Elegimos el futuro o regresamos al pasado
- Jorge Rivera Staff
Esta campaña electoral, como ninguna otra en nuestra etapa democrática, nos plantea a todos los panameños elegir entre regresar a un pasado de atrasos y desesperanza, o seguir avanzando hacia el futuro de progreso social y económico. Pero las consecuencias que se producirán para nuestro país, tanto en el corto como en el largo plazo, derivadas de la elección de una de estas dos opciones, han sido empañadas y tergiversadas en la mente de algunos panameños, sobre todo los más jóvenes, ya que el candidato Martinelli ha montado una estrategia publicitaria impresionante para vender su imagen al pueblo panameño de que representa un cambio.
El cambio que no tiene fundamento alguno en propuestas serias, sino en campañas negativas, “gingles” musicales pegajosos y frases repetidas hasta más no poder.
Por un lado, el partido gobernante y su propuesta electoral, ha demostrado con creces que tiene la capacidad de generar crecimiento económico, conseguir disciplina fiscal, salvar la seguridad social, promover la ampliación del Canal, captar inversión y mejorar los índices de pobreza y desempleo significativamente, logrando así apuntalar las bases para atacar de forma efectiva los temas pendientes de salud, educación y seguridad, que requieren de esfuerzos mancomunados con objetivos a largo plazo.
Por el otro lado, el posible gobierno de Martinelli, que nos vende que mejorará la situación de todos los panameños, no sería más que una reedición del gobierno de Mireya Moscoso, con todos sus políticos de “huesos viejos”, su ineficiencia y sus escándalos de corrupción.
Si la llamada “alianza por el cambio” tuviera un fundamento real, podríamos intentar ponderar los posibles beneficios de sus propuestas; pero ni la trayectoria del candidato, ni la de sus partidos aliados permite entrever que el cacareado cambio represente algo más que simple “marketing”, tal como se hace con un producto de supermercado. La muestra más palpable de esta realidad, es recordar que así como Martinelli se vende hoy en día como “El verdadero cambio”, también Mireya Moscoso utilizó el slogan de “Mireya es el cambio”, y tuvimos una desastrosa gestión gubernamental bajo el partido Arnulfista, el CD y el Molirena, quienes no por casualidad, ahora forman la misma alianza electorera que se supone “pone los intereses del pueblo por encima de los intereses partidarios”.
Nos queda, entonces, a los panameños, más allá del bombardeo publicitario montado a costa de invertir decenas de millones de dólares, y que nos taladra la mente todos los días, y elegir a nuestros gobernantes utilizando el sentido común, la razón y, por supuesto, el corazón.
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