Principios básicos de la razón

Hago un paréntesis, una pausa, en mi recorrido por el complejo y, a la vez, sencillo mundo de las matemáticas, para encausar y llevar nuestros pensamientos y razones al telar literario.

No escapa al lienzo, por supuesto, el arte de expresión de las teorías matemáticas, a través del conjunto de variables (letras y números), que configuran y estructuran el campo reflexivo del pensamiento matemático en símbolos e imágenes propias dotándolas con una expresión objetiva.

Realidades teóricas, que llevadas al terreno de la demostración se devela su forma imaginativa dándole sentido completo a la idea denominada por los matemáticos como "el concepto de verdad del postulado".

Las ideas - formas de Demócrito, cuya función consiste en relacionar, corresponder o reproducir una cosa con otra emanadas de las leyes puras del pensamiento.

Leibniz, profundiza mucho más dando importancia vital a las formas científicas de la combinatoria, o sea, de los enlaces, en donde lo aparentemente complejo y difícil se va haciendo sencillo permitiendo operar dentro de una complicada red de relaciones basadas en determinadas condiciones de estructuras en las que cada paso, casa eslabón, es tratado "como un objeto al cual se dota con su correspondiente signo".

Los símbolos numéricos son algo que no se ven ni se tocan.

Pero, a pesar de que no tienen existencia real dentro del campo físico, se les reconoce su existencia, con igual impacto que producen en nuestro sentido de la mente otros fenómenos definidos que integran el conjunto de la realidad humana, como el lenguaje, la religión, el arte, el tiempo, etc.

Ideas que fincan su origen en la percepción, como unidad funcional del pensamiento, a través del cual se desarrolla la conciencia humana: el darse cuenta, el conocimiento básico y la comprensión.

Nuestras experiencias y memoras enlazan las percepciones, las coordinan y sintetizan, hasta llevarlas a un punto exacto, que deseamos conocer.

Es lo que comúnmente y a diario hacemos al separar las cosas unas de otras, clasificarlas y agruparlas, para establecer sus diferencias y semejanzas.

En los fenómenos más complejos, esta operación de comparación, se eleva a la exposición de los principios sobre lo observado; las observaciones que sirven de base a los comentarios que hacemos sobre los hechos observados.

De modo, que a través del camino de la experimentación ganamos la experiencia.

Ulteriormente, podemos afirmas, que las experiencias son todas aquellas aserciones referentes a las proporciones del mundo material que nos rodea; y, por tanto, son fortuitas y sujetas a transformaciones en el mismo sentido que estas.

Al preguntarnos, cómo percibimos las cosas del mundo material, estamos activando todo un proceso mental, que transita desde lo más burdo y ordinario hasta lo refinado y lógico.

En su más alto nivel de discernimiento de calidad y carácter alcanza uno de los dones más nobles de la manifestación de la vida intelectual: la integridad de juicio.

En la cultura y en la historia se ha mantenido vivo el sentimiento por el saber empujado por la técnica, el hacer, secundado por la ciencia, que organiza y sistematiza todo el conjunto de operaciones y tareas haciéndolas coherentes.

Prescindiendo de toda ilustración científica, propiamente dicho, la diferenciación conceptual del enfoque pragmático, la experiencia, los hechos se anteponen a las ideas guiadas éstas por el sentido común.

La vida cotidiana nos los enseña.

Así, es como aprendemos, primordialmente, en todas las diferentes formas culturales.

Si esto tiene sentido o nos ayuda a resolver un problema; es decir, si tiene una ubicación en la experiencia internacional, la enseñanza resulta útil, es real.

En cambio, en el campo del actuar científico prevalece lo que con seguridad denominaremos como el enfoque dual, en donde los hechos y las ideas adquieren igual relevancia.

Esta dualidad permite el accionar y organizar las ideas dentro de un marco preconcebido alejadas de lo sin sentido, para que sean utilizables.

A este respecto, Herbert A.

Thelen (Dpto.

de Educación, Chicago, 1964) sugiere, que: "la verificación de la utilidad de una idea consiste en que al actuar con arreglo a ella los resultados provoquen las consecuencias esperadas".

Cuidadosos en el pronunciamiento de los enunciados y a la luz del epígrafe motivo del ensayo, convergemos en:1- La búsqueda del conocimiento.

En el marco socio - psicológico consiste en estimular conductas que contribuyen a la solución efectiva de los problemas fundamentales de los grupos humanos y de la sociedad en general, que es la meta de una dirección efectiva de la función de la educación.

2- La determinación de la verdad, que no admite afirmaciones mal entendidas.

Adicional, recuerdo una lectura, que deseo compartir con todos vosotros, para que el gusanillo del orgullo no socave con vanagloreos las virtudes del espíritu y el gratuito misterio manifiesto de la voluntad divina: "no hay motivo de competitividad alguna entre la razón y la fe; pues, del conocimiento no se puede recorrer pensando con el orgullo de quien piense que todo es fruto de una conquista personal"Virtuosamente, con entrenada facultad hemos dilucidado, para el amigo lector, inteligente y osado, el fundamento de la propiedad de la razón.

Arrostrar, entre la fuerza de la realidad y lo onírico, la disputa por ella.

La actitud de aprender, de conocer, de discernir entre lo tangible y lo intangible; hervores y lucubraciones filosóficas del quehacer humano y lumbre del vasto conocimiento moldeado por la razón.