Cultura y educación
Panamá celebra la Semana del Libro
- Modesto Rangel Miranda/opinion@epasa.com
El libro es sin duda alguna una de las creaciones más relevantes del ser humano en la conservación y la transmisión de la cultura, de la ciencias, de la historia, de la filosofía, etc. Esto es así ya que el libro aparece como una de las formas más comunes de registro de datos, información y otros numerosos elementos que, en definitiva, hacen a la identidad del ser humano como parte de la civilización.
Las naciones se enriquecen cuando sus habitantes se adentran en los caminos de la sabiduría. Durante siglos, por medio de la lectura diversas naciones e imperios mantuvieron un acercamiento cultural que contribuyó al desarrollo de las grandes sociedades. No se puede olvidar de las culturas del lejano Oriente, Grecia, que ahondaron en una mayor transformación cultural, influyendo de diversas formas en la conformación de los pueblos del continente americano. Esto se afianzó cuando se dieron diversos cambios sociales y políticos, durante la edad medieval y el nacimiento del humanismo en Europa, donde personalidades como Gutenberg, autor de la imprenta y los precursores del movimiento cristiano, como lo fueron Juan Calvino, Lutero quienes promulgaron la lectura de la Biblia.
El nacimiento de la Semana del Libro es prácticamente el rompimiento con aquellas épocas en las que el conocimiento estaba en poder de unos pocos y en las que hombres como Montesquiev, Rousseau y Voltaire cuestionaban al poder de los reyes, su dominio, su formación personal y su entorno familiar.
La sociedad de la época mantenía ese control maquiavelista, neo-fascista de no tener un libro, sin embargo, el sueño de engrandecer el espíritu de la lectura fue apoyado con dos grandes revoluciones, la Revolución Estadounidense y Francesa donde dictaminaron que el hombre tenía esa capacidad de engrandecer su pleno conocimiento, con el apoyo de un verdadero aliado que lo sacaría de la sombra de la ignorancia promoviendo el verdadero hábito y dominio de lectura, base que fue la insignia para promulgar una sociedad culta y seguir los caminos hacia lo que hoy en nuestro país es la celebración de la Semana del Llibro en Panamá.
Esta conmemoración se instituyó desde 1942 el Comité Pro Difusión del Libro y Fomento de Bibliotecas, que organizó la primera Semana del Libro, culminando el 11 de julio de 1942, con la inauguración de la Biblioteca Nacional.
En 1943 se celebró la primera Feria Nacional del Libro y se fundó la Sociedad Amigos del Libro promoviendo la creación de un concurso literario en los géneros de novela, cuento y biografía, que puede considerarse como el antecedente del Premio Nacional del Literatura Ricardo Miró. Fue entonces que mediante decreto No. 237 del 27 de mayo de 1957 y por iniciativa del Dr. José Daniel Crespo se estableció la Semana del Libro que se efectúa desde entonces del 22 al 29 de septiembre.
Panamá afronta actualmente uno de los grandes desafíos como lo es la falta y carencia de amor por la lectura, más eso es producto como consecuencia de los cambios que se han dado después de la reversión canalera el 31 de diciembre de 1999, donde la generación que recibió el momento más grande de nuestra nación comprendía el verdadero significado que se encontraba dentro de los libros de historia de nuestro país.
Desafortunadamente, hoy en pleno siglo XXI, la tecnología mundial ha logrado afianzar un 50% esa debilidad por la lectura, pero existe un verdadero vacío, ya que nuestros jóvenes panameños han dejado de utilizar los libros por usar equipos tecnológicos.
No es malo decir que la tecnología actual sea dañina, sino es la forma con que el ser humano dedica su tiempo siendo dominado por una máquina que por un buen libro. El libro es hoy uno de los representantes más claros y aún más importantes de la cultura, pese al avance de diferentes soportes tecnológicos que le han hecho perder parte de su popularidad. El libro es sin duda alguna una de las creaciones más relevantes del ser humano en la conservación y la transmisión de la cultura, de la ciencias, de la historia, de la filosofía, etc. Esto es así ya que el libro aparece como una de las formas más comunes de registro de datos, información y otros numerosos elementos que, en definitiva, hacen a la identidad del ser humano como parte de la civilización.
El libro tiene un formato relativamente simple, que consta de tapas y de un centro compuesto por hojas de papel en las cuales se imprime o se escribe el material y la información a ser transmitidas. Dependiendo del material en el que sea realizado y del cuidado que se le dé, el libro puede perdurar por muchos siglos y ser una fuente importantísima de información y de conocimiento para las generaciones futuras.
Ojalá que en la celebración de la Semana del Libro, se profundice el deseo de ínvestigar en las aguas del conocimiento científico, para que la juventud panameña conozca que la base de la sociedad está en los libros, como armas sagradas de sabiduría.
Comunicador Social.
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