Gestión de recursos humanos
Publicado 2001/11/27 00:00:00
- Dr. Miguel Antonio Bernal
Con la actual crisis económica que vive nuestro país al igual que el mundo, se han acrecentado el número de terminaciones laborales, ya sea vía liquidación o buscando de excusa alguna causal de despido contemplada en el Código de Trabajo, sin importarle lo más mínimo la experiencia y cantidad de años que tenga un trabajador, aunado a la gran cantidad de recursos económicos que ha invertido una organización en el entrenamiento de su personal, sin verdaderamente explotar este recurso (humano) con la finalidad de desarrollar la organización a futuro frente a las tendencias mundiales de la globalización-competitividad-privatización.
Así, las empresas de este nuevo siglo XXI se han percatado de que la figura de la globalización implicó un cambio drástico que rompió con los modelos tradicionales de mando para dar paso a esquemas flexibles para la toma de decisiones, por lo que es más importante ejecutar nuevas estrategias para enfrentar los cambios de la apertura comercial, sin tener los trabajadores que recibir la medida más drástica, como sería una liquidación o despido. Autores expertos en materia de administración de negocios han propugnado por la necesidad de que las organizaciones conozcan sus puntos fuertes y débiles, así como sus ventajas y oportunidades de negocios; que los empleados conozcan cuál es la misión real de la empresa y los proyectos planeados para los próximos años, así como las necesidades de los clientes internos y externos.
En conclusión, lo anterior significa desarrollar el patrimonio cultural de los empleados y fundamentarse en la tesis de que la organización (privada/pública) crece cuanto más crezca el trabajador, dejando que éstos piensen y no sólo lo hagan por órdenes de esquema piramidal. En pocas palabras, no se trata de importar tecnologías, sino desarrollarla de manera interna.
Corresponde entonces a la organización dotar a los empleados, ya sean jefes o subalternos, de los recursos, entrenamiento, entre otros, para lograr mayor fluidez en su trabajo de equipo. No basta que una empresa suministre gastos de combustible a sus empleados-vendedores, cuando anteriormente le daba vehículos a éstos, queriendo así de todas maneras obtener buenos deseos de las partes para trabajar en armonía; es decir, que la organización debe dotarlos siempre de las condiciones necesarias.
Finalmente, llamamos a la reflexión a las distintas organizaciones, a fin de determinar quién toma las decisiones, ya que en muchos casos los errores en la definición de metas y estrategias no provienen de los propietarios, por lo que es importante ir hacia una estructura más horizontal.
Así, las empresas de este nuevo siglo XXI se han percatado de que la figura de la globalización implicó un cambio drástico que rompió con los modelos tradicionales de mando para dar paso a esquemas flexibles para la toma de decisiones, por lo que es más importante ejecutar nuevas estrategias para enfrentar los cambios de la apertura comercial, sin tener los trabajadores que recibir la medida más drástica, como sería una liquidación o despido. Autores expertos en materia de administración de negocios han propugnado por la necesidad de que las organizaciones conozcan sus puntos fuertes y débiles, así como sus ventajas y oportunidades de negocios; que los empleados conozcan cuál es la misión real de la empresa y los proyectos planeados para los próximos años, así como las necesidades de los clientes internos y externos.
En conclusión, lo anterior significa desarrollar el patrimonio cultural de los empleados y fundamentarse en la tesis de que la organización (privada/pública) crece cuanto más crezca el trabajador, dejando que éstos piensen y no sólo lo hagan por órdenes de esquema piramidal. En pocas palabras, no se trata de importar tecnologías, sino desarrollarla de manera interna.
Corresponde entonces a la organización dotar a los empleados, ya sean jefes o subalternos, de los recursos, entrenamiento, entre otros, para lograr mayor fluidez en su trabajo de equipo. No basta que una empresa suministre gastos de combustible a sus empleados-vendedores, cuando anteriormente le daba vehículos a éstos, queriendo así de todas maneras obtener buenos deseos de las partes para trabajar en armonía; es decir, que la organización debe dotarlos siempre de las condiciones necesarias.
Finalmente, llamamos a la reflexión a las distintas organizaciones, a fin de determinar quién toma las decisiones, ya que en muchos casos los errores en la definición de metas y estrategias no provienen de los propietarios, por lo que es importante ir hacia una estructura más horizontal.
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