Niños de la calle
Publicado 1999/06/19 23:00:00
- Ginela C. Escala M./
En días pasados el diario Crítica Libre dio a conocer reportaje sobre los niños pobres de Panamá, conocidos también como "niños de la calle" ya que es allí donde deambulan en busca de alguna ayuda que la mayoría de las veces nunca llega. De acuerdo con el reportaje en Panamá, 2 de cada 3 infantes viven en condiciones de pobreza extrema, situación que limita sus posibilidades para tener acceso a una buena educación y a una buena atención médica. "La explotación del trabajo infantil se presenta en escalas intolerables muy similares a la esclavitud: abuso sexual, maltrato, prostitución y actividades ilícitas como la venta de estupefacientes", dice un estudio de la Casa Alianza de Panamá. Aproximadamente un 11% de los niños panameños se dedican a buscar empleo y otros ya están empleados. Un estudio reveló en 1994 que "4,540 niños/as, incluso adolescentes entre 10 y 17 años, son trabajadores y todos declararon la calle como sitio habitual de trabajo. Los centros de labores de estos pequeños se detectaron en el Mercado de Abastos, Avenida Central, El Dorado, en la ciudad de Panamá y en el Mercado Público de la provincia de Colón. Las investigaciones también revelaron que la gran mayoría de los infractores residen en el corregimiento de Curundú, Belisario Porras, en el distrito de San Miguelito. En Colón se ubicaron algunos en el barrio Norte específicamente en Calle 8.
Este problema de los niños de la calle, que ciertamente es de vieja data, con el neoliberalismo sus tenebrosos efectos se han globalizado y hoy día, sin que constituya atenuante ni mucho menos consuelo, esta desgracia ha hecho su dramática presencia en todo el mundo lo que nos augura tiempos no muy halagüeños.
A través de Internet recibimos, con alguna frecuencia, comunicados de Casa Alianza de Guatemala donde nos dan a conocer también situaciones muy lamentables de los llamados "niños de la calle". A manera de ilustración procedemos a transcribir, en forma íntegra, el comunicado recién recibido que nos ayudará a adquirir una idea cabal del problema. Dice así el comunicado:
Nunca pensamos que esto sería posible. Pero ha sucedido. Estamos agradecidos por estas pequeñas bendiciones...
El Presidente de Guatemala y todo su gabinete se dieron por vencidos ante nuestra presión -y la de ustedes- y, espero, ante la de sus propias conciencias. Finalmente, después de nueve años de esperar para que hubiera justicia de verdad, el gobierno de Guatemala estuvo de acuerdo en pagar la compensación por la muerte de un pequeño muchacho. Nahaman Carmona López fue pateado hasta morir por cuatro policías uniformados en Ciudad de Guatemala en marzo de 1990. La patética suma a pagar por la compensación, aunque es importante para la madre de Nahaman -una salvadoreña de origen quien vive en la extrema pobreza- no es el punto más importante. El punto es la simple búsqueda de la justicia. El que los poderes reconozcan que "incluso" los niños y niñas de la calle son miembros válidos de nuestra sociedad. Que ellos también tienen derechos. Que también son humanos... Finalmente, por favor Nahaman, descansa en paz.
Este es uno de los poquísimos ejemplos en donde el pago de una compensación ha sido asumido por el gobierno de Guatemala, cuyas sangrientas manos no han mostrado compasión por los niños y niñas sin hogar. En donde ha existido poca justicia para aquellos que han sido torturados y asesinados a manos de los uniformados, quienes supuestamente están para protegerlos... Nuestra lucha durante casi 10 años ha sido muy ardua y larga. Pero estamos logrando dar pequeños pasos hacia adelante. Muchas gracias por su ayuda.
Pero hay más noticias positivas. También en 1990 cuatro de "nuestros" niños de la calle "desaparecieron" del centro de la Ciudad de Guatemala, y después fueron encontrados grotescamente torturados y asesinados en un área llamada "Bosques de San Nicolás".
