Música al estudiar o trabajar

Solemos escuchar música que nos agrada para ponernos de buen humor, energizarnos, calmarnos o pasar el rato. Hay todo tipo de música y de gustos. Hay a quienes les fascina la música techno y otros que la detestan. Los gustos individuales pueden ser tan poderosos que en la revista Redbook , el actor estadounidense John Cusack declaró que sería poco probable que él tuviese una cita con alguien que escuchase música que a él no le gustara. Si la música tiene un efecto tan poderoso en nuestro estado de ánimo, cabe preguntarse si podemos utilizarla para ser más eficientes en nuestro trabajo o llevar a cabo procesos de aprendizaje con mayor facilidad. Hay ciertos estudios que pueden ayudarnos a tomar decisiones sobre la música que escuchamos al estudiar o trabajar.

1) La música popular con letra parece dificultar el recordar información o memorizarla. Entonces es mejor estudiar, en particular si hay que leer material para entender y memorizar, con música instrumental. Al decir instrumental no nos referimos únicamente a la música clásica, sino a todo tipo de música interpretada por instrumentos, sin voz: cool jazz, música new age o world music, entre otros géneros.

2) Un método creado por el doctor búlgaro Georgi Lozanov, sugestopedia, utiliza música barroca a 60 pulsaciones por minuto, así como otros tipos de música clásica para acelerar el aprendizaje de idiomas. Música barroca se refiere a música europea de compositores tales como Bach, Handel, Vivaldi, Telemann, entre otros.

3) La música tiene el poder de energizarnos o sosegarnos. Si queremos realizar actividad física y mantenernos activos tiene sentido escuchar música rápida, bailable y alegre. Si queremos sentirnos sosegados para meditar, pensar o realizar actividades que requieren la capacidad de reflexionar entonces podemos escuchar música de ritmo calmo, melodías y armonías placenteras y predecibles.

Cabe preguntarse ¿qué música resulta relajante? Algunos estudiosos sugieren que la música relajante tiene 80 o menos pulsaciones por minutos (las pulsaciones de corazón en estado de reposo), movimiento melódico fluido, dinámicas predecibles, armonías placenteras, ritmo regular y sonidos de instrumentos de cuerda, piano, flauta o sonidos especiales de sintetizador.

No podemos imponer nuestra música en nuestro trabajo. Una opción es escuchar música con auriculares, pero a un volumen bajo o medio, pues a volumen alto con regularidad puede causar pérdida auditiva.