Los más grandes ciegos y su agenda oculta
- Aurelio Martínez
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- Periodista
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Durante los últimos años hemos visto cómo la desesperación de la izquierda los ha llevado a fomentar el caos en el país y a oponerse a cualquier ley o proyectos de los gobiernos de turno.
Sus críticas a la Ley 462 de la Caja del Seguro Social, definitivamente no tienen asidero, porque tuvieron un amplio periodo de consultas y aportes, pero no les interesó porque su objetivo es solo la desestabilización del país para conseguir adeptos en su sueño de opio de llegar al poder.
No es para nadie un secreto de que se oponen a todos, no hacen aportes positivos del país y buscan que todos nosotros quedemos en la miseria. Para un ejemplo está lo que se vive en países como Cuba y Venezuela, donde la pobreza cabalga a un ritmo casi insoportable y que obliga a los ciudadanos de esos países a migrar para parar el sufrimiento.
En Panamá, gracias a Dios, estamos lejos de eso, pero lo que tenemos que ser más conscientes es que no podemos dejarnos llevar por esos cantos de sirenas que tienen como principal meta desestabilizar el país, crear el caos y llevarte a que pierdas tu empleo y que tu familia sufra.
Los que promueven los cierres de las vías a nivel nacional son los que se oponen a todo, no quieren negociar y sus pretensiones son de otro planeta.
Es una verdadera pena que los educadores mantengan una huelga estéril, en la que los más afectados son los estudiantes que al final tendrán una preparación deficiente y cuando llegan al mercado laboral no podrán optar por empleo con salario digno, para que en el futuro tengan una jubilación digna, por la que paradójicamente luchan los gremios docentes.
Por otro lado, es importante que los trabajadores bananeros detengan el paro laboral en Bocas del Toro y no provoquen que la empresa Chiquita deje el país por un lugar más estable y donde no esté expuesta a pérdidas millonarias por huelgas y paros de labores que no tienen ni pies ni cabeza.
Bocas del Toro no puede quedar como el desolado Puerto Armuelles, donde los sindicalistas acabaron con la producción de bananos, fueron muy ambiciosos y pensaron que se harían millonarios y al final miles de personas quedaron desempleadas, perdieron todo. En la actualidad es una de las regiones del país más golpeadas por la desigualdad, la pobreza y la delincuencia.
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