En ocasión de un centenario...
Publicado 2001/06/26 23:00:00
Hoy se cumple el centenario del natalicio de Don Angel Rubio "Padre de la Geografía Científica Panameña" y fundador de la Escuela de Geografía de la Universidad de Panamá (UP), la cual, el 8 de mayo, ajustó 62 años de existencia. Han sido un poco más de seis décadas de desarrollo de la ciencia geográfica en nuestro país como una consecuencia directa de la jerarquía y prestigio que, desde su fundación, tiene el Departamento de Geografía de la UP en el país.
Es indudable que el prestigio que goza nuestra disciplina en la actualidad está íntimamente ligada a la llegada a nuestro país, en 1937, del insigne catedrático español Don Angel Rubio y a su fecunda obra dedicada con tesón y esmero a la investigación, la difusión y la enseñanza. Pero tal vez, su mayor mérito fue el haber formado una Escuela, una legión de discípulos, que defienden su pensamiento en todos los niveles de la educación nacional y, en especial, en las aulas universitarias donde han venido a reemplazarlo luego de haber realizado estudios de post-grado en reconocidas universidades europeas y americanas. De la misma manera y, cada vez más, geógrafos panameños son llamados a servir en instituciones estatales y privadas, con el fin de desarrollar programas de planificación económica y de ordenamiento del país.
La fuerte personalidad de Don Angel Rubio dominó por completo las primeras décadas de la geografía científica panameña, tanto en el ámbito universitario como a nivel nacional e internacional. Transmitió a sus discípulos los adelantos de la geografía europea, cuyas teorías apoyaron sus trabajos de investigación y los que dirigió a sus estudiantes. Su obra refleja la influencia de los grandes maestros de la Escuela Francesa de Geografía: Paul Vidal de la Blache, Emmanuel de Martonne, Camille Vallaux, Max Sorre y Albert Demangeón, siendo el primero y el último, a mi juicio los que mayor influencia ejercieron en el Maestro de la Geografía Panameña.
Su influencia vidaliana se aprecia en sus estudios monográficos regionales entre los que se destacan Regiones y Comportamientos Morfológicos del Istmo de Panamá y La Plataforma Continental Panameña, ambos publicados en 1946, así como sus Regiones Geográficas Panameñas las que, en asocio con Louis Guzmán, publica en 1959. En ellos el conocimiento del medio natural constituye un antecedente para la acción del hombre. Sus elementos -relieves, aguas, climas- están vinculados entre sí por leyes que determinan las organizaciones espaciales y que estudia la Geografía Física. La Geografía Regional, que nace con Vidal de la Blache y se fortalece con sus discípulos es, al mismo tiempo, una disciplina científica y una forma de humanismo que lleva a sus seguidores a reflexiones profundas sobre la acción del hombre sobre el medio natural, sus limitaciones y sus logros.
Es en esta línea que la influencia de otro de los grandes maestros de la Escuela Geografía Francesa, Albert Demangeón, penetra en las investigaciones y en la producción del maestro Rubio, quien aplica con éxito su novedoso índice de "dispersión demográfica". Sus obras La Dispersión Demográfica en Panamá (1949) y La Vivienda Rural Panameña (1950) las que luego, en 1952, sintetiza en el artículo publicado por la Unión Geográfica Internacional: La Dispersión o Aglomeración de la Población y los Tipos de Vivienda Rural, evidencian esta influencia.
Motivado por las inquietudes de la época, Rubio inaugura el campo de la Geografía Política en Panamá cuando, en 1955, nos ofrece La Plataforma Continental como Problema Geopolítico, y la Geografía Política de los Mares publicada en México en 1959. Y, con su célebre artículo El Golfo de Panamá, Bahía Histórica, publicado en la Revista Lotería de ese mismo año, inicia la Geografía Aplicada en nuestro país.
Incursiona todos los campos de la Geografía y su obra ciclópea excede los 160 títulos. Su labor como docente, investigador y como geógrafo profesional, a través de las muchas consultorías y cargos públicos que ocupó temporalmente, puso de manifiesto la importancia de la ciencia geográfica en los programas de desarrollo nacional: La organización del espacio, en la planificación urbana y regional y en el uso adecuado de los recursos naturales. Luchó tesoneramente contra las corrientes pedagógicas de la época para que la licenciatura clásica de Geografía e Historia se mantuviera vigente, con esa modalidad, en el curriculum universitario y a nivel de la educación secundaria se enseñara, de manera separada.
Quienes tuvimos el privilegio de ser sus alumnos y recibir directamente sus sabias enseñanzas, sentimos el compromiso moral de defender sus principios y mostrar nuestra oposición a la propuesta actual del Ministerio de Educación que trata de integrar de manera incoherente y sin ninguna secuencia, a través de las llamadas Ciencias Sociales, la enseñanza de la Geografía y de la Historia en los programas de la Educación Básica, relegando a segundo término y aisladamente, la Geografía y la Historia de Panamá.
