Esteban Huertas: “Factor decisivo”
Publicado 2003/08/03 23:00:00
En los planteles escolares de Panamá nos enseñan que el general Esteban Huertas fue factor decisivo en la separación de Panamá de Colombia; sin embargo, también nos enseñan, o nos dejan entrever, que Panamá se independizó el 3 de noviembre de 1903, gracias al apoyo de Estados Unidos.
Es por ello que, desde muy temprana edad, me preguntaba cuál sería el papel del General Huertas como factor decisivo en nuestra independencia, si los libros nos decían que la misma era hechura de los gringos.
Primero pensé que se le nombraba como “factor decisivo” para no reconocerle su condición de prócer, pero luego comprendí la verdadera connotación de lo que representaba la frase factor decisivo, que sin la intervención de Huertas, no hubiera existido independencia, aun con la ayuda o no de los norteamericanos.
Cuando Estados Unidos se comprometió con la Junta Revolucionaria a ayudar y garantizar la independencia de Panamá enviando barcos de guerra al Istmo, el Dr. Amador y los conjurados sabían que, para tener éxito, era urgente y necesario contar con el apoyo del Batallón Colombia acantonado en el Istmo. Para ello, tendrían que anexar al movimiento al general Esteban Huertas, quien no solamente era el comandante de esta fuerza, sino también un líder entre las tropas que lo seguirían sin vacilar.
El General Huertas era un joven general que había llegado al Istmo cuando apenas era un niño, solo y sin familia. La tierra panameña se convirtió en su hogar, en la que hizo la mayor parte de su carrera militar, forjó amistades sólidas y hermanales; encontró esposa panameña, tuvo un hijo, y era querido y respetado por el pueblo istmeño que fue testigo de sus hazañas militares. Quienes lo conocieron comentan que su don de gente se hizo sentir no sólo al tratar a la población civil, sino también a los subalternos militares e incluso a sus enemigos.
Al escuchar las ofertas del Dr. Amador y de otros conjurados, Huertas se mostraba distante y evasivo. El desconfiaba de las intenciones de Estados Unidos y no quería depender de la potencia extranjera; y así mismo sabía que los conjurados, por ser en su mayoría conservadores, no motivarían el apoyo del pueblo. Es por ello que, en forma secreta, hace un Pacto con el General Domingo Díaz, veterano de los ejércitos liberales, conocido líder popular, acompañaría en su campaña.
Aquel 3 de noviembre de 1903, los sucesos se precipitaron con la llegada del batallón de Tiradores a Colón, compuesto por 400 efectivos, que casi duplicaban al Batallón Colombia...y la flotilla norteamericana aún no llegaba...Ese día hubo caos; el movimiento parecía haberse perdido; los conjurados se escondían, al doctor Amador lo habían dejado solo, según sus propia palabras; todo parecía que iba a dar al traste...En ese momento surgen dos hombres: por un lado el general Domingo Díaz, liderando al pueblo panameño, al ejército liberal o a los veteranos del mismo; y por el otro, el General Huertas con las tropas regulares y las armas necesarias e informando que había apresado a los generales colombianos. Es precisamente en ese momento que se sella la independencia.
De lo anterior podemos desprender que sin la actuación oportuna de Huertas, no se hubiese registrado la independencia el 3 de noviembre de 1903, y ese es el verdadero significado de ser “El Factor Decisivo” de la separación de Panamá de Colombia.
¿Qué hubiese ocurrido si Huertas no apoya el movimiento? Atrevámonos a especular un poco: Los generales Amaya y Tovar se hubieran tomado el Istmo con apoyo de los batallones Colombia y Tiradores sin ninguna resistencia. Una vez consolidado el ejército colombiano, se hubiesen dado purgas, fusilamientos, carcelería, exilios y persecuciones de los conjurados y los que quedaran estarían huyendo o escondidos.
Para la llegada de la flotilla norteamericana, el ejército colombiano tendría total control y sólo quedarían cenizas de la conjura y del movimiento. ¿Qué hubiesen hecho los gringos entonces? Tomarse el Istmo por al fuerza, en cuyo caso hoy seríamos, con suerte, un estado libre asociado o parte de California. También hubiesen podido llegar a un acuerdo con Colombia que, al darse cuenta del peligro que representaba los anhelos separatista de Panamá, el apoyo que le estaban dando los norteamericanos y el interés real y unilateral de estos últimos en hacer el Canal Interoceánico, hubieran pactado por lo que sea a fin de mantener su soberanía sobre el Istmo.
En conclusión, podemos decir que nuestra independencia la hicimos los panameños; afortunadamente, no hubo derramamiento de sangre pero sí hubo un pueblo que estuvo dispuesto a derramarla. Por lo tanto, es legítima y no tenemos nada de que avergonzarnos.
La intervención de Estados Unidos no fue necesaria para independizarnos, sin embargo sí fue necesaria para perpetuarla; ya que por nuestra posición geográfica, el Istmo no sólo era ambicionado por Colombia que hubiera hecho lo que sea para recuperarlo, sino también por las demás potencias europeas como el Reino Unido y Francia, por lo que tarde o temprano hubiésemos sido víctimas del intervencionismo.