Les sacaron los ojos. Les cortaron las orejas y la lengua. Puedo recordar, como si estuviera sucediendo en este preciso momento, cómo temblaba mi mano aquel día mientras firmaba la acusación formal en contra de los dos policías nacionales. Sabía lo que eran capaces de hacer. Después nuestra Oficina de Apoyo Legal de Guatemala, creada en 1992, tomó el caso y tras nueve años de obstrucciones y categóricas mentiras por parte del sistema guatemalteco, el caso se elevó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en San José de Costa Rica. Esta es la primera vez en la historia de la Corte en que se escucha un caso en el cual las víctimas de violaciones de los derechos humanos son niños. Esto pasará a la historia. La búsqueda incansable por la justicia nos corresponde a cada uno. Incluyendo a los niños y niñas de la calle...
Probablemente este caso tomará otro año más para resolverse, pero después de haber escuchado a los testigos y a las madres de las víctimas, los magistrados de la Corte se sintieron conmovidos.
¿De qué otra forma hubieran podido reaccionar? Los argumentos del gobierno de Guatemala se derrumbaron ante la verdad: el sufrimiento de estos niños. Lo que le haces al más pequeño de ellos, me lo haces a mí... Los abogados del gobierno de Guatemala, que también son humanos, detestaron su obligación de tener que defender lo indefendible.
Las alas del tiempo pasaron como un rastrillo los últimos meses aquí, en Guatemala. Se llevaron a nuestro joven amigo Manuel Estuardo, asesinado por la espalda por una bala cobarde. La pierna de María tendrá la cicatriz permanente de su roce con la muerte, todo esto debido a que los vecinos del lote baldío en donde ella esta "viviendo" junto con otros niños y niñas de la calle, quieren que se vayan. Nadie preguntó y a nadie le importa a dónde podría ir Roxanna, quien ahora deberá vivir con el trauma de haber sido abusada sexualmente por un miembro de las "fuerzas especiales" de la policía.
Pero también hay mucha esperanza. Durante los últimos meses hemos reintegrado a más de 30 ex- niños y ex- niñas de la calle con sus familiares. Están de regreso en casa de una tía, un primo -e incluso alguno de los padres- después de haber probado la amargura de vivir en las calles. Los niños y niñas que han sido reintegrados reciben visitas de seguimiento durante los dos años siguientes, con el fin de estar seguros de que ellos están de vuelta en su hogar de forma permanente. No queremos verlos en las calles otra vez. Si hay amor, permanecerán en su hogar, a pesar de que ese "hogar" sea una casa hecha de cartones.
Y para aquellos niños y niñas que no tienen un hogar, nosotros tenemos hogares grupales -más de 15 en este momento-, donde hay amor y apoyo, cuidado y comprensión. Nunca nadie debería estar sin hogar. Nunca nadie debería sentir que nadie lo ama.
ºLo agridulce de esta montaña rusa emocional llamada Casa Alianza! Un escenario para la tragedia humana y la humanidad en el mejor de los casos. Con un denominador común todos nosotros vivimos juntos en este planeta y hay mucho por hacer. Si compartiéramos...
Bruce Harris Director Ejecutivo Programas para América Latina Casa Alianza/Covenant House.
Este problema de los niños de la calle, que ciertamente es de vieja data, con el neoliberalismo sus tenebrosos efectos se han globalizado y hoy día, sin que constituya atenuante ni mucho menos consuelo, esta desgracia ha hecho su dramática presencia en todo el mundo lo que nos augura tiempos no muy halagüeños.
A través de Internet recibimos, con alguna frecuencia, comunicados de Casa Alianza de Guatemala donde nos dan a conocer también situaciones muy lamentables de los llamados "niños de la calle". A manera de ilustración procedemos a transcribir, en forma íntegra, el comunicado recién recibido que nos ayudará a adquirir una idea cabal del problema. Dice así el comunicado:
Nunca pensamos que esto sería posible. Pero ha sucedido. Estamos agradecidos por estas pequeñas bendiciones...
El Presidente de Guatemala y todo su gabinete se dieron por vencidos ante nuestra presión -y la de ustedes- y, espero, ante la de sus propias conciencias. Finalmente, después de nueve años de esperar para que hubiera justicia de verdad, el gobierno de Guatemala estuvo de acuerdo en pagar la compensación por la muerte de un pequeño muchacho. Nahaman Carmona López fue pateado hasta morir por cuatro policías uniformados en Ciudad de Guatemala en marzo de 1990. La patética suma a pagar por la compensación, aunque es importante para la madre de Nahaman -una salvadoreña de origen quien vive en la extrema pobreza- no es el punto más importante. El punto es la simple búsqueda de la justicia. El que los poderes reconozcan que "incluso" los niños y niñas de la calle son miembros válidos de nuestra sociedad. Que ellos también tienen derechos. Que también son humanos... Finalmente, por favor Nahaman, descansa en paz.
