Esopo
- Guillermo Márquez B.
Este famoso fabulista griego que vivió entre los siglos VII y VI antes de Cristo, como persona era un tipo insignificante por lo deforme y feo, y para colmo, jorobado. No obstante, lo que la naturaleza no le dio en apariencia se lo compensó en inteligencia.
Esopo fue esclavo de un ciudadano llamado Xantos. Éste, en una ocasión en la que tenía invitados a comer, le encargó que fuera a comprar la comida y escogiera lo mejor que encontrara. El hombre hizo el mandado y regresó con lengua y nada más curioso, el amo le preguntó: - ¿Es esto lo mejor que hallaste ? - Y le respondió: - ¿Quién podría dudarlo? La lengua es el órgano de la verdad y lo que permite a los hombres entenderse entre ellos. -
Posteriormente, Xantos invitó a las mismas personas a comer en su casa y le ordenó a Esopo que comprara lo peor que pudiera encontrar. Esopo fue al mercado y regresó con lenguas nuevamente. Al verlas, el amo, con aire de reproche le preguntó: - ¿Es esto lo peor que encontraste ? – Y le respondió: - ¿Quién lo duda? La lengua es el órgano de la mentira y el arma que usan los hombres para injuriarse y ofenderse mutuamente-
Otro día, en un largo viaje a pie que tuvo que hacer su amo, dadas las pobres condiciones físicas de Esopo, se le autorizó a escoger la carga que él llevaría. Tras examinarlas escogió el bulto más grande. Los demás esclavos se rieron de su poco acierto, pero en el curso de la expedición se dieron cuenta de que Esopo había actuado ingeniosamente.
El bulto que él había escogido para llevar era el de los alimentos que, a medida en que avanzaban en el trayecto, iba disminuyendo de peso.
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