Una evaluación de la historia de las propuestas curriculares, en la educación de nuestro país, ha demostrado que las veces que se ha intentado aplicar esta propuesta en la educación panameña, ha fracasado.
Es indudable que el prestigio que goza nuestra disciplina en la actualidad está íntimamente ligada a la llegada a nuestro país, en 1937, del insigne catedrático español Don Angel Rubio y a su fecunda obra dedicada con tesón y esmero a la investigación, la difusión y la enseñanza. Pero tal vez, su mayor mérito fue el haber formado una Escuela, una legión de discípulos, que defienden su pensamiento en todos los niveles de la educación nacional y, en especial, en las aulas universitarias donde han venido a reemplazarlo luego de haber realizado estudios de post-grado en reconocidas universidades europeas y americanas. De la misma manera y, cada vez más, geógrafos panameños son llamados a servir en instituciones estatales y privadas, con el fin de desarrollar programas de planificación económica y de ordenamiento del país.
La fuerte personalidad de Don Angel Rubio dominó por completo las primeras décadas de la geografía científica panameña, tanto en el ámbito universitario como a nivel nacional e internacional. Transmitió a sus discípulos los adelantos de la geografía europea, cuyas teorías apoyaron sus trabajos de investigación y los que dirigió a sus estudiantes. Su obra refleja la influencia de los grandes maestros de la Escuela Francesa de Geografía: Paul Vidal de la Blache, Emmanuel de Martonne, Camille Vallaux, Max Sorre y Albert Demangeón, siendo el primero y el último, a mi juicio los que mayor influencia ejercieron en el Maestro de la Geografía Panameña.
Su influencia vidaliana se aprecia en sus estudios monográficos regionales entre los que se destacan Regiones y Comportamientos Morfológicos del Istmo de Panamá y La Plataforma Continental Panameña, ambos publicados en 1946, así como sus Regiones Geográficas Panameñas las que, en asocio con Louis Guzmán, publica en 1959. En ellos el conocimiento del medio natural constituye un antecedente para la acción del hombre. Sus elementos -relieves, aguas, climas- están vinculados entre sí por leyes que determinan las organizaciones espaciales y que estudia la Geografía Física. La Geografía Regional, que nace con Vidal de la Blache y se fortalece con sus discípulos es, al mismo tiempo, una disciplina científica y una forma de humanismo que lleva a sus seguidores a reflexiones profundas sobre la acción del hombre sobre el medio natural, sus limitaciones y sus logros.
Es en esta línea que la influencia de otro de los grandes maestros de la Escuela Geografía Francesa, Albert Demangeón, penetra en las investigaciones y en la producción del maestro Rubio, quien aplica con éxito su novedoso índice de "dispersión demográfica". Sus obras La Dispersión Demográfica en Panamá (1949) y La Vivienda Rural Panameña (1950) las que luego, en 1952, sintetiza en el artículo publicado por la Unión Geográfica Internacional: La Dispersión o Aglomeración de la Población y los Tipos de Vivienda Rural, evidencian esta influencia.
Motivado por las inquietudes de la época, Rubio inaugura el campo de la Geografía Política en Panamá cuando, en 1955, nos ofrece La Plataforma Continental como Problema Geopolítico, y la Geografía Política de los Mares publicada en México en 1959. Y, con su célebre artículo El Golfo de Panamá, Bahía Histórica, publicado en la Revista Lotería de ese mismo año, inicia la Geografía Aplicada en nuestro país.
Incursiona todos los campos de la Geografía y su obra ciclópea excede los 160 títulos. Su labor como docente, investigador y como geógrafo profesional, a través de las muchas consultorías y cargos públicos que ocupó temporalmente, puso de manifiesto la importancia de la ciencia geográfica en los programas de desarrollo nacional: La organización del espacio, en la planificación urbana y regional y en el uso adecuado de los recursos naturales. Luchó tesoneramente contra las corrientes pedagógicas de la época para que la licenciatura clásica de Geografía e Historia se mantuviera vigente, con esa modalidad, en el curriculum universitario y a nivel de la educación secundaria se enseñara, de manera separada.
Quienes tuvimos el privilegio de ser sus alumnos y recibir directamente sus sabias enseñanzas, sentimos el compromiso moral de defender sus principios y mostrar nuestra oposición a la propuesta actual del Ministerio de Educación que trata de integrar de manera incoherente y sin ninguna secuencia, a través de las llamadas Ciencias Sociales, la enseñanza de la Geografía y de la Historia en los programas de la Educación Básica, relegando a segundo término y aisladamente, la Geografía y la Historia de Panamá.
Una evaluación de la historia de las propuestas curriculares, en la educación de nuestro país, ha demostrado que las veces que se ha intentado aplicar esta propuesta en la educación panameña, ha fracasado.
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