Pecados Sociales
- Silvio Guerra
N o hay nada nuevo bajo el sol. Así lo profetizó con entusiasmo de sentencia definitiva el sabio Salomón de quien se ha dicho "no ha existido antes ni después del él hombre más sabio sobre la faz de la tierra". El Vaticano acaba de anunciar los siete "pecados sociales" que se suman a los siete pecados capitales señalados por el Papa Gregorio I en el siglo VI: La soberbia, la envidia, la gula, la lujuria, la ira, la avaricia y la pereza. Luego, esta lista fue tomada, desde un punto de vista filosófico, por Santo Tomás de Aquino; y desde una perspectiva eminentemente literaria, por Dante Alighieri en su obra "La Divina Comedia".
Los siete pecados sociales han sido enunciados por el arzobispo apostólico "Gianfranco Girotti: 1. Las violaciones bioéticas, como la anticoncepción. 2. Los experimentos moralmente dudosos, como la investigación en células madre. 3. La drogadicción. 4. Contaminar el medio ambiente. 5. Contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres. 6. La riqueza excesiva. 7. Generar pobreza. Dice Girotti: "Uno no sólo ofende a Dios y al prójimo si roba, o si jura en el nombre del Señor en vano, o si desea la esposa de otro, sino que también se produce ofensa a Dios y al prójimo si, por ejemplo, se perjudica el medio ambiente, o se realizan experimentos que manipulan el ADN o dañan embriones". El ha advertido que: "Dentro de la bioética hay áreas donde absolutamente debemos denunciar algunas violaciones de los derechos fundamentales de la naturaleza humana, a través de experimentos y manipulación genética cuyo resultado es difícil de predecir y de controlar".
Lo que Girotti ha querido plantear, básicamente, se circunscribe en una filosofía antropocéntrica con fuerte dosis de solidaridad social, pero siempre relacionada a Dios: Hombre y Dios, Dios y el Hombre, sin perder de vista que Dios refiere toda explicación y justificación de nuestra existencia entendido como la res extensa y el hombre como la res mínima. Cabe, sin embargo, aclarar que desde el punto de vista ético y teleológico, la palabra "capital", referida a los pecados, no entraña la idea de magnitud del mal hecho o de una actuación humana que desborda los cánones religiosos, morales y espirituales, sino que desde la perspectiva de la moral católica tales pecados son "capitales" en cuanto son considerados "cabeza" o principio de los demás pecados que ofenden a Dios y al prójimo.
A los siete pecados capitales que enumerara en el siglo VI el Papa Gregorio I, deben oponerse siete virtudes capitales: la humildad se opone a la soberbia; la generosidad a la avaricia; la templanza a la gula; la castidad a la lujuria; la paciencia a la ira; la generosidad a la avaricia; y la diligencia a la pereza.
De todas maneras, enhorabuena que un Papa advierta las injusticias del mundo que inciden en nuestras sociedades convulsionadas por el esnobismo, el derrumbe de los valores éticos y espirituales, el irrespeto a Dios y el consumismo que sintetizan la definición del hombre material.
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