El periodista en la vida de la Nación
Publicado 2005/11/12 00:00:00
- Ginela C. Escala/CrÃtica
Mañana se celebra el "Día del Periodista", con el propósito de exaltar los méritos y relevantes actuaciones de quienes han abrazado esta profesión y a costa de grandes sacrificios, llevan el mensaje de verdad al pueblo en torno a la realidad nacional y contribuyen con sus ideas y críticas constructivas a la solución de los tantos problemas que agobian a las comunidades; de periodistas que han escogido esta tarea tan llena de dignidad, para estar muy cerca del drama de la Patria y poder brindarle sus desvelos y luchas en el afán de hacerla más grande y próspera; de comunicadores que hacen de su oficio un apostolado y lo ponen al servicio de los pueblos, a través de campañas permanentes por la democracia, la libertad y la justicia social; de periodistas que colocan muy en alto la imagen de tan noble profesión y hacen gala de su formación moral, intelectual y cultural que les permite que ese libre juego de ideas se oriente, adecuadamente, hacia el progreso y bienestar de la nación.
Al transcurrir un año más en la vida del periodismo panameño, hay conciencia del deber cumplido y responsabilidad en este profesional de la pluma, porque en la mayoría de los casos, ha realizado un trabajo informativo y formativo de calidad, a fin de que la comunidad nacional conozca la verdad de los hechos que ocurren en el país y se pueda dar un rumbo cierto a los esfuerzos que tanto el gobierno como la empresa privada, asociaciones cívicas, comunidad civil y otras, aportan al progreso de la nación. En ningún momento el periodismo nacional ha rehuido su responsabilidad de informar y de señalar los mejores caminos para el éxito en esta brega por un Panamá mejor; éste siempre se ha distinguido por su análisis de la realidad nacional y, con frecuencia, ha sabido defender las cosas buenas y trascendentes de los gobernantes y cuestionado, oportunamente, aquellas gestiones de funcionarios en contra de los intereses del país.
Son muchos los casos de periodistas que han experimentado en carne viva, denuncias y carcelazos, pero ello no ha sido óbice para que su lucha desinteresada y patriótica continúe adelante, libre de temores y llena de anhelos de superación. El periodista panameño ha escrito páginas de gloria, sobre todo, en la época de la dictadura que acabó con todo vestigio de libertad de expresión llegando a cerrar La Prensa y Panamá América. Estos fueron momentos de verdadera crisis para la democracia y libertad, pero quienes se dedicaban a salvaguardar el derecho a expresarse, dijeron, presente y lograron, con perseverancia y valentía, derrotar a los que un día, hicieron burla del derecho que todos tenemos a expresar nuestras ideas.
Cuando intentamos obstaculizar la obra que realiza la prensa a través de periodistas que no regatean ni tiempo, ni sacrificios en busca de la verdad, estamos volviendo a las prácticas del pasado militar; así mismo cuando tratamos de acallar la pluma que elabora cuartillas llevando el mensaje orientador al alma de nuestra gente, estamos yendo en contra de la conciencia de un pueblo que siempre ha anhelado la libertad y la democracia. No es justo, ni responsable que el periodista o comunicador social encuentren a su paso a funcionarios que, fríamente y a veces con aires de desprecio, den respuestas a quienes andan en la búsqueda de caminos que lleven a la nación a su bienestar y progreso.
Aun quedan lastres del pasado en lo que se refiere a la libertad de expresión en Panamá que obstaculizan, dolorosamente, la noble labor del periodista panameño, pero esperamos que el gobierno, en el menor tiempo posible, contribuya al perfeccionamiento del ejercicio que haga posible, en toda su extensión, la libertad de prensa y a luchar por su permanente vigencia, a fin de fortalecer los valores que son inherentes al hombre y a la mujer que solo pueden desenvolverse, a plenitud, en un medio en donde se respeten sus derechos.
El entrevistado se reunió con tres amigos y juntos decidieron ganarse la vida de esta manera.
Hoy día laboran en la parada del Complejo Hospitalario Metropolitano de la CSS.
Se dividieron las rutas y horarios. A él le toca cubrir los buses de Veranillo, Santa Librada y Los Andes en el turno de 2 a 6 de la tarde.
Señaló que la característica principal que deben tener es agilidad, ya que hay que subir y bajar constantemente del bus.
"También es importante estar pendiente cuando se acerca el "diablo rojo", ya que de lo contrario se pierde al cliente", agregó.
Por ello, es que a veces tienen que correr para alcanzar el bus, ya que éstos no se detienen en la parada respectiva.
Aunque sólo trabaja unas cuatro horas, afirmó que no le va mal en cuanto a los ingresos que percibe.
"Cuando la situación es favorable recojo cerca de 6 dólares diarios, correspondientes a los aproximadamente 25 centavos que recibo de cada uno de los conductores que sí pagan por el servicio", recalcó.
A su juicio, la razón por la que algunos prefieren no pagar o demoran para hacerlo, se debe a que piensan que la información es falsa.
"Esto es culpa de algunos que quieren ganar dinero sin hacer esfuerzo", añadió.
Exponen su vida con frecuencia debido a que su trabajo consiste en estar tiempo completo en la calle, tienen que estar corriendo, bajando y subiendo de un bus a otro.