Es por ello que, desde muy temprana edad, me preguntaba cuál sería el papel del General Huertas como factor decisivo en nuestra independencia, si los libros nos decían que la misma era hechura de los gringos.
Primero pensé que se le nombraba como “factor decisivo” para no reconocerle su condición de prócer, pero luego comprendí la verdadera connotación de lo que representaba la frase factor decisivo, que sin la intervención de Huertas, no hubiera existido independencia, aun con la ayuda o no de los norteamericanos.
Cuando Estados Unidos se comprometió con la Junta Revolucionaria a ayudar y garantizar la independencia de Panamá enviando barcos de guerra al Istmo, el Dr. Amador y los conjurados sabían que, para tener éxito, era urgente y necesario contar con el apoyo del Batallón Colombia acantonado en el Istmo. Para ello, tendrían que anexar al movimiento al general Esteban Huertas, quien no solamente era el comandante de esta fuerza, sino también un líder entre las tropas que lo seguirían sin vacilar.
El General Huertas era un joven general que había llegado al Istmo cuando apenas era un niño, solo y sin familia. La tierra panameña se convirtió en su hogar, en la que hizo la mayor parte de su carrera militar, forjó amistades sólidas y hermanales; encontró esposa panameña, tuvo un hijo, y era querido y respetado por el pueblo istmeño que fue testigo de sus hazañas militares. Quienes lo conocieron comentan que su don de gente se hizo sentir no sólo al tratar a la población civil, sino también a los subalternos militares e incluso a sus enemigos.
Al escuchar las ofertas del Dr. Amador y de otros conjurados, Huertas se mostraba distante y evasivo. El desconfiaba de las intenciones de Estados Unidos y no quería depender de la potencia extranjera; y así mismo sabía que los conjurados, por ser en su mayoría conservadores, no motivarían el apoyo del pueblo. Es por ello que, en forma secreta, hace un Pacto con el General Domingo Díaz, veterano de los ejércitos liberales, conocido líder popular, acompañaría en su campaña.
Aquel 3 de noviembre de 1903, los sucesos se precipitaron con la llegada del batallón de Tiradores a Colón, compuesto por 400 efectivos, que casi duplicaban al Batallón Colombia...y la flotilla norteamericana aún no llegaba...Ese día hubo caos; el movimiento parecía haberse perdido; los conjurados se escondían, al doctor Amador lo habían dejado solo, según sus propia palabras; todo parecía que iba a dar al traste...En ese momento surgen dos hombres: por un lado el general Domingo Díaz, liderando al pueblo panameño, al ejército liberal o a los veteranos del mismo; y por el otro, el General Huertas con las tropas regulares y las armas necesarias e informando que había apresado a los generales colombianos. Es precisamente en ese momento que se sella la independencia.
De lo anterior podemos desprender que sin la actuación oportuna de Huertas, no se hubiese registrado la independencia el 3 de noviembre de 1903, y ese es el verdadero significado de ser “El Factor Decisivo” de la separación de Panamá de Colombia.
¿Qué hubiese ocurrido si Huertas no apoya el movimiento? Atrevámonos a especular un poco: Los generales Amaya y Tovar se hubieran tomado el Istmo con apoyo de los batallones Colombia y Tiradores sin ninguna resistencia. Una vez consolidado el ejército colombiano, se hubiesen dado purgas, fusilamientos, carcelería, exilios y persecuciones de los conjurados y los que quedaran estarían huyendo o escondidos.
Para la llegada de la flotilla norteamericana, el ejército colombiano tendría total control y sólo quedarían cenizas de la conjura y del movimiento. ¿Qué hubiesen hecho los gringos entonces? Tomarse el Istmo por al fuerza, en cuyo caso hoy seríamos, con suerte, un estado libre asociado o parte de California. También hubiesen podido llegar a un acuerdo con Colombia que, al darse cuenta del peligro que representaba los anhelos separatista de Panamá, el apoyo que le estaban dando los norteamericanos y el interés real y unilateral de estos últimos en hacer el Canal Interoceánico, hubieran pactado por lo que sea a fin de mantener su soberanía sobre el Istmo.
En conclusión, podemos decir que nuestra independencia la hicimos los panameños; afortunadamente, no hubo derramamiento de sangre pero sí hubo un pueblo que estuvo dispuesto a derramarla. Por lo tanto, es legítima y no tenemos nada de que avergonzarnos.
La intervención de Estados Unidos no fue necesaria para independizarnos, sin embargo sí fue necesaria para perpetuarla; ya que por nuestra posición geográfica, el Istmo no sólo era ambicionado por Colombia que hubiera hecho lo que sea para recuperarlo, sino también por las demás potencias europeas como el Reino Unido y Francia, por lo que tarde o temprano hubiésemos sido víctimas del intervencionismo.
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