El proceso enseñanza-aprendizaje
- Paulino Romero C. (opinion@epasa.com)
Tradicionalmente, la enseñanza ha sido considerada como un proceso de impartir al alumno los conocimientos y habilidades necesarios para dominar un tema determinado. El éxito del maestro y del alumno se ha medido en función de la capacidad del estudiante para contestar las preguntas del maestro sobre el tema mencionado. Según el diccionario, la definición de enseñanza va más allá del concepto tradicional. Dice que la enseñanza es “mostrar cómo hacer; hacer comprender; dar instrucción”. Pero esta definición, aunque es exacta no toma en cuenta lo que se enseña, quién lo hace y las razones por las cuales se lleva a cabo.
La enseñanza significa en nuestros días mucho más que antes, supera cualquier definición del diccionario. Actualmente enseñar significa comprender y guiar a los niños como individuos y a la vez en grupos. Significa proporcionar experiencias de aprendizaje que permitirán a cada discípulo desarrollarse continua y progresivamente hacia su papel como adulto dentro de la sociedad. Esta definición se refiere a la enseñanza en su acepción más completa. Implica que el maestro necesitará saber literatura, lo mismo que de ciencias físicas, ciencias sociales, matemáticas y arte. Quiere decir que el maestro necesitará habilidad para interpretar y expresar ideas, así como para organizarlas y habilidad para las relaciones humanas.
Significa que el maestro necesitará comprender la naturaleza de los niños, la forma en que aprenden, en que crecen y se desarrollan. Implica que el maestro necesitará trabajar con ellos como individuo y también considerándolo como grupo. Esto se refiere a los sujetos que intervienen en el proceso y quiénes son. Significa que necesitará comprender la sociedad en la cual aprende el niño, la cultura que fija la tarea y proporciona el contexto de la educación. Quiere decir que el maestro sabe cuáles son los papeles que desempeña el niño en la sociedad, y también cuáles son los que asumen los adultos. Esa es la razón de la enseñanza. Cuando el maestro entiende a los niños y sabe lo que quiere enseñarles y por qué, puede empezar a valorar los diferentes métodos pedagógicos según su efectividad para alcanzar las metas establecidas previamente.
En cuanto al aprendizaje, la persona aprende como resultado de sus experiencias a través de la vida (en el hogar, la escuela y la comunidad). Obtiene de dichas experiencias distintos estilos de ver, oír, sentir y hacer las cosas. También le ayudan a fijar sus valores y actitudes y le dan una imagen del mundo y del lugar que ocupa en él; en todos los casos, la persona aprende mucho de las experiencias en las que ha participado, tanto con la vista, el oído y las manos, como con sus ideales, objetivos y sentimientos. Esta es la acepción más completa de la palabra aprendizaje.
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