Adecuado, necesario y urgente
El proyecto de ley 61
- Adela Panezo Asprilla/opinion@epasa.com/
No sigamos siendo una sociedad indolente ante el dolor de nuestra niñez y adolescencia, demostrémosles un verdadero amor y comprensión.
En mi humilde entender este proyecto de ley 61, es bastante completo y demuestra a través de su articulado la sana intención de contribuir en la atención y solución en los graves problemas de salud pública que están afectando a la población, principalmente a la niñez y la adolescencia.
· Considera la formación integral de las personas, respetando su dignidad, derechos humanos, valores y cultural, en base a sus etapas etarias. (artículo 1).
·Promueve las relaciones de respeto mutuo e igualdad entre ambos sexos, la importancia de la familia (artículo 4).
·Plantea el deber del Estado con la participación de la familia y la sociedad organizada en la elaboración de políticas públicas referentes a servicios de salud de calidad (artículo 5).
·Hace énfasis en el respeto a la familia, la dignidad y los valores (artículo 5).
·Reconoce que todas las personas tenemos derecho a una educación integral en sexualidad, de acuerdo a la edad física y psicológica (artículo 6), lo cual es necesario porque la educación en todos sus ámbitos y espacios debe ser integral, tomando en cuenta todas las áreas cognitivas, psicosocial, afectiva y motriz, de manera que se garantice un real y efectivo aprendizaje para la vida.
·Establece la responsabilidad que tienen tanto el Ministerio de Salud como el de Educación en la inclusión de la educación integral en la sexualidad, considerando los aspectos afectivos, biológicos, fisiológicos y éticos, de acuerdo con la edad. (artículo 7).
·Reconoce el derecho que tienen todas las personas, incluyendo a los niños, las niñas, las y los adolescentes, de recibir una información adecuada, ética, científica, clara y comprensible sobre todo lo relacionado a la sexualidad, las enfermedades de transmisión sexual, el VIH Sida (artículo 9), lo que se hace urgente llevar a cabo para que nuestras niñas, niños y adolescentes adquieran los conocimientos que les permitan enfrentarse a las difíciles situaciones que viven, producto de su edad, de la presión de grupo, de las malas informaciones que adquieren y les llevan a problemas de salud pública.
Reitero que este proyecto de ley es correcto, adecuado, necesario y urgente.
La única observación que respetuosamente le hago, es la que a continuación explico:
En el artículo 8, segundo párrafo, debería decir: …..Cuando se trate de personas menores de edad, que tenga alguna discapacidad intelectual o mental, enfermedad venérea y/o embarazo, la institución de salud y educativa vincularán a la madre, al padre de familia y/o tutor legal, respetando la dignidad y los derechos humanos del niño, la niña, el o la adolescente.
Si bien puede entenderse que el propósito de este segundo párrafo es respetar la patria potestad del padre de familia, no es necesario poner que se le vinculará a través de escuelas para padres y asociaciones de padres de familia, porque no en todas partes funcionan estas asociaciones, por lo que no se le puede condicionar a la atención del menor el vínculo con sus padres a través de estas asociaciones o de la escuela para padres de familia. El vínculo debe ser directamente con el padre o la madre de familia, respetando la dignidad y los derechos del niño y la niña.
No permitamos que esta ley baje a primer debate porque sería perjudicial para las niñas, los niños y adolescentes que son el principal sujeto a quien está dedicado este proyecto de ley, no sigamos manteniéndolos en la ignorancia, porque los padres y madres no están preparados ni tienen la información para tratar la temática y los docentes tampoco y aunque pudiéramos estarlo, no nos atrevemos a hacerlo abiertamente para no buscarnos problemas, mientras tanto siguen los niños, niñas y adolescentes jugando a ser hombres y mujeres, que han llevado a muchas y muchos adquirir enfermedades de transmisión sexual, el VIH y el Sida.
No sigamos siendo una sociedad indolente ante el dolor de nuestra niñez y adolescencia, demostrémosles un verdadero amor y comprensión.
Docente de Ética y Religión en el Instituto Coronel Segundo de Villarreal, de La Villa de Los Santos. Coordinadora del CEMP en Los Santos.
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