Indicó que es una labor riesgosa, sobre todo por la forma como conducen la mayoría de los transportistas del país.
No obstante, asegura estar acostumbrado y confía en su destreza para controlar cualquier eventualidad.
"Para muchos este trabajo es lo único que tienen para sobrevivir, por lo que el peligro es un reto que deben asumir", puntualizó.
Al transcurrir un año más en la vida del periodismo panameño, hay conciencia del deber cumplido y responsabilidad en este profesional de la pluma, porque en la mayoría de los casos, ha realizado un trabajo informativo y formativo de calidad, a fin de que la comunidad nacional conozca la verdad de los hechos que ocurren en el país y se pueda dar un rumbo cierto a los esfuerzos que tanto el gobierno como la empresa privada, asociaciones cívicas, comunidad civil y otras, aportan al progreso de la nación. En ningún momento el periodismo nacional ha rehuido su responsabilidad de informar y de señalar los mejores caminos para el éxito en esta brega por un Panamá mejor; éste siempre se ha distinguido por su análisis de la realidad nacional y, con frecuencia, ha sabido defender las cosas buenas y trascendentes de los gobernantes y cuestionado, oportunamente, aquellas gestiones de funcionarios en contra de los intereses del país.
Son muchos los casos de periodistas que han experimentado en carne viva, denuncias y carcelazos, pero ello no ha sido óbice para que su lucha desinteresada y patriótica continúe adelante, libre de temores y llena de anhelos de superación. El periodista panameño ha escrito páginas de gloria, sobre todo, en la época de la dictadura que acabó con todo vestigio de libertad de expresión llegando a cerrar La Prensa y Panamá América. Estos fueron momentos de verdadera crisis para la democracia y libertad, pero quienes se dedicaban a salvaguardar el derecho a expresarse, dijeron, presente y lograron, con perseverancia y valentía, derrotar a los que un día, hicieron burla del derecho que todos tenemos a expresar nuestras ideas.
Cuando intentamos obstaculizar la obra que realiza la prensa a través de periodistas que no regatean ni tiempo, ni sacrificios en busca de la verdad, estamos volviendo a las prácticas del pasado militar; así mismo cuando tratamos de acallar la pluma que elabora cuartillas llevando el mensaje orientador al alma de nuestra gente, estamos yendo en contra de la conciencia de un pueblo que siempre ha anhelado la libertad y la democracia. No es justo, ni responsable que el periodista o comunicador social encuentren a su paso a funcionarios que, fríamente y a veces con aires de desprecio, den respuestas a quienes andan en la búsqueda de caminos que lleven a la nación a su bienestar y progreso.
Aun quedan lastres del pasado en lo que se refiere a la libertad de expresión en Panamá que obstaculizan, dolorosamente, la noble labor del periodista panameño, pero esperamos que el gobierno, en el menor tiempo posible, contribuya al perfeccionamiento del ejercicio que haga posible, en toda su extensión, la libertad de prensa y a luchar por su permanente vigencia, a fin de fortalecer los valores que son inherentes al hombre y a la mujer que solo pueden desenvolverse, a plenitud, en un medio en donde se respeten sus derechos.
El entrevistado se reunió con tres amigos y juntos decidieron ganarse la vida de esta manera.
Hoy día laboran en la parada del Complejo Hospitalario Metropolitano de la CSS.
Se dividieron las rutas y horarios. A él le toca cubrir los buses de Veranillo, Santa Librada y Los Andes en el turno de 2 a 6 de la tarde.
Señaló que la característica principal que deben tener es agilidad, ya que hay que subir y bajar constantemente del bus.
"También es importante estar pendiente cuando se acerca el "diablo rojo", ya que de lo contrario se pierde al cliente", agregó.
Por ello, es que a veces tienen que correr para alcanzar el bus, ya que éstos no se detienen en la parada respectiva.
Aunque sólo trabaja unas cuatro horas, afirmó que no le va mal en cuanto a los ingresos que percibe.
"Cuando la situación es favorable recojo cerca de 6 dólares diarios, correspondientes a los aproximadamente 25 centavos que recibo de cada uno de los conductores que sí pagan por el servicio", recalcó.
A su juicio, la razón por la que algunos prefieren no pagar o demoran para hacerlo, se debe a que piensan que la información es falsa.
"Esto es culpa de algunos que quieren ganar dinero sin hacer esfuerzo", añadió.
Exponen su vida con frecuencia debido a que su trabajo consiste en estar tiempo completo en la calle, tienen que estar corriendo, bajando y subiendo de un bus a otro.
Indicó que es una labor riesgosa, sobre todo por la forma como conducen la mayoría de los transportistas del país.
No obstante, asegura estar acostumbrado y confía en su destreza para controlar cualquier eventualidad.
"Para muchos este trabajo es lo único que tienen para sobrevivir, por lo que el peligro es un reto que deben asumir", puntualizó.
Otros puntos en donde se pueden observar son Calle 12 Santa Ana, Avenida B, 5 de Mayo y El Dorado.
El entrevistado destacó que este trabajo no es fácil, ya que se necesita aprender las placas, fachadas, diseños y al conductor de cada uno de los buses.
En este sentido, como él era transportista conocía, ya de ante mano, toda esta información. Esto le facilitó el trabajo.
Para quienes no conocen nada respecto al transporte público, al principio resulta díficil.
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