Panamá
A lo largo del tiempo
El orden y el caos son una misma escena separada por el tiempo. El orden es una mentira oculta en un segundo de paz. El caos es una realidad esperando a reventar.
- Alonso Correa
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- - Actualizado: 29/6/2022 - 12:00 am
La capacidad de vernos a largo plazo, de imaginarnos las arrugas que nos maquillarán con el paso de las sonrisas, pensar en las rutas que todas las lágrimas dejaran en nuestra cara, soñar con observar el plenilunio de nuestros cabellos cubrir nuestras crismas, es una habilidad que, a pesar de estar al alcance de la mayoría, se encuentra recluida tras la pared de la madurez, o eso es lo que se cree. Se tiene la preconcepción de que este simple ejercicio mental es una actividad reservada para los que creen tener todo bajo control. Un deporte exclusivo para los que tienen la vida en orden. Pero eso no es más que una mentira cubierta del óleo del miedo.
El orden y el caos son una misma escena separada por el tiempo. El orden es una mentira oculta en un segundo de paz. El caos es una realidad esperando a reventar. Lo único cierto es la pertenencia que tiene nuestra consciencia de estar en el hoy. El ahora es una cálida cama frente a un frío amanecer. El hoy es una fogata en el horizonte frente a un páramo perdido. El presente, parafraseando al maestro Oogway, es un regalo, por eso se llama así. Y poder sentir el hoy más allá del límite del ahora debe ser la mirada más bonita que una persona podría regalarse a sí misma.
Pero la sociedad ha desencadenado un sueño que para muchos se ha convertido en una realidad. El tener que vivir el hoy sin pensar en el ayer o en el mañana; ir ciego frente a un mar de posibilidades para no separarse del placentero vivir en lo que es ahora, esa es la razón por la que las muertes por sobredosis de cocaína, heroína y opiáceos en adolescentes de entre 15 y 24 años se ha cuadriplicado en las últimas dos décadas en Estados Unidos (Teenage drug use statistics [2022]: Data; trends on abuse. (2019, junio 19). NCDAS. https://drugabusestatistics.org/teen-drug-use/). Es por eso que el uso de sustancias como el tabaco y el alcohol se han adaptado a un público cada vez menor. Esto es lo que lleva a que 1 de cada 7 jóvenes desarrollen una enfermedad mental (Adolescent mental health. (s/f). Who.Int. Recuperado el 25 de junio de 2022, de https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/adolescent-mental-health). Esa es una de las razones por las que hay un ejército de jóvenes incapaces de verse más allá del tiempo.
Porque ya no pensamos en el futuro, ya no nos interesa el qué pasará porque vivimos rodeados de pasado, sumergidos en un viscoso océano de ayeres. Olvidando el mañana que nos espera en la esquina. Y como no esperamos más que lo que se esconde frente a nuestras narices, nos dejamos llevar, nos permitimos abusar de los exiguos momentos de placer para estirarlos hacia el infinito. Nos cubrimos de las prendas del gusto para colarnos en las interminables fiestas del Valhalla. Los entumecedores de labios de la dama adicción llaman a las pobre almas perdidas de los que no sienten el río del tiempo cruzar su pecho. Los latidos de un corazón atemporal se pierden entre los gritos de los que ya no tiene un suelo en el cual recostarse.
Porque no se le pueden pedir frutos a un arbusto en llamas. No se puede exigir que la marea no toque la arena. Es imposible pensar en descubrir el poder que traen los minutos si solo se está pendiente de los cadáveres de los segundos que ya pasaron. Una vez que se derrumbe el mito y se vuelva a permitir soñar podremos recuperar la tierra perdida frente al miedo al porvenir.
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