Lo que no me habían contado
en el pequeño e interesante museo de la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes, en San Felipe, en una vitrina tipo mesa se exhibe una carta ológrafa, esto es, escrita a mano...
Lo que no me habían contado
Hay un mundo de posibilidades que espera ser descubierto por la ciudadanía panameña. Conociendo ese mundo se consolida nuestra identidad, se fortalecen nuestras raíces, desarrollamos cultura universal, tendremos tema de conversación y sin dudarlo, opciones de nuevas amistades, negocios y ser personas cada día más satisfechas.
Hoy abordamos el mundo de la memorabilia, que nos recuerda de inmediato la palabra memoria. Tenemos la memoria personal, pero también tenemos y podemos acudir a la memoria documental, a la monumental, la bibliográfica. Todo aquello que nos haga recordar y aprender del pasado las grandes enseñanzas y hacerlas actuales.
En Panamá se ve cómo las personas que colecciona que no es numismática ni filatelia. Pero la memorabilia va más allá y es parte de las ciencias históricas. A través de una foto, un mapa, una carta, un diploma, una colección arqueológica, de arte, partituras así como de objetos tipo anteojos, telescopios, brújulas, códigos, por mencionar algunos, una persona puede ayudarse a reconstruir un pasaje de la historia de su país, su provincia o ciudad que no está en los libros de historia general ni escolar.
Puede hallar el lugar que ocuparon sus familiares en la construcción del país, de una costumbre, de una rama del folclor. Con el análisis de escritos se puede dar razón de la profundidad de crisis pasadas que solo son enunciadas hoy. Por ejemplo: en el pequeño e interesante museo de la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes, en San Felipe, en una vitrina tipo mesa se exhibe una carta ológrafa, esto es, escrita a mano, que fue escrita por un testigo presencial de la carnicería a la que llamamos Batalla del Puente de Calidonia dentro de la guerra civil colombiana llamada Guerra de los Mil Días. Lo que está allí no consta en ningún otro libro. Es pues, un tesoro digno de ser consultado y popularizado.
Son miles los objetos que nos pueden servir como fuente de investigación con la memorabilia. Si un particular, un ONG o el Estado compra estos objetos y los pone al servicio de los demás es ciencia histórica. Si un individuo los exhibe y no llega a publicar artículos o libros, sino que intercambia y vende, entonces, es colección. Un monumento en una plaza también tiene su mensaje: escultor, año, material, significado, momento histórico, arte, etc.
Todos practicamos la memorabilia sin saberlo: ¡presta atención en adelante!
Director de Conasina (Comisión Nacional de los Símbolos de la Nación ). Facilitador de heráldica, vexilología y filatelia.