El poder de las patrañas
- Dr. Miguel Antonio Bernal
La epilepsia de mentiras y patrañas del poder apenas ha comenzado y las reacciones ciudadanas no se han hecho esperar y, ello, es positivo, aún cuando sean reacciones tímidas y atomizadas. El entorno urbano y rural de lo cotidiano, oscila entre las patrañas del poder y el poder de las patrañas
En medio de una interminable ola de contrataciones directas que nadie explica pero que despiertan todo tipo de sospecha y especulaciones; la venta de aviones “carcachas”; nombramientos en el servicio exterior que dejan atónitas a más de cuatro Cancillerías de países amigos; resoluciones y decisiones de la Asamblea Nacional a todas luces anticonstitucionales; la invasión y violación del derecho a la intimidad y la privacidad; más impuestos y cargas fiscales para la población; la continuación a los mismos destinos de los fastuosos viajes presidenciales, las actuales cúpulas políticas gubernamentales, al igual que sus inmediatos predecesores, parecen estar decididos a continuar la carrera de relevos hacia el “cerro” de corrupción.
Las patrañas le roban espacio a lo ciudadano. Y el poder de las patrañas parece asfixiar las ilusiones y esperanzas que, multitudinariamente, se expresaran en las urnas buscando el “cambio”. Hoy, a pocos días de la absurda meta de cien, se reafirman los hechos que a nivel municipal, provincial y nacional, nos corroboran que la mentira es el instrumento más efectivo de poder y de control. Ya no solamente creen que porque ganaron, pueden mentir y engañar diaria e impunemente, ahora también quieren que les creamos a tientas y a ciegas y, poder así, desnaturalizar y obstaculizar la participación -con voluntad responsable- de los ciudadanos, en los asuntos del Estado y lograr modernizar e institucionalizar los procedimientos favorables a un pleno ejercicio de las libertades públicas, a un verdadero Estado de Derecho.
El poder de las patrañas erosiona, día a día, la transparencia de las acciones gubernamentales a todos los niveles, debilita y desvía la necesaria participación ciudadana y promueve los conflictos de intereses y el tráfico de influencias que sustentan tanta corrupción, que tanto daño hace a tantos por culpa de tan pocos.
Un ejemplo inmediato del poder de las patrañas es cómo, a escasas seis semanas de designar el Órgano Ejecutivo, por diez años, dos nuevos Magistrados para la Corte Suprema de Justicia se ha cambiado la composición de la "Comisión de Credenciales", incorporando dos representantes del Ejecutivo y eliminando la representación del Órgano Judicial, se ha limitado de manera expresa la función de la “Comisión”, a funciones meramente "secretariales" y el plazo que se le confiere a la Comisión para "recabar" los antecedentes es sólo de diez días. El apresuramiento es revelador y busca lograr que la “Comisión” no estorbe unas designaciones que ya han sido decididas, pero que no desean que sean transparente y debidamente evaluadas y escrutadas por la opinión pública, a la que tanto dicen deberse. Ahora le toca al pueblo organizarse para hacerle frente a las patrañas del poder y al poder de las patrañas.
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