La modernización del transporte público
- Jorge Zúñiga Sánchez
El estado ruinoso de la flota de autobuses que prestan el transporte público, la desatención a las leyes de tránsito, el estado actual de la red vial y la ola de accidentes fatales de los últimos tiempos, constituyen sólo algunas de las razones para que la ciudadanía ofrezca su apoyo a cualquier propuesta oficial de solución.
Sin dudar sobre la importancia de esos puntos, la discusión sobre la modernización del trasporte público abordará irremediablemente la conveniencia de este servicio en manos del Estado o su privatización .
A lo largo del tiempo se nos hizo costumbre presenciar el fracaso de muchos proyectos de transporte colectivo, financiados por el gobierno, así como los cuestionamientos públicos a las organizaciones transportistas por el manejo indebido de los "cupos". Poco a poco, el transporte perdió su condición de conquista social, degenerando abiertamente en una actividad lucrativa, sostenida en las poses obreriles de sus dirigentes. Con paso tímido, la inversión privada fue ingresando a un negocio que le fuera vedado por años, compitiendo ahora con los nuevos obreros-empresarios. El alquiler de las unidades de transporte "a los palancas", generó pingües ganancias, en forma del pago de "cuentas" impuestas a los "palancas", que despavoridos circulan por las calles y avenidas, buscando 1,200 pasajeros al día para hacerle frente a los compromisos adquiridos.
En justicia, sea cual fuere las medidas que sean adoptadas, las mismas deberán asegurarle el espacio a esos panameños que se mantienen fieles aquel concepto "del machete del transportista", en su calidad de auténticos obreros del volante. El empresario-dirigente, que nació y creció dentro de esta coyuntura, deberá recibir un trato de iguales que el que reciben los inversionistas, eso sí, excluyendo la palabra subsidio del lenguaje, propia a esta renovada relación.
Con la modernización del transporte tal vez los usuarios recibamos un mejor servicio, pero no una merma en el costo del pasaje. Será alto el costo que pagarán usuarios y trabajadores, por tantos años de "vivezas sindicales", y también por desconsideración a miles y miles de usuarios, precisamente en tiempos en los que la alza del combustible, amenaza con elevar la canasta básica familiar a las nubes. No cabe la menor duda de que los transportistas darán la batalla; pero sin el respaldo de los usuarios, el viejo sistema del transporte público tiene hoy los días contados.
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