Políticos oportunistas y "baila-la-vara"

Mi preferencia para las elecciones presidenciales era que surgiera una cara nueva, joven, que estuviera dispuesta a mejorar significativamente las acciones de los partidos y políticos tradicionales, ya que todos estamos conscientes de que nuestra democracia siempre ha sido una caricatura. Dominan los grupos tradicionales, entre los cuales sobresalen los pudientes, los que se aprovecharon estando en el poder de cualquier signo, y los que se beneficiaron de la narcodictadura. Por supuesto que excluía dirigentes tipo Alain García, Fujimori, Ríos Montt, Ortega, Chávez y otros que deslumbraron a sus seguidores para luego decepcionarlos y abandonar los principios y promesas que le ganaron el respaldo de pueblos ansiosos de reformas que favorecieran a los más desposeídos.
Tan pronto me di cuenta que esto era imposible en el presente estado de cosas, llegué a la conclusión que el mejor de los candidatos sería el ex presidente Endara. Tiene experiencia, restauró la economía después de una cruenta invasión y sentó un buen ejemplo al presidir unas elecciones ejemplares, a pesar de que todos sabíamos que se inclinaba a favor de la candidata de su Partido Arnulfista. No me es difícil, pues, respaldar a Endara cuando se le compara con las otras alternativas.
No le doy mucha bola al perredismo porque no hay mucho en su pasado que lo lleve a uno a creer que tratará de introducir reformas que beneficien a los más necesitados. Ahí están los 21 años de narcodictadura que por mucho que se diga que instituyó cambios sociales, un análisis serio de esta propaganda lleva rápidamente a la conclusión que sus políticas beneficiaron a los milicos y a sus ciegos seguidores. También está su gobierno de 1994-1999 que basta con decir que fue presidido por tres millonarios y que perdonó, indultó, amnistió a muchos delincuentes por conveniencia. Ni hablar del intento de reelección que costó al pueblo una buena millonada.
Del mireyismo es imposible hablar sin que surja el rosario de "percepciones" de corrupción, que sus miembros claman que no se acompañaban de pruebas válidas de sustentación. Sin embargo, esas percepciones se sucedían en una forma casi interminable y lo que destacaba era la impudicia, el descaro, el desprecio, conque se daban circunstancias dudosas y respuestas y actitudes de los dirigentes de este movimiento, que yo señalo como mireyista, puesto que el supuesto arnulfismo parece haber renovado las caras de sus dirigentes tradicionales. Se han reemplazado por gente que nunca simpatizó con Arnulfo Arias. Eso es dudoso y desconcertante, por decir lo menos.
De modo que de cajón tenemos que fijarnos en las acciones del MOLIRENA, puesto que fue un partido que colaboró con efectividad en la Administración Endara. Para comenzar, creo que cometió un gravísimo error en escoger a Maco como su presidente. La división que ha causado es de espanto. Y, calculo yo, que si respaldan al mireyismo esta ancla va a ser en extremo pesada.
El Liberal Nacional es un partido que tiene cierta organización, pero que obviamente es el remanente de lo que fuera un partido reconocido. Su nuevo líder es yerno de Baby Arango. Esa es su carta de presentación. Los detalles los pueden y deben analizar los votantes. Está por ver cómo los tratará el lastre del mireyismo.
En mi análisis inicial supuse que el MOLIRENA respaldaría a Endara por razones que considero obvias, según lo expuesto antes. Pienso que las buenas y destacadas figuras de este partido pronto verán la luz y se unirán a lo que conviene a Panamá y al refinamiento de su democracia. Pero, de todas maneras, con o sin su respaldo, creo que Endara representa la experiencia, la transparencia económica, la sinceridad que poco existe, y el firme deseo de revolucionar un sistema que mantiene a Panamá atada a sistemas egoístas, personalistas, que obstruyen el nivel de desarrollo que le es posible y que se merece. Dado que me equivoqué aparatosamente en el caso de Mireya, continuaré observando y presentando mis puntos de vista manteniendo en el corazón el bienestar de Panamá y toda su gente. Estaré vigilante de que los oportunistas y "baila-la-vara" no prevalezcan.