Este es uno de los poquísimos ejemplos en donde el pago de una compensación ha sido asumido por el gobierno de Guatemala, cuyas sangrientas manos no han mostrado compasión por los niños y niñas sin hogar. En donde ha existido poca justicia para aquellos que han sido torturados y asesinados a manos de los uniformados, quienes supuestamente están para protegerlos... Nuestra lucha durante casi 10 años ha sido muy ardua y larga. Pero estamos logrando dar pequeños pasos hacia adelante. Muchas gracias por su ayuda.
Pero hay más noticias positivas. También en 1990 cuatro de "nuestros" niños de la calle "desaparecieron" del centro de la Ciudad de Guatemala, y después fueron encontrados grotescamente torturados y asesinados en un área llamada "Bosques de San Nicolás".
Les sacaron los ojos. Les cortaron las orejas y la lengua. Puedo recordar, como si estuviera sucediendo en este preciso momento, cómo temblaba mi mano aquel día mientras firmaba la acusación formal en contra de los dos policías nacionales. Sabía lo que eran capaces de hacer. Después nuestra Oficina de Apoyo Legal de Guatemala, creada en 1992, tomó el caso y tras nueve años de obstrucciones y categóricas mentiras por parte del sistema guatemalteco, el caso se elevó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en San José de Costa Rica. Esta es la primera vez en la historia de la Corte en que se escucha un caso en el cual las víctimas de violaciones de los derechos humanos son niños. Esto pasará a la historia. La búsqueda incansable por la justicia nos corresponde a cada uno. Incluyendo a los niños y niñas de la calle...
Probablemente este caso tomará otro año más para resolverse, pero después de haber escuchado a los testigos y a las madres de las víctimas, los magistrados de la Corte se sintieron conmovidos.
¿De qué otra forma hubieran podido reaccionar? Los argumentos del gobierno de Guatemala se derrumbaron ante la verdad: el sufrimiento de estos niños. Lo que le haces al más pequeño de ellos, me lo haces a mí... Los abogados del gobierno de Guatemala, que también son humanos, detestaron su obligación de tener que defender lo indefendible.
Las alas del tiempo pasaron como un rastrillo los últimos meses aquí, en Guatemala. Se llevaron a nuestro joven amigo Manuel Estuardo, asesinado por la espalda por una bala cobarde. La pierna de María tendrá la cicatriz permanente de su roce con la muerte, todo esto debido a que los vecinos del lote baldío en donde ella esta "viviendo" junto con otros niños y niñas de la calle, quieren que se vayan. Nadie preguntó y a nadie le importa a dónde podría ir Roxanna, quien ahora deberá vivir con el trauma de haber sido abusada sexualmente por un miembro de las "fuerzas especiales" de la policía.
Pero también hay mucha esperanza. Durante los últimos meses hemos reintegrado a más de 30 ex- niños y ex- niñas de la calle con sus familiares. Están de regreso en casa de una tía, un primo -e incluso alguno de los padres- después de haber probado la amargura de vivir en las calles. Los niños y niñas que han sido reintegrados reciben visitas de seguimiento durante los dos años siguientes, con el fin de estar seguros de que ellos están de vuelta en su hogar de forma permanente. No queremos verlos en las calles otra vez. Si hay amor, permanecerán en su hogar, a pesar de que ese "hogar" sea una casa hecha de cartones.
Y para aquellos niños y niñas que no tienen un hogar, nosotros tenemos hogares grupales -más de 15 en este momento-, donde hay amor y apoyo, cuidado y comprensión. Nunca nadie debería estar sin hogar. Nunca nadie debería sentir que nadie lo ama.
ºLo agridulce de esta montaña rusa emocional llamada Casa Alianza! Un escenario para la tragedia humana y la humanidad en el mejor de los casos. Con un denominador común todos nosotros vivimos juntos en este planeta y hay mucho por hacer. Si compartiéramos...
Bruce Harris Director Ejecutivo Programas para América Latina Casa Alianza/Covenant House.
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