Gobierno de dictadura y de oligarquía
Publicado 2002/10/04 23:00:00
- Teheran
Desde hace algún tiempo estamos viviendo, en el devenir histórico, político y social panameño, una era de la reacción, que bien pudiéramos llamar "del mando porque sí". Ayer fue la dictadura; hoy es, nuevamente, una oligarquía anclada en el prejuicio de los goces no siempre ganados en virtud del esfuerzo, el mérito, del trabajo, quien funge y gobierna en nombre de la democracia. No obstante, siempre estas crisis morbosas provocan la concentración de fuerzas sociales que impelen al progreso.
En cuanto a la lucha de los pueblos contra los regímenes dictatoriales en América, se han producido anécdotas notables. Cuentan, por ejemplo, que para la caída de López Gutiérrez (dictador hondureño), en 1924, el movimiento sedicioso creció a los gritos de "¡Abajo la dictadura! ¡Muera la dictadura!". Dicen que cuando ya habían triunfado los revolucionarios en los momentos en que los generales vencedores tomaban posesión del Palacio Presidencial, un indio de Intibucá, machete en mano, corría veloz por las oficinas y espiaba debajo de los escritorios, y fue hasta los dormitorios y revisaba debajo de las camas. Uno de sus jefes lo llamó al orden preguntándole qué hacía, y el indígena, con los ojos inyectados de ira, le contestó: "Ando buscando a la dictadura"... Parafraseando al indio hondureño, en el caso de Panamá hoy, bien pudiera decirse: "Ando buscando a la oligarquía..."
Hace tres años que gobiernan Panamá, los que, a juicio de cientos de miles de ciudadanos, incluso del hombre de calle, representan la nueva casta oligárquica, junto a viejos fariseos oportunistas del país. Y, al parecer, el comportamiento público por sus decisiones y ejecutorias así lo demuestran. Pero hagamos una pausa, para poder explicar que es erróneo pensar que la oligarquía es sinónimo de gente rica. ¡No! La oligarquía es la administración monopolizada por una minoría en beneficio de sus propios intereses y con la finalidad de su propia conservación en el mando. Agregamos algo más explicativo todavía: el ilustre colombiano, Dr. Jorge Eliécer Gaitán, decía: "Cuando en un país la política llega a extremos tales, de espaldas a los intereses de la nacionalidad, podemos afirmar sin vacilaciones que se ha implantado el régimen oligárquico. Y no creáis como algunos sofistas han querido hacer pensar, que la oligarquía es solamente el dominio de la plutocracia. ¡No! Esa es la oligarquía aristocrática. La oligarquía, como en la vieja estructura de la India, tiene sus gradaciones que pueden ir del vaira al sutra. Y entre nosotros tiene su división en tres estructuras: la primera a cuya cabeza están los dirigentes, quienes a su vez, se bifurcan en unos que no quiere sino el dominio, el imperium, en el sentido romano de la palabra, que su voz sea la del amo sin la cual no se puede mover ninguna de las actividades nacionales y otros que aspiran que todas las riquezas, la especulación, los contratos, los negocios, sean para la camarilla afortunada.
La segunda, o sea la estructura intermedia, es la que sirve de lazo de comunicación. Se cotiza especialmente entre los hombres de inteligencia que tengan almas de secretarios. Ellos hablan, más no por su propio albedrío sino atendiendo el soplo director de los de arriba. Son como las brisas de los caballos, que sirven para dirigir pero siempre que otros las manejen. Y la tercera estructura. Esa moral e intelectualmente minúscula, pero muy útil en este proceso oligárquico. Ya tenemos el cerebro y tenemos la voz que prefabrica el ambiente según órdenes recibidas. Pero se necesitan los tentáculos, los brazos que penetren a todos los lugares, que vayan desde el ambiente municipal al bario, a la asamblea, al comité, que atiendan al tinglado electoral para beneficio del país político. A éstos se los acaricia con las únicas cosas con que es posible acariciarlos: con las granjerías. Es la oligarquía o el país político, que otorga títulos, califica la inteligencia y el conocimiento e ignora o destruye al resto del país, al inmenso país nacional o sea el pueblo".
Todo lo dicho por Gaitán hace más de medio siglo, se vive y experimenta en el ambiente político del Panamá de hoy (desde hace más de tres años) ejecutado por el "Gobierno de los pobres", oligárquico, corrupto e impopular de "Unión por Panamá", que a menudo se hace "gárgaras" con la palabra democracia. Por eso hemos intentado hacer una explicación didáctica de lo que es una dictadura y lo que es una oligarquía en función de gobierno. ¡Ojalá el intento sirva de lección positiva al pueblo panameño! Presidenta Moscoso: ¡Los panameños queremos que en Panamá habite la inteligencia y reine la justicia!
En cuanto a la lucha de los pueblos contra los regímenes dictatoriales en América, se han producido anécdotas notables. Cuentan, por ejemplo, que para la caída de López Gutiérrez (dictador hondureño), en 1924, el movimiento sedicioso creció a los gritos de "¡Abajo la dictadura! ¡Muera la dictadura!". Dicen que cuando ya habían triunfado los revolucionarios en los momentos en que los generales vencedores tomaban posesión del Palacio Presidencial, un indio de Intibucá, machete en mano, corría veloz por las oficinas y espiaba debajo de los escritorios, y fue hasta los dormitorios y revisaba debajo de las camas. Uno de sus jefes lo llamó al orden preguntándole qué hacía, y el indígena, con los ojos inyectados de ira, le contestó: "Ando buscando a la dictadura"... Parafraseando al indio hondureño, en el caso de Panamá hoy, bien pudiera decirse: "Ando buscando a la oligarquía..."
Hace tres años que gobiernan Panamá, los que, a juicio de cientos de miles de ciudadanos, incluso del hombre de calle, representan la nueva casta oligárquica, junto a viejos fariseos oportunistas del país. Y, al parecer, el comportamiento público por sus decisiones y ejecutorias así lo demuestran. Pero hagamos una pausa, para poder explicar que es erróneo pensar que la oligarquía es sinónimo de gente rica. ¡No! La oligarquía es la administración monopolizada por una minoría en beneficio de sus propios intereses y con la finalidad de su propia conservación en el mando. Agregamos algo más explicativo todavía: el ilustre colombiano, Dr. Jorge Eliécer Gaitán, decía: "Cuando en un país la política llega a extremos tales, de espaldas a los intereses de la nacionalidad, podemos afirmar sin vacilaciones que se ha implantado el régimen oligárquico. Y no creáis como algunos sofistas han querido hacer pensar, que la oligarquía es solamente el dominio de la plutocracia. ¡No! Esa es la oligarquía aristocrática. La oligarquía, como en la vieja estructura de la India, tiene sus gradaciones que pueden ir del vaira al sutra. Y entre nosotros tiene su división en tres estructuras: la primera a cuya cabeza están los dirigentes, quienes a su vez, se bifurcan en unos que no quiere sino el dominio, el imperium, en el sentido romano de la palabra, que su voz sea la del amo sin la cual no se puede mover ninguna de las actividades nacionales y otros que aspiran que todas las riquezas, la especulación, los contratos, los negocios, sean para la camarilla afortunada.
La segunda, o sea la estructura intermedia, es la que sirve de lazo de comunicación. Se cotiza especialmente entre los hombres de inteligencia que tengan almas de secretarios. Ellos hablan, más no por su propio albedrío sino atendiendo el soplo director de los de arriba. Son como las brisas de los caballos, que sirven para dirigir pero siempre que otros las manejen. Y la tercera estructura. Esa moral e intelectualmente minúscula, pero muy útil en este proceso oligárquico. Ya tenemos el cerebro y tenemos la voz que prefabrica el ambiente según órdenes recibidas. Pero se necesitan los tentáculos, los brazos que penetren a todos los lugares, que vayan desde el ambiente municipal al bario, a la asamblea, al comité, que atiendan al tinglado electoral para beneficio del país político. A éstos se los acaricia con las únicas cosas con que es posible acariciarlos: con las granjerías. Es la oligarquía o el país político, que otorga títulos, califica la inteligencia y el conocimiento e ignora o destruye al resto del país, al inmenso país nacional o sea el pueblo".
Todo lo dicho por Gaitán hace más de medio siglo, se vive y experimenta en el ambiente político del Panamá de hoy (desde hace más de tres años) ejecutado por el "Gobierno de los pobres", oligárquico, corrupto e impopular de "Unión por Panamá", que a menudo se hace "gárgaras" con la palabra democracia. Por eso hemos intentado hacer una explicación didáctica de lo que es una dictadura y lo que es una oligarquía en función de gobierno. ¡Ojalá el intento sirva de lección positiva al pueblo panameño! Presidenta Moscoso: ¡Los panameños queremos que en Panamá habite la inteligencia y reine la justicia!
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.