipular y dominar las vías comerciales marítimas en todo el globo, controlar los pasos marítimos, y a su vez construir canales para obtener el máximo control de los mares.
La adaptación material de estas ideas geoestratégicas fue propuesta de forma científica y puntual por el Almirante Alfred Thayer Mahan que enseñó en la West Point y fue profesor de Theodore Roosevelt, quien fue presidente de Estados Unidos de 1901 a 1909 y que fue un imperialista a carta cabal, en los momentos de máxima rapiña.
NO PODEMOS CONSIDERAR LA CONSTRUCCIÓN DEL CANAL COMO PRODUCTO DE LOS ESFUERZOS DE UNA LOGIA; DE LAS LUCHAS CIVILES O DE LA EXPLOSIÓN DE VOLCANES, O DE EVENTOS MÁGICOS, MÁS BIEN LAS VICISITUDES DE LA ÉPOCA... Y LA INMEDIATEZ DE LA EXPANSIÓN ESTADOUNIDENSE POR MAR Y TIERRA FUERON LOS FACTORES DECISIVOS...
Las teorías expuestas en la obra de Mahan, “La Influencia del Poder Naval en la Historia”, logra persuadir a los Estados Unidos a asumir su rol de Imperio en el mundo y considerando de forma válida que la construcción del Canal de Panamá deriva de la necesidad estratégica más a tono con los tiempos del imperialismo de ultramar de principios del siglo XX; esta visión mundial, de la cual ni los notables istmeños ni los notables colombianos participaban, por lo cual no podían detener el giro de los acontecimientos y de los enfrentamientos por el “dominio de los mares”, es más acertado comprenderlo, que el capricho de un inversionista en bancarrota como Felipe Bunau Varilla su célebre estampillita.
Si eso es así, no podemos considerar la emergencia del estado nacional panameño y la construcción del Canal como producto de los esfuerzos de una logia; de las luchas civiles o de la explosión de volcanes, o de eventos mágicos, más bien las vicisitudes de la época, la increíble presión de los acontecimientos mundiales, lejos de nuestras costas a miles de kilómetros en otras partes del mundo y la inmediatez de la expansión estadounidense por mar y tierra fueron los factores decisivos para convertir al Istmo en una herramienta estratégica especial y duradera.
El Canal Interoceánico de Panamá es hijo de su tiempo, no está orientado como el proyecto francés al comercio, sino al dominio estratégico naval del mundo. Punto que sigue hasta la fecha y que veremos más de cerca posteriormente.
Y para confirmar el punto: el 15 de agosto de 1519, los españoles fundan Nuestra Señora de la Asunción de Panamá, en el Pacífico, futuro eje de comunicaciones de ese océano, al Caribe y de ahí a Cartagena; con ello se inicia la expansión europea hacia el Cuzco.
En la misma fecha, pero de 1914, se inaugura el Canal, y es el inicio de otra expansión: la de los Estados Unidos la gran diferencia es que no es el imperio español más terrestre que naval y la otra diferencia es que Estados Unidos podría tener en cualquier punto del planeta los “two powers”; además el dominio no era tan solo hacia América Latina, sino hacia el resto del Mundo.
La era del Imperialismo Estadounidense empieza a ser mundial de forma indiscutible a partir de un 15 de agosto de 1914.
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