Mujer panameña: símbolo de tenacidad
Desde hace más de cuatro décadas, la mujer en el desarrollo del mundo, ha realizado un papel protagónico en el quehacer de la humanidad. Históricamente la mujer latinoamericana y en nuestro caso la panameña, ha incursionado progresivamente en el sistema educativo de tal forma que aunque ha tenido una tendencia menos productiva que en el caso de los hombres porque ha necesitado estar mayormente calificada para acceder los mismos puestos de trabajo. (1)
Esta situación ha repercutido positivamente en el deseo y la perseverancia de la mujer en el campo educativo, en el que en la actualidad permanece un mayor tiempo buscando una mejor calificación y oportunidad laboral. A pesar de la tenacidad y su perseverancia en el campo educativo, la mujer panameña sigue en desventaja en cuanto a sus oportunidades de accionar en el campo laboral y político en el país.
Sin embargo, la cobertura de acceso y calificación de la mujer ha aumentado vertiginosamente irrumpiendo en carreras técnicas y profesionales que antes solo eran del dominio del género masculino. Inclusive en campos como el de la fuerza policial y el transporte, la mujer ha incursionado con éxito y se ha manejado con mucha responsabilidad.
Su autonomía ha ido en crecimiento tanto como en el hogar como a nivel laboral. En la actualidad, la mujer se ha preocupado por educarse a nivel superior en todas las áreas del conocimiento pasando de un papel productivo valorado como complementario, al papel productivo valorado como económico principal lo que ha incidido en reevaluar su rol dándole importancia y prioridad a la familia versus su realización personal o satisfacción profesional. La importancia otorgada a su vida profesional ha incidido en el concepto que sobre su papel tiene el género masculino en Panamá.
La mujer ha demostrado clara y efectivamente su espíritu de tenacidad, de prosperidad y de responsabilidad en todas las áreas en donde se desempeña en la actualidad a pesar que existe una desigualdad estructural en nuestra sociedad.
La acelerada incursión del género femenino en la educación y en el mercado laboral en nuestro país; debe ser garantizada por la permanencia y trascendencia de la mujer en el mercado de trabajo el cual debe ser igual en condiciones para el hombre y la mujer. Panamá está demostrando ante la faz del mundo, que le ha concedido el rol que merece la mujer en un mundo calificado como de hombres pero que está cambiando en razón de la equidad de género.
(1) CONFINTEA, Hamburgo 1997